“La música es hermosa y delirante. A veces me siento anacrónico en medio de tanto computador y teléfono. Ahora mismo escuché a (Joseph) Hayden y fue un viaje de 30 minutos en el cuarto sin drogas, sin necesidad de tener que informarme de algo que no sé si es cierto”, dijo Páez en una rueda de prensa en Bogotá.
Durante el último semestre del año, Páez giro por toda América con distintos formatos de conciertos, solo al piano y con banda completa. También fue invitado a presentar sus libros Diario de viaje y La puta diabla en las ferias del libro de Guadalajara, Bogotá y Buenos Aires.
Diario de Viaje se centra en la intimidad de su gira de conciertos en 2015 y también en su historia y su música. Allí recopila pequeñas y grandes anécdotas en torno a la música, sus amistades con Joaquín Sabina, Charly García y Mercedes Sosa; la política, los viajes, la vida familiar y sentimental, los excesos, los problemas de salud e incluso sus sueños más eróticos: “Tenía ganas de escribir, no tenía una historia, estaba en medio de una gira. En ese tiempo se mueren tus amigos, te enfermas, tus hijos van creciendo. Después de escribirlo lo leí: me impactó, me pegó. Un diario se escribe con libertad, no tenés que explicarle nada a nadie porque la vida es así: delirante”, explica.
Fito destaca que si bien ha escrito en diferentes formatos, la escritura de por sí le parece muy difícil. En relación a la polémica surgida con el último ganador del premio Nobel de Literatura, señala: “Bob Dylan no es un músico que incursiona en la literatura. Dylan es la literatura abordada desde el lugar de la música popular. Sus textos e ideas tienen la altura de cualquier escritor. Hacía falta un poquito de rock en el Nobel”.
Páez se considera un artista, no una persona de etiquetas: “Soy un hombre que hace música, no sé si soy músico. Soy un hombre que escribe libros, no sé si soy escritor. Soy un hombre que hace cine, no sé si soy cineasta”.