Se llama Federico Giannoni, pero su nombre artístico es Emanero, y bajo este pseudónimo se consolidó como un referente latinoamericano del hip hop. El año pasado editó su tercer álbum, Tres, que va a presentar este sábado en Vorterix. Además de consolidar una carrera en el ambiente local, Emanero hace énfasis en la importancia de unir a los artistas de hip hop para fortalecer al género en su conjunto. También representa artísticamente a la campaña contra el bullying, Si no hacés nada sos parte, para la cual grabó el tema homónimo que aparece en el álbum.
¿Por qué decís en el disco que el hip hop es una batalla de egos?
Están intrínsecos en el género aquellos que quieren ser los mejores y plantar bandera. Fue lo que durante muchos años nos mantuvo a la sombra de los géneros musicales. En vez de estar preocupados por generar una movida más grande y más profesional, estábamos preocupados por quién era mejor o por lo que tal le dijo a otro en una canción… nos quedábamos en eso y no crecíamos. Fue mi mensaje durante estos diez años de carrera.
Hablás en pasado… ¿es porque ahora están más unidos?
Ahora todos nos dimos cuenta y empezamos a luchar en contra de eso. Estamos todos tirando para el mismo lado. Los que se quedaron con esa envidia barata y hablan mal del otro son los que menos tocan, los que no crecieron. Tampoco se trata de juntarse a comer un asado todas las semanas, simplemente respetar y entender que el público escucha a otras bandas también. Con eso alcanza.
¿Cuánto influye la cuestión barrial en el hip hop?
Lo que trato de decir es que no importa de dónde seas. Todos nos vamos de este mundo de la misma manera, aunque hagas hip hop o aunque seas un cirujano. No importa dónde hayas crecido, lo que importa es lo que hagas con eso y la manera en que utilizás los recursos y todo lo que aprendiste. Desde mi lado, haber crecido en una familia de clase media acomodada me sirvió para poder dedicarme a la música y contar cómo se ve la realidad.
La realidad desde tu punto de vista…
Creo que eso está totalmente claro en el disco. No hace falta que aclarar de dónde vengo. Se entiende que estoy hablando desde mi perspectiva, como un pibe de la 1-11-14 que hace una canción de rap y te va a contar la perspectiva que él tiene de su barrio, cuáles son sus luchas diarias. Eso es algo muy importante que tiene el rap como cultura, que te permite ser distintas realidades a través de canciones. Como componente social es muy importante. Es una ayuda al respeto entre las clases. El rap llega como un elemento para que vos puedas conocer desde otro lado de dónde viene cada uno y entender su realidad.
¿Lo mismo opinás con el chico de la 1-11-14, que tampoco tenga prejuicios con un pibe de clase media?
Es algo que descubrí en el hip hop desde chico. De repente me veía en una fiesta en un antro de La Boca a las tres de la mañana de un jueves compartiendo el mismo espacio, la misma música, con pibes de todos lados, que vienen de familias con más guita que yo y les gustaba el hip hop porque lo habían conocido viajando a Estados Unidos de vacaciones, y pibes que habían escuchado las bandas de su barrio, muchísimo más marginales. Y ahí estábamos, compartiendo el mismo lugar y escuchando lo mismo. Me encantaría que a futuro empiece a emerger el rap de los barrios justamente para que nos unamos más todos.
También en el disco hay muchas referencias a los medios de comunicación, sobre todo a la tele y a la farándula. ¿Qué buscaste con eso?
Equilibrar la balanza para el otro lado. Si vos prendés la tele, la radio o lo que sea y ves que están hablando de frivolidades porque tienen más pauta publicitaria y más rating… está bueno que los que no formamos parte de ese mainstream equilibremos la balanza para nuestro lado. En Sr. y Sra. Fama yo no estoy criticando a ningún canal en particular, estoy describiendo un modelo de exitismo ficcional que ya es una caricatura por sí misma. Estoy ordenando una sucesión de hechos de una manera que parezca más exagerada. No estoy inventando nada. Ricardo Fort paraba en los canales de televisión para que le hagan entrevistas. Tenía todo comprado con guita. Es un modelo que necesitaba una canción que lo mostrara tal cual es, para entender que el éxito no pasa por ese lado.
¿El show que vas a dar en Vorterix marca alguna bisagra en el hip hop de la Argentina?
El que hice en 2012 por primera vez marcó un antes y un después en la movida nacional, sobre todo por el lugar, por haber sido la primera banda que abrió esa puerta al género, y que hace que los productores empiecen a mirarlo de otra manera. Como algo más profesional que no se reduce a la esquina o a la improvisación. Lo repetimos en 2013 y este va a ser el tercero. Cada uno plantea un desafío distinto. A cada uno voy con algo más. Ahora ya conocemos el lugar y sabemos cuáles son las posibilidades, así que vamos con la cabeza despejada. Me encantaría que otra banda se sume a este tipo de apuestas. No hay que pensar que para mí fue fácil. Cuando hicimos el primero no sabíamos cuánta gente iba a ir. Era una apuesta tanto para mí como para Vorterix. Estaría buenísimo que otra banda se la juegue y que trate de hacerlo.