
Diez años atrás, J Balvin era una estrella colombiana camino a encabezar un recital en el remoto estado de Chocó. Nicky Jam era su telonero, un veterano alguna vez prometedor del reggaetón puertorriqueño decidido a revivir su carrera en otro país después de haber luchado contra las drogas y el alcohol. Cuando se conocieron en el jet privado que los llevaba al show, Balvin estaba extasiado. “Había sido uno de los ídolos de mi carrera”, dice Balvin, de 31 años. “Me dijo que era mi fan, que había llegado a donde estaba gracias a mi música y la de Daddy Yankee”, cuenta Nicky Jam, de 36 años.
Hoy, Balvin (nombre: José Álvaro Osorio) y Nicky Jam (Nick Rivera Caminero) no solo son pares, sino también líderes de la nueva generación del reggaetón. Juntos, tomaron el género del under de Puerto Rico que fue tan desestimado como una moda y lo convirtieron en el soundtrack de una revolución global de música latina. En los últimos tres años, cada uno puso ocho hits en el top 10 del Billboard Hot Latin Songs, más que cualquier otro artista en ese período. Ambos también tienen dos videos entre los 100 más vistos de todos los tiempos de YouTube. Mientras tanto, su número de seguidores en Instagram se disparó por encima de los 15 millones. Nicky Jam marcó su primer Nº 1 en el Top Latin Albums en enero y acaba de cerrar su primera gira de arenas europeas en abril. Balvin tiene cinco nuevos hits en el Hot Latin Songs (15 en toda su carrera), y su álbum Energía está en su semana número 41 en el top five del Latin Rhythm Albums.
Pocas veces, dos artistas que cantan en español impactan en simultáneo el mainstream de semejante manera y con el mismo estilo musical. Jam lideró las nominaciones de los Billboard Latin Music Awards de 2017 con nueve nominaciones y ganó seis. Balvin tuvo siete nominaciones y ganó dos. Compiten uno contra el otro en la categoría de Artista del Año, que engloba sus éxitos en radio, ventas y quizás lo más importante: streams, que demuestran más claramente su alcance global.
Al mismo tiempo, ambos han cultivado proyectos paralelos. Jam fue anfitrión de Lip Sync México, la adaptación televisiva en aquel país del ciclo Lip Sync Battle. Su amigo Vin Diesel lo recomendó para un rol en el exitazo fílmico que fue xXx: El regreso de Xander Cage. “Nicky Jam es muy talentoso en muchísimos niveles –afirma Diesel–. No solo le sale natural estar frente a la cámara, sino que también tiene un timing comedido genial”.
Balvin, mientras tanto, se metió en el mundo de la moda con una invitación muy deseada para el show de Chanel del diciembre pasado en París. En enero se convirtió en el primer embajador Latino del New York Fashion Week y apareció en la campaña de primavera 2017 de Ovadia & Sons. “Balvin tiene una habilidad para mezclar una sensibilidad callejera auténtica con un lujo clásico, y eso lo hace perfecto para el clima de moda actual”, sostuvo el director creativo y fundador de AMIRI, Mike Amiri.
A pesar de sus diferencias personales –Balvin es un fashionista que detesta el compromiso y Jam es un adicto recuperado y un cristiano renacido recientemente casado–, ambos son buenos amigos. Balvin frenó sus actividades en la New York Fashion Week, en marzo, para ir al casamiento de Nicky Jam en Medellín. Cuando salen, cuando sus agendas se los permite, van a ver una película y comer una pizza, generalmente en Medellín, donde ambos tienen sus casas.
“[Balvin] me vio cuando estaba en lo más bajo, yéndome de los recitales en un taxi baqueteado en Medellín –dice Jam al recordar los días en los que recomponía su carrera–. Ese mismo tipo se paró al lado mío en los Latin Grammy del año pasado. Hay que ser un hombre en serio para llegar a donde está y seguir siendo humilde”. “Juntos fuimos capaces de demostrar que nuestra música puede ser mainstream, aun en los Estados Unidos, donde los grupos latinos a veces son marginalizados”, afirma Balvin.
¿Cuál fue el desafío más grande para encontrar el éxito?
J Balvin: Borrar el estereotipo de que los grupos latinos no tienen el peso internacional para conquistar los mercados musicales globales. Y por “internacional” me refiero a gente como la que fue a ver a Nicky en Israel este mes. No eran latinos, eran israelíes. Venimos derribando los muros, en parte gracias a lo que otros latinos hicieron en la música y el cine. Nicky y yo tenemos suerte de vivir en una época clave en la que las redes sociales no mienten, y eso es una bendición. Como