Desde el sur del sur, donde el frío es hermano de la soledad, llegaron a Buenos Aires dos raperos mientras el trap cimentaba su explosión. Lucas Darío Giménez (Homer El Mero Mero), y su hermano Tomás (C.R.O), mejor conocidos como Bardero$, entendían hace un rato que la escena urbana iba a invadir el streaming y por eso su arribo a la Capital no fue casualidad.
“Nosotros pagamos no solo para grabar sino también para poder viajar y tocar en los shows. Íbamos a todos los shows regionales del sur, subíamos un tema por semana, así no más sin mezclar, ni masterizar”, cuenta mientras recuerda sus inicios entre 2013 y 2015 todavía viviendo en Cutral Co, Neuquén, ciudad de menos de 50 mil habitantes.
La primera vez que llegaron a Buenos Aires fue por una invitación para presentarse en La Paternal, y en ese mismo viaje les salió un show Zarate. Rápidamente, el reclamo de promotores y discotecas por sus shows provocó que los hermanos optaran por quedarse en la Capital. “Nos pusimos a trabajar enseguida, MarcianosCrew nos dio una mano de entrada y ahí empezamos a conocer el resto de los chicos”, cuenta Homer.
Sus inicios en el rap comenzaron en el freestyle pero previo a su corto paso por las plazas, el rapero de tradiciones paisanas ya payaba en las reuniones familiares gracias a sus tíos. Y es por eso que en “Outro”, track de su último álbum En punga, Homer se da el placer de payar un rato.
El nuevo álbum de Homer también cuenta con featurings de Duki en “Basado en hecho reales”, Ysy A en “Domingo”, Lil Troca en “Gallo de pelea” y C.R.O en “Tareas sucias”. En punga es en sus palabras un “retrato autobiográfico”, allí la calle, las drogas y sus emociones se funden en la música.
A partir de la explosión de ayer, ¿se desestabilizó el status quo rockero nacional?
Si, creo que el rock de a poco fue dejando lugar a algo nuevo que viene a ser el trap ahora. Lo veo en la generaciones más chicas, hoy los niños ya están cantando trap o rap y cuando empiezen a salir ya van a estar más trapero que nosotros. Cuando yo tenía 8 años me guiaba por bandas como Sumo, Divididos, Los Redondos.
¿Coincidís en que al escena explota cuando el mundo del freestyle llega a los estudios de grabación?
Lo sentí mucho. Mismo nosotros antes de empezar a hacer canciones curtimos batalla de freestyle pero como muy rápido nos pusimos a hacer música nos alejamos de a poco del mundo de las batallas. Me pasaba que ya me sentía en otra sintonía, otra energía maneja. Pero de hecho respeto y admiro las batallas, cada tanto me pongo a ver alguna y me estallo. Siempre se encuentra picardía, y eso es divertido. Pero sí, hubo un momento en que se mezclaron el mundo de las batallas con el del trap o hip hop, y la masividad del freestyle ayudó a la explosión de la escena. Hoy en día está más pareja la cosa.
Vos te moves tanto en el trap como en el rap, ¿en que los diferencias?
El trap es como faltarle el respeto a todo, podés decir lo que quieras, el trap no tiene banderas. El rap en cambio necesita un discurso, una película detrás. El trap te permite vacilar, el boom bap tiene siempre una letra que busca el mensaje. Pero uno como rapero hace las dos, dependiendo que quiere decir. Me siento más cómodo en el boombap pero puedo rapear arriba de cualquier música.