“Estoy acostumbrado a que me pregunten sobre qué vamos a hacer este año y quiénes serán los nominados. Obviamente son temas de interés público, pero poca gente me pregunta por qué trabajo tan contento en esta organización. Y trabajo feliz porque es una organización que cambia vidas”, dice Gabriel Abaroa, presidente y CEO de la Academia Latina de la Grabación, que este año celebrará los 20 años de trayectoria el 14 de noviembre en el MGM Garden Arena de Las Vegas. “A veces nos olvidamos de los viejos que abrieron puertas y que permitieron que artistas, tendencias o géneros llegaran a niveles insospechados, porque a lo mejor vendieron un auto para pagar una producción o alguna vez dejaron de dormir. Hubo un sacrificio detrás de eso y nunca nadie se los reconoció. Cada año, la Academia tiene el honor de reconocer al menos a nueve personalidades. Este año, al tratarse del 20º aniversario, son ocho premios a la Excelencia Musical”.
En tiempos de colaboraciones entre distintos géneros y de crossovers mundiales, Gabriel Abaroa destaca la importancia de no perder las raíces: “Uno de los terrores que yo siempre he tenido es que se pierda la esencia de quienes somos. Es muy fácil perderte, y sobre todo hoy en día con los medios digitales es muy fácil cruzar alguna frase en inglés, por ejemplo. Hace 20 años no lo hubiéramos hecho jamás. Me da miedo que los jóvenes, con tal de tener éxito, se olviden de sus raíces. Y las raíces folklóricas, que pueden llevar al rock, a la música alternativa y hasta al pop, son esenciales. Porque sino nos vamos a perder y nos vamos a terminar pareciendo a cualquiera menos a nosotros mismos”.
En 2003, Abaroa fue nombrado presidente de la Academia Latina de la Grabación. Entre sus logros se encuentran: la creación de la gala y concierto en honor a la Persona del Año, el Premio a la Excelencia Musical y la Fundación Cultural Latin Grammy. Esta última apoya y respalda económicamente a aquellos jóvenes que tienen potencial a nivel musical pero no tienen los recursos necesarios para cubrir sus estudios. La entidad sin fines de lucro identifica aquellos talentos y paga sus estudios durante cuatro años en las mejores universidades del mundo, a cambio de dos requisitos establecidos por Abaroa: “que no se olviden de sus raíces latinas o iberoamericanas, y que el día en el que triunfen, que no se olviden de hacer algo por alguien, al igual que lo hizo la Academia por ellos”. Actualmente, son 200 los beneficiarios de estas becas.
“Cada chico que se dedica al arte, cualquiera que sea la expresión artística, es alguien alejado de la violencia y probablemente de los malos hábitos porque está enfocando su energía en hacer cosas bellas”, afirma Gabriel. Si bien la Academia no es una entidad comercial, asegura que todo el dinero recaudado se destina a la Fundación y a la promoción de la música. “Nosotros invertimos mucho en ello porque creemos que es una forma de dinamizar los mercados y de recordarles, sobre todo a los patrocinadores a nivel local, que si ellos no apoyan este tipo de actos, la música no tiene mucho lugar por donde salir. Obviamente que hay artistas triunfadores y artistas muy exitosos, pero son lo menos. Por cada artista exitoso hay por lo menos 50 artistas tratando de luchar por salir adelante. Es por esto que nos apoyamos en los poderosos pero para ayudar a los demás”.
Los Grammys premian tanto las tendencias como a proyectos que no tienen tanta visibilidad. ¿Cómo lograron generar esa dinámica?
-Nosotros entendemos que todo lo que sea bueno para la música, lo aplaudimos. No nos comparamos con nadie. Lo que perseguimos es la excelencia. Es algo profundamente subjetivo que no tiene que ver con el éxito comercial. Tampoco quiere decir que lo que tenga éxito comercial no pueda ser excelencia. La Academia no vive del éxito; lo celebra pero no es lo más importante. No siempre reflejamos los éxitos en la radio ni en las ventas. Es un tema tan profundamente subjetivo que nos caracteriza como algo radicalmente diferente de los demás. Por eso no nos comparamos. Mi mayor orgullo es que se siga manteniendo con vigencia y con credibilidad que no es fácil de defender porque no todo el mundo entiende la naturaleza intrínseca del valor de este reconocimiento. Nosotros jamás los llamamos premios; son los Latin Grammys y punto. Porque premios hay muchos y Latin Grammys hay uno solo.
Ante la pregunta de cuál es su misión, Gabriel Abaroa concluye: “La Academia vive de mantener su credibilidad, y de la excelencia. Mientras la academia siga siendo relevante y siga cambiándole la vida a la gente, celebro que esta organización continúe durante años”.