“Pues nos dijeron que el público argentino es el mejor público del mundo, así que tenemos muchas expectativas y un poco de miedo”, dice Lisa-Kaindé Díaz antes de presentarse en Buenos Aires el 3 y 4 de febrero en Niceto Club. Junto con su hermana Naomi, forma el dúo electrónico Ibeyi, que en idioma yoruba −hablado en Nigeria y también en Cuba− significa “Gemelas”. Hijas del célebre percusionista cubano Miguel Angá Díaz, estas franco-cubanas tienen éxito a nivel mundial. Formaron parte del álbum y largometraje Lemonade de Beyoncé, y estarán girando durante dos años con su segundo trabajo discográfico Ash por Estados Unidos, Latinoamérica, Europa… y quizás también por Australia y Japón.
-En el video de su tema River aguantan la respiración bajo el agua. ¿Cómo surgió esa idea?
–Nuestro productor Richard Russell nos presentó a su amigo Ed Morris. Él vino al estudio a escuchar unos temas y quiso intentar algo con River. Nos sabíamos que iba a ser el sencillo del álbum. Naomi y yo le dijimos que queríamos grabar con agua y todo en un largo plano, y que tuviera mucha emoción. No queríamos estar lindas y maquilladas en el agua, sino generar algo fuerte. A los dos días vino con la idea y lo quisimos filmar ya. Fue perfecto.
-Tienen una estética muy teatral en comparación a lo que usualmente se ve en la electrónica. ¿Siempre lo plantearon así?
–Nunca nos han dicho eso, pero es verdad. Nos encanta el teatro. Es algo que me gustó desde cuando estaba en la escuela; en ese momento, yo hacía mucho teatro.
-¿Por qué decidieron cantar en yoruba y en inglés?
–Fue muy natural. Nunca lo pensamos, de verdad. El yoruba siempre fue parte de nuestra cultura, de nuestra vida. Siempre hubo música yoruba en nuestro alrededor; hay yoruba en Cuba por todas partes. Entonces cuando empezamos a escribir música como adolescentes, vino solo.
-¿Recordás esas primeras composiciones adolescentes?
–Eran durante la noche, en la casa. No lo hacíamos juntas, yo empecé sola. Después Naomi dijo que no me iba a dejar hacerlo sola, que lo iba a hacer conmigo. Y acepté. Éramos chicas y se dio naturalmente. Nos cambió la vida. Fue una manera de expresarnos y de liberarnos de sentimientos, dolores y de hacer algo lindo con esos dolores. Algo que te emocione, algo que te salve.
-¿La música fue algo heredado?
–Pues lo que pasó es que desde chiquitas había música en la casa, siempre íbamos a los conciertos de nuestro padre. Nuestra madre nos hacía bailar todo tipo de música y como a los siete años empecé con la música clásica en un conservatorio. A los catorce le dije a mi madre que estaba muy aburrida y que no podía más. Eso no era una vida. Mi madre me dijo que compusiera una canción, y se fue a acostar. Así empezó. El tema se llama Cry For You, y no sé si se puede encontrar en YouTube. Era una canción de amor, muy adolescente.
-Crecieron en París. ¿Qué rescataron de ahí?
–Tenemos mucha influencia francesa. Si hubiéramos vivido en otra parte, la música de Ibeyi sería muy diferente. Lo que tenemos de Francia es el gusto por la melodía, por las voces y por el trabajo de las letras. Estudiamos siempre en Francia, tuvimos siempre profesores franceses; es una gran parte de nuestra personalidad también. Mitad francesa, mitad cubana.
-¿Qué creen que generan en el público?
– Esperanza, ganas de estar todos juntos y unidos. También somos como una escapatoria, un momento de sueño, de relajo. Uno se permite sentir lo que uno tiene que sentir.