“Tengo mucha resaca”, confiesa Ashley Frangipane mientras se cepilla el pelo color azul, su marca registrada. Es una calurosa tarde en Los Ángeles, ciudad en la que reside la provocadora estrella mejor conocida como “Halsey”. Acaba de regresar de una gira de dos meses en estadios cerrados calentando la previa de los recitales de Imagine Dragons, así que tiene muchos motivos para festejar. Recientemente soltera, compartió la noche anterior con sus amigos de la banda 5 Seconds of Summer que estaban en la ciudad. Se acostó a las siete y media de la mañana, y dos horas más tarde estaba despierta para recibir a la prensa durante todo un día de trabajo. “Creo que todavía estoy borracha”, sentencia.
Con tan solo 20 años, comenzamos la charla mientras come un poco de ensalada del Urth Caffe, un sitio famoso entre el bastión de la comida orgánica en California. Es lo último que va a ingerir durante la siguiente hora más o menos, debido al trabajo con la prensa y la filmación de un nuevo videoclip. Las canciones de Badlands están en ascenso: la balada electro Ghost lleva a la fecha más de ocho millones de reproducciones en YouTube, y New Americana (un himno para la generación que toca la cuestión del matrimonio gay) se hizo viral y llegó al puesto N° 22 del ranking de Alternative Songs de Billboard. “Hay mucho que reflexionar sobre el tema. Tengo 20, pero me siento de 40”, afirma Halsey, vestida de rosa con una gorra de béisbol que dice “I have to get rich, we’re all gonna die” (Tengo que hacerme rica, todos vamos a morir). “Los chicos con los que yo crecí van dejando la universidad, tienen tríos en los baños y toman demasiada cerveza, pero yo ya pasé por mi fase de crisis existencial, sexo, drogas y confusión cuando tenía 17”, agrega.
Luego de editar algunos simples, el 28 de agosto la artista lanzó su álbum debut Badlands, que con ocho semanas en el ranking Billboard 200 alcanzó la segunda posición y que se editó en la Argentina. En este álbum la visión de Halsey combina una pizca de oscuridad de Lorde, el neo pop arriesgado de Miley Cyrus y el coqueteo de Lana del Rey.
Etiqueta
Es difícil encasillar a Halsey dentro de una etiqueta. Hija de padre afroamericano y madre de origen italiano, y luchadora incansable contra un desorden bipolar, sufrió la infancia siendo una “niña no convencional” para transformarse en la adultez en una mujer inconveniente. En el medio, vivió precozmente un estilo de vida bohemio y salvaje. A los 14 tomó una guitarra acústica y comenzó a realizar covers en YouTube. Más tarde llegaron los viajes por carretera a Montauk, Nueva York, para irrumpir en casas de playa de extraños. Pero su experiencia vital más importante ocurrió en los lofts de Halsey Street, en el barrio de Bushwick de Brooklyn. Allí encontró su nombre artístico, también un anagrama de Ashley.
Luego de haber pasado por momentos oscuros rodeada de drogas y excesos, el presente le sonríe: su gira se agotó rápidamente, fue número de apertura de The Weeknd y será una de las atracciones del Lollapalooza Argentina 2016, que se realizará el 18 y 19 de marzo en el Hipódromo de San Isidro. Sus fans suman alrededor de un millón en total en Twitter e Instagram, en donde resume su biografía así: “Escribo canciones sobre sexo y estar triste”.