Cada paso que Esteman da es con cuidado y sentido. El artista colombiano construye su identidad en canciones que retratan su historia. Y también acompañan la de los demás. Así lo hizo recientemente con «Un día en París», la canción que produjo para proponer matrimonio a su pareja, en la ciudad que había habitado y donde se comprometieron sus padres. Y, desde esa naturalidad, su música no solo llega a un público, sino que empatiza con él y lo abraza: «La gente me escribe y cuenta historias que suceden con las canciones. Historias fuertes como salir del clóset. Mi música es un apoyo para la aceptación, es como terapia, es como un antidepresivo», cuenta.
Así, las canciones de Esteman transforman y tejen su propia historia. Como «Te alejas más de mí», que a un año de su lanzamiento, recientemente tuvo un salto de alcance: «Hay que dar tiempo a que las canciones empiecen a usar el poder con el que nacieron», reflexiona. El artista, que reside en la Ciudad de México, se encuentra cocinando su quinto disco. Para su construcción, está dejando que el tiempo corra y obre porque, como sostiene: «Es muy importante que un disco hable de una etapa, de un momento, y estoy intentando dejarlo fluir». Otra vez más, la fuerza del tiempo.
Luego de siete años, el cantante y compositor regresa a la Argentina para presentar ‘Te alejas más de mí Tour’. Las entradas para Teatro Vorterix pueden conseguirse acá.
¿De qué querés hablar?, ¿qué anda pasando por tu cabeza?
Estoy girando y siendo súper conciente del poder que tiene la música de llegarle a la gente. Las últimas semanas he vivido conciertos que nunca había tenido en mi país. La música está trascendiendo mucho más allá y estoy muy agradecido por eso. Muchos de los que están viniendo a verme están en grandes procesos de aceptación, como si mis canciones les evocaran eso. Cuando uno escribe una canción no sabe a dónde va a llegar y es increíble ver el poder tan positivo y curativo que tiene. Estoy pensando mucho en eso estos días.
¿Creés que hoy es más fácil ser un portavoz?
Antes de mi disco Amor Libre (2019), nunca había hablado de mi orientación sexual con mi público. Más allá de eso, creo que fue un antes y un después, porque en el proceso creativo estaba hablando desde un lugar mucho más vulnerable, saliéndome del personaje de «Esteman», mostrar quién estaba detrás, muy real y sincero. Ahí entendí que no podía seguir en la música sin mostrarme tal cual soy. Contar estas canciones sin filtros. Pero estaba el miedo, porque no era tan común mostrarse a la ligera en el pop, pero yo no podía seguir adelante sin contar tal cual soy. Sin contar algo que también viven las personas. Cuando comencé a sacar esas canciones fue un giro, me mostré tal cual soy. Ya había sido sincero, pero faltaba mostrar un lado. A medida que fui avanzando, fui entendiendo y siendo más conciente de ser un referente, del valor y el mensaje que trae una canción.
Hablemos de «Un día en París»…
Esta canción surgió de esa sensación de no aguantar más cómo pedirle matrimonio a mi novio. En abril compramos pasajes para ir a Europa, yo tocaba en Madrid y aprovechamos para viajar a París. Cuando compramos los pasajes empecé a pensar en esto, no dormí, me desvelé. Pero sentí que ese era el lugar, viví en París, mis papás se comprometieron ahí, tenía esa sensación. Al día siguiente tenía una sesión de composición junto a Technicolor Fabrics (una banda mexicana). Les conté que necesitaba sacar eso en una canción. Estábamos entre amigos, los tres, empezamos a escribir la canción, que salió literalmente de lo que contaba en una hora y media. Le pedí a mi equipo ser mis complicés de esto y armé todo para cantársela un día en París, en un picnic a orillas del sena. Se volvió un objetivo hacerlo tal cual la canción. Fue todo un plan maquiavélico. Luego lo convencí de hacer el videoclip y pensó que era de otra canción. Cuando iba al estudio, él pensaba que iba a grabar otra canción.
¿Cómo hiciste para guardar la sorpresa?
¡No podía más! Encima nosotros nos compartimos todo, tenemos una relación muy transparente. Todos los grupos sobre la canción estaban archivados en Whatsapp.
