“A pesar de que están transmitiendo para la televisión, sé que van a cortar esta parte –anticipó David Crosby en una diatriba para el recuerdo durante el show de The Byrds en el Monterey Pop Festival de junio de 1967–. El presidente Kennedy no fue asesinado por una sola persona. Le dispararon desde varios lugares con varias armas. La historia fue ocultada, los testigos asesinados. Y este es el país de ustedes, damas y caballeros”. Entonces Crosby hizo unos pasos para acercarse al micrófono de Roger McGuinn y así ejecutar juntos las armonías de una dramática pero brillante versión de He Was a Friend of Mine. Aun a 50 años de distancia, en su registro audiovisual, la tensión en las miradas de ambos es evidente. Al finalizar la canción, Crosby, todavía encendido, continuó con la idea en un mensaje que parecía dirigido también a quienes estaban sobre el escenario: “Lo van a censurar, estoy seguro. No pueden sostener algo así al aire”.
Para mayor rabia de sus compañeros, aquella noche el cantante y guitarrista no solo se refirió a la teoría conspirativa detrás del fallecido presidente cuatro años antes. También sugirió que se debía “dar LSD a todos los políticos y hombres de estado del mundo”, y amplió la brecha con McGuinn al tocar junto con sus rivales de Buffalo Springfield durante ese histórico fin de semana (Crosby suplantó al ausente Neil Young). De esa forma comenzaba a gestarse The Notorious Byrd Brothers.
Llegando a la génesis de aquel quinto álbum publicado en 1968, en solo cuatro años The Byrds había atravesado un derrotero oscilante. Su aparición con el single cover de Bob Dylan, Mr Tambourine Man, llevó a la banda al tope de los rankings de Billboard en 1965, cimentando su capacidad para competir en ventas e influencia con la “invasión británica”. La banda de Los Ángeles contaba con un carácter inédito: poder canalizar el folk de Dylan sobre la experimentación de los Beatles, con suficiente personalidad propia como para encontrar en ellos unos fanáticos acérrimos. De hecho, fue Crosby quien había iniciado a George Harrison en la música hindú, y a lo largo de Rubber Soul, los fab four respondieron con varios guiños al intercambio y la admiración mutua.
Aquel éxito no era impermeable a las exigencias internas. Al mismo tiempo –a pesar de perder al miembro fundador y pieza clave compositiva, Gene Clark– en 1966 The Byrds pasaba de quinteto a cuarteto, ampliando su paleta de folk-rock con los primeros rasgos de psicodelia en Fifth Dimension. Para entonces, si bien el grupo seguía los pasos que los Beatles habían emprendido en Revolver, su popularidad iba en descenso. Younger Than Yesterday, el sucesor de 1967, tuvo varios singles en los charts, pero pasó desapercibido del otro lado del océano. Sin embargo, hoy es una pieza laureada por la crítica que se sostuvo en el tiempo gracias a sus buenas canciones, fundamentales para entender la dirección artística de la banda. El bajista Chris Hillman encontraba musculatura compositiva (el premonitorio aporte country-rock de Time Between y The Girl with No Name) y performática (su bajo es la columna vertebral en el genial So You Want to Be a Rock & Roll Star), y el productor Gary Usher había entendido cómo aplicar con inteligencia los métodos de Revolver en una marea de efectos de cinta, loops (las guitarras en reversa funcionando como una sitar cósmica en Mind Gardens) y arreglos de vientos por encima de las armonías de McGuinn y Crosby.
“Yo no era un tipo fácil de tratar en ese momento”, se refirió alguna vez Crosby sobre esa época. La tensión entre los otros tres miembros y él había escalado a un punto insostenible al llegar las sesiones de The Notorious Byrd Brothers. Y no solo era producto de su verborragia escénica. Él, al igual que sus compañeros, se había adentrado en el consumo de LSD, pero había agregado anfetaminas a su errática rutina, al punto de ausentarse en varias de las jornadas de grabación. Aquello quedó retratado en Artificial Energy, el track uptempo que abre el disco en que McGuinn le dispara directo con un “¿Realmente ese es el tipo de viaje que estás buscando?”.
Sin embargo, a través del caos, el grupo alcanzaba un súmmum en sus capacidades. Para Notorious… no solo se cruzan el folk con el rock, la psicodelia y el country, sino que hasta hay pinceladas de jazz. En Tribal Gathering, una oda al festival de la contracultura hippie Human Be-in, los Byrds van de en un tempo brubeckiano de 5/4 al proto-stoner en menos de dos minutos, mientras que Natural Harmony se vale de en un tempo casi matemático con Hillman cantando en estéreo, cubierto de flangers y reverb por encima de una capa de sintetizadores moog. La obsesión de McGuinn por esos teclados, que había surgido en Monterrey gracias a una muestra de Robert Moog, inclusive lo llevó a componer Moog Raga, un instrumental en modo drone que el sello Columbia archivó y eliminó del listado original del disco por no considerarlo comercial.
Decididos a sacar a Crosby del mapa luego de su disputa por la inclusión del genial Goin’ Back de Carole King en el disco, Hillman, McGuinn y el baterista Michael Clarke fueron en busca de Gene Clark, quien ofició de reemplazo temporal y de quien se rumorea que solo aportó coros en dos canciones. Aunque presente en la icónica imagen que ilustra la tapa del disco, Clarke fue echado del grupo por Hillman y McGuinn, descontentos con su performance. En su reemplazo convocaron a los sesionistas Jim Gordon y Hal Blaine para ocupar la banqueta en cinco de los once temas.
Solo dos miembros originales (y quizás un caballo) quedaban en el grupo una vez que The Notorious Byrd Brothers salía a la calle. Casi sepultada por los sucesos a su alrededor, la banda se movió con rapidez para retomar las fuentes del country-rock en Sweetheart of the Rodeo en 1968 junto a Gram Parsons, pero fue en The Notorious Byrd Brothers donde The Byrds cultivó un sentido de libertad y expansión que hoy sigue resonando como desde el primer día.