Aquellos dardos de placer montados sobre guitarras que Franz Ferdinand lanzó al mundo a partir de 2003 no tienen fecha de vencimiento, pero sí fueron discontinuados años más tarde. O así lo ve, en retrospectiva, la voz de esos ritmos infectados con la ponzoña del hit, Alex Kapranos. “Right Thoughts, Right Words, Right Action fue como el fin de una era”, dice en comunicación telefónica desde Los Ángeles.
Después de aquel álbum de 2013, Franz Ferdinand solo regresó para grabar y girar junto al notable dúo pop Sparks (editaron juntos FFS en 2015) y para declararse en alerta ante Donald Trump con Demagogue, un single urgente y directo que integró la compilación 30 Days, 30 Songs. “No habíamos hecho nada como eso hasta entonces –recapitula Kapranos–. Hay algo muy satisfactorio en ello, pero es raro hablar ahora, porque se siente como si estuviésemos en un mundo completamente diferente”.
Hasta entonces, el grupo se había mantenido en su formación original de cuatro partes. Pero ahora –luego de la salida del icónico guitarrista Nick McCarthy– Franz Ferdinand es un quinteto de tres miembros fundadores y dos recién llegados. Algo que, a la vista de Kapranos, tuvo ribetes positivos: “La partida de Nick fue un verdadero estímulo. Cuando algo así sucede, no se trata de continuar como si nada hubiese pasado. O tomás la decisión de terminar todo ahí o te focalizás y te hacés más fuerte”. Sumados el guitarrista Dino Bardot (compadre de la escena de Glasgow con su trío 1990s) y el productor y multiinstrumentista Julian Corrie (también conocido como Miaoux Miaoux), el grupo grabó entre Londres y París las diez canciones de Always Ascending, su nuevo disco, con la producción artística de Philippe Zdar (Cat Power, Phoenix, Beastie Boys).
Después de los años y los cambios en la formación, el anuncio de un nuevo disco se percibe como un reinicio para la banda. ¿Vos también lo ves así?
−Sí, definitivamente es un nuevo comienzo. Cuando sacamos Right Thoughts, Right Words, Right Action fue como la frutilla de un postre. El fin de la primera década de existencia de la banda. Creo que después nos aburrimos, y la distracción fue hacer todas las cosas que estuvimos haciendo durante estos años y que no tuvieron que ver directamente con la banda. Luego, cuando volvimos a juntarnos, éramos solo tres: Paul, Bob y yo, porque Nick ya no quería tocar, quiso estar más en casa y no tener que programar su vida como una estrella de rock. Así que nos vimos ante la oportunidad de hacer lo que quisiéramos, y eso era crear algo nuevo. Por supuesto, la esencia de la banda sigue ahí. Tres de nosotros continuamos ahí. Es decir que los elementos del personaje todavía están, aunque ahora nos esforzamos por crear algo distinto.
El tema que abre el disco y le da título, Always Ascending, tiene un notorio ánimo bailable. ¿Por qué eligieron volver con una canción así?
−Sí, la canción definitivamente tiene fuertes elementos dance. La ironía es que una de las razones por las que formamos la banda fue nuestra intención de tocar música con la que pudieras bailar. Creo que ahora hay reglas diferentes a las que usábamos cuando empezamos a escribir canciones en 2002. Lo estamos haciendo distinto, y así debe ser si no querés que la cosa solo se repita. Estoy muy orgulloso de lo del pasado, pero ahora quiero probar algo nuevo.
¿Cómo se sintieron en el trance de volver a empezar?
−Es excitante, estar en acción siempre lo es. No hay nada grandioso en estar atascado en una estación de tren, rodeado de nieve y sin una puerta por la que puedas salir. Eso no era para nosotros. Y cuando todavía estaba Nick, quizás nos sentíamos un poco restringidos a la formación de cuatro miembros, la cual manejábamos muy bien, pero nos impedía experimentar en algunas direcciones. Ahora podemos probar más con sonidos electrónicos, con la manera en que sonamos. Trabajamos duro en hacer canciones sólidas, que tuvieran una estructura fuerte y que pudieran ser vestidas con cualquier formación y tocadas por cualquier clase de banda, y aun así seguir sonando poderosas y originales: por un cuarteto de rock clásico, una orquesta o una guitarra acústica. Para mí es una nueva era, con nuevos estados de ánimo, habilidades y ritmos que no usábamos antes. Hay un montón de cuestiones técnicas con las que no quiero aburrirte, pero como escritor siento que he hecho cosas que no había realizado antes.
¿Cómo afectó al sonido de la banda la inclusión de Dino Bardot y Julian Corrie?
−Sus aportes fueron geniales. Ha sido muy estimulante volver a tocar con Dino. Pasamos un gran rato juntos, de verdad lo disfruto mucho. Y a Julian lo conocimos en Irlanda. Estábamos con varias personas, entre ellas Emma Pollock y Paul Savage, de The Delgados, y les conté que estábamos buscando a alguien que se sumara al grupo. Los dos nos dijeron que habláramos con Julian. Yo conocía su trabajo con la música de otros grupos, sus remixes, y también su proyecto personal, así que lo llamamos. Vino al estudio, trabajamos y funcionó enseguida. A veces encontrás a la persona indicada, pero al momento de trabajar la química es mala. Pero con Julian apenas tocamos una canción y todos entramos en el ánimo correcto; sonó como una banda con carácter y personalidad. Él es como un genio modesto. Es capaz de hacer algo hermoso con muchos instrumentos distintos. Nunca va a alardear, pero es increíblemente capaz y extremadamente musical, y disfruto de tenerlo en la banda. Incluso estimo mucho su voz, que es muy diferente a la mía, y ha sido muy divertido cantar con él. Antes de empezar a grabar hicimos algunos covers de nuestra época de secundaria en Glasgow, y cuando lo escuché hacer Purple Rain dije ʽOh, Dios mío, es una estrella de rock oculta, necesitamos que el mundo lo conozcaʼ.
¿Por qué convocaron a Philippe Zdar para producir el disco?
−Lo conocí hace algunos años, cuando estaba trabajando en un disco de los Beastie Boys, y desde entonces quería trabajar con él. Hay veces que los mejores amigos son los que te dan coraje y aliento para hacer cosas más locas que las que harías solo; y eso es lo que sucede con él. Había mucha energía, y él la captó. En el corazón de todo queríamos una banda real sonando, así que todo lo que escuchás en el disco sucedió en el estudio, luego de un año y medio de trabajar en el sonido y los arreglos. En el núcleo hay una performance muy orgánica, pero al mismo tiempo no queríamos mirar hacia el pasado. Deseábamos crear algo que anticipara el sonido de 2018, el sonido del futuro. Así que hubo que hacer a un lado un montón de cosas e ir hacia donde nunca habíamos ido, y la única persona capaz de lograr eso era Philippe.
Contaste que la canción Always Ascending surgió de una historia real, pero en relación con la banda puede leerse como algo sarcástico. ¿Puede interpretarse como un chiste para los fans y críticos que añoran el pasado de Franz Ferdinand?
−No diría que es un chiste. No fue pensado así, pero podría ser. Creo que sobre todo es una cuestión de actitud. Estamos extremadamente entusiasmados con lo que hacemos y constantemente mirando hacia delante, y a eso invitamos. Creo que se trata de liberar un poco la mente, de renovar un poco la manera de pensar. Es la manera en la que el disco es. Es un álbum que no tira hacia abajo, sino que mira hacia arriba.
***
Las entradas están disponibles a partir de los $2100 a través de LivePass.