
Horacio Lavandera, mejor solista instrumental argentino en 2006 y 2008 por la Asociación de Críticos Musicales de Argentina, entre muchos otros galardones, ha recorrido el mundo interpretando obras de Mozart, Beethoven, Albar Berg o Rajmáninov. Ahora es el turno de llevar su piano al mundo virtual a través de un show streaming el próximo domingo 25 de octubre a partir de las 21hs en la Argentina.
El pianista de 35 años charló con Santiago Torres en los Podcast de Suena en Vivo para hablar acerca de lo que tiene preparado para el show, su presente en cuarentena y qué significa para él el término “música urbana”.
Esta nota es un fragmento reducido del podcast completo. Las entradas para el show ya están disponibles a través de TicketFlash. Hacé click ACÁ para conseguirlas.
Un año raro, pero que a la vez te tuvo muy activo, ¿cierto? Todas las monedas tienen dos caras Horacio.
- Claro, fue un teimpo para mí de mucha investigación y de mucho contacto con mis seguidores en las redes sociales. Sigo trabajando en consecuencia y trato de buscar un ida y vuelta de emociones en todo lo que hago. Estamos con muchas actividades distintas y ahora ya encarando lo que será mi primer concierto en vivo vía streaming el 25 de octubre.
Has tenido experiencias virtuales durante esta temporada pero el que estás por realizar es el más ambicioso, ¿verdad?
- Desde luego, el concierto será con obras de Piazzolla y George Gershwin. La idea era conectar estos dos grandes autores por dos razones principales: una, porque son los representantes más grandes de sus respectivas ciudades, y dos, dado que es un streaming, tendré que tener en cuenta el uso horario, por lo que era ideal tener artistas de regiones diferentes. Los dos cambiaron por completo la idea de música popular, la cambiaron para siempre.
¿Siempre hubo música urbana Horacio?
- Por supuesto, creo que se trata de captar la energía de la gente y las emociones con las que se vive día a día. Los grandes maestros te enseñan que hay muchas maneras de entender lo que sucede en la calle. Uno puede despreciarlo, como hace mucha gente, o cambiar la perspectiva, como hizo Gershwin en su momento, cuando rompió todos los esquemas con Rhapsody In Blue’.
Como marca una época la música, es un poco la función que tiene ¿verdad? Describir las sociedades
- En mi caso, cuando me toca interpretar las obras de Gershwin, trato de meterme en su estado primitivo… En ese punto donde se juntaba con músicos en medio de Harlem a escuchar ritmos que eran desconocidos, que nadie sabía a donde iban. Se tratan de encontrar el gusto sobre eso.
¿Cómo hacés para ponerte el sombrero de cada género?
- Lo que me apasiona es la investigación e ir al máximo. Uno puede ver el compositor ya consagrado y hay líneas que se pierden.
Siempre que te veo tocar me pregunto ¿qué significa hoy un pentagrama para vos? ¿Es una guía, una referencia, ayuda de memoria?
- Es el comienzo de la investigación para conocer qué llevó al autor a tomar todas esas decisiones. Antes de tener las notitas, eso estaba en blanco… O inclusive solo dibujos que muestran la representación estética de la música. Todo esto marca la lucha del autor con la partitura, ¿qué lo lleva a escribirlo de esa forma? ¿Cómo hará para que se convierta en un boom comercial? Las notas tienen toda una historia y conflictos.
Cuando tocás en vivo, ¿lees el pentagrama? ¿O tenés una representación mental de lo que significa esa obra?
- Hay muchos criterios y muchos condicionantes. Una cosa es el papel, lo que yo puedo estudiar en el estudio y otra cosa es pasar a tocar en el Colón. Los teatros te van dando variantes. Siempre estudio la resonancia que va a tener cada teatro antes de tocar en él, es lo más importante. Entonces, en resumen, la idea es mantener la vitalidad y la energía que se logra en el efecto y en el ritmo de la música clásica.