¿Qué significa venir a Argentina?
Desde que empecé a escribir canciones, siempre tuve mucha influencia del pop argentino de la época de los 2000. En Argentina encontré muchos referentes. Miranda! me marcó desde chico, su forma de hacer música, lo satírico y sarcástico, el drama y el humor, no era común en Colombia. Babasonicos, Illia Kuriaky, Cerati… Argentina fue un punto de referencia. Siempre me llamó la atención y a medida que pasó el tiempo fui viendo las cosas increíbles que fueron pasando allá. Me gusta mucho lo que está pasando ahorita allá. Es un país con una identidad musical muy marcada, es todo un reto llegar ahí. Tengo un público claro ahí, es de los que más me escucha, así que estoy muy emocionado por ir después de siete años. Estaba apenas sacando mi segundo álbum en Niceto, con mi primer álbum.
Las bandas latinas están en constante diálogo, ¿creés que es nuevo?
Creo que es algo más nuevo. Hoy en día hay tantos nichos y se han masificado tanto que no siento que sea una cosa obligada, creo que se da más la oportunidad de que colaboremos en una misma escena. La manera de oir música nos une más. Se escucha mi canción y luego una de Bandalos Chinos. Hoy en día la gente nos relaciona más y por eso nosotros nos juntamos más fácil. Nos encontramos por el mundo y sentimos que nos conocemos por la gente que nos escucha. Argentina, Latinoamérica, ¡la Ciudad de México! Es como una capital cultural. Allá conocí a Bandalos, a Conociendo Rusia, a Juan Ingaramo, Dani Spalla… Los conoces y si fluye los invitas a cantar en vivo.
¿Te seguís sorprendiendo del poder de la música?
Sí, lo que más me sorprende es ver cuando la gente me escribe y cuenta historias que suceden con las canciones. Historias muy fuertes como salir del clóset con la familia, mi música como un apoyo para la aceptación, como terapia, como antidepresivo… Me sorprende que me paren a tomarse fotos conmigo y soy muy relajado. La gente que me sigue realmente no lo hace por ser un sex symbol, la conexión genuina viene de la música. Y la gente me ayuda a seguir en esta, tengo mucha gratitud con su apoyo.
¿Y a vos te pasó igual?
En parte sí, Esteman nació en paralelo a cuando salí del closet. Siento que la música fue una manera de poder decir cosas.
Estás trabajando en tu quinto álbum, ¿qué estás descubriendo en este proceso?
Me estoy dando el tiempo de bajar mucho más el concepto y el sonido. Voy para un quinto disco, hay una presión, pero lo quiero conmigo mismo. Hay una evolución, pero me estoy dando el tiempo de poder bajarlo todo muy bien y la realidad que estar haciendo giras y producir no se me va tan bien… Pero estoy sacando canciones como «Un día en París» para dar pistas de por dónde va. Lo espacial, atmosférico. Pero si te muestro las canciones verás que es súper caótico. Hago lo que quiero, de repente me dan ganas de hacer una bachata, me doy esa libertad de jugar con diferentes géneros y ritmos y lo que termina uniendo todo es la misma voz, el concepto en producción y arreglos y esa es la parte que estoy bajando cada vez más. Para mí es muy importante que un disco hable de una etapa, de un momento, y estoy intentando dejarlo fluir.
La escena está para hacer una bachata, un dembow…
Claro! Por más que saque un dembow la gente no lo va a oír así. Al final, se trata de que cuando termine el proceso pueda subirme a un escenario a cantarlas y sustentarlas yo. Eso me tiene que llenar completamente. Por eso digo que es un proceso que, después de tanto tiempo, es rico tomarse el tiempo y disfrutarlo. No sacar canciones porque sí o por pegarla. La peor fórmula es seguir una fórmula que ya existe. Hay que sentirlo, disfrutarlo y estar seguro de lo que vas a hacer. A «Te alejas más de mí» le fue muy bien cuando salió, por ejemplo. Pero es muy fuerte lo que le pasó el último año con Tik Tok. Es darle un tiempo a que las canciones empiecen a usar ese poder con el que nacieron.