Poder, misticismo y adrenalina. Estructuras impredecibles, elegancia aun en los momentos más corrosivos y un dominio absoluto de los yeites del doom y el post rock. La referencia podría recaer sobre muchas bandas consagradas, pero este no es el caso. Desde Córdoba, donde grupos como Hijo de la Tormenta, Nautilus o Fabricantes mantienen alta la vara del costado más alternativo y flashero del hard rock, IAH termina de confirmar la fertilidad de un subgénero muchas veces olvidado pero siempre dispuesto a sorprender a los cuerpos ávidos de nuevas sensaciones. Casi de un día para el otro, son el nuevo fenómeno stoner no solo de la provincia mediterránea, sino de todo el país, con un primer álbum que ya tiene cientos de miles de reproducciones en plataformas digitales y empieza a cruzar fronteras a una velocidad inusitada.
IAH publicó su primer EP en enero de este año. A fines de marzo, el popular canal de YouTube Stoned Meadow of Doom lo incluyó en su cuenta y expandió rápidamente el trabajo de Mauricio Condon (guitarra), Juan Pablo Lucco (bajo) y José Landín (batería). Gracias a la repercusión, el trío completó con dos temas extra su álbum debut y firmó con el sello alemán Kozmik Artifactz, que está trabajando en la edición en vinilo de este primer LP diagramado casi sobre la marcha. En solo siete meses, IAH pasó de mostrar de a poco sus canciones a pensar en una edición global en el formato que todo audiófilo sueña. La parábola parece vertiginosa, pero en el mundo del stoner y el doom, felizmente, la justicia poética es más común que en la vida cotidiana.
Este EP transformado en álbum es, sin embargo, la razón detrás de toda esta vorágine multiplicada por las redes. Sus climas, sus texturas y sus momentos de éxtasis entremezclados con pasajes de erudición instrumental alertan sobre una realidad a esta altura difícil de negar: la música argentina se encuentra en un momento revolucionario. IAH es una banda en construcción, pero su primer trabajo muestra una madurez que habla de un ecosistema en crecimiento. Basta escuchar su álbum homónimo para imaginarlos automáticamente en cualquier festival del planeta haciendo lo que mejor saben: viajar hacia el infinito de la mano de una guitarra, un bajo y una batería en sinergia permanente.