¿Cómo nace Huevo?
Julián Baglietto: Fue hace cinco años más o menos, pero nuestros padres hacían música juntos cuando éramos pequeños. Es una amistad que viene de hace largo rato.
Tomás Sainz: Se fue dando muy natural, de repente nos encontramos los cuatro tocando y cada vez más en serio; cada vez estamos más felices con lo que vamos logrando.
¿Cómo es el rol de cada uno?
JB: Todavía no lo descubrimos; tenemos dos discos solamente, entonces hacer canciones para nosotros es una investigación constante. Por ejemplo, las letras tienen que ver con las cosas que nos van pasando, en las giras, en los viajes o con la gente que nos cruzamos.
¿Cómo fue el proceso de la grabación de los dos discos?
Sebastián Lans: El proceso del primero [Las mil diabluras] fue salir básicamente con lo que había; tuvimos la posibilidad de que nos prestaran un estudio y lo grabamos en tres días. Fue un disco muy fugaz, con música que ya veníamos tocando hace tiempo; caso contrario, el segundo disco: tuvimos que manejar mucho mejor los tiempos. En el primero metimos las 12 voces en un día; en el segundo, en un mes. Fue un proceso más sano.
¿Qué representan las mujeres en la historia de Huevo?
JB: Están Carmen, está Josefina, Matilda. En el caso de Matilda, es el nombre de una nave, se supon; nos pareció gracioso. En el caso de Gladys nos parecía muy gracioso ver a la gente gritar ese nombre en el estribillo. Las que se llamas así entran gratis a nuestros conciertos.
¿Cómo ven la escena del rock actualmente?
JB: Por lo menos en nuestro país la veo bien, tenemos admiración por muchas bandas de acá. Es un buen momento en general. La gente que dice que no hay bandas de rock es porque no va a ver shows.
¿Ya están planeando algo para el tercer disco?
TS: Ya hay temas, estamos todo el tiempo maqueteando y preproduciendo. En la lista ya tenemos más o menos unos doce temas.
¿Qué hay para el 2018?
JB: Muchos viajes. Queremos salir a México, Colombia y llegar a otros lugares con nuestra música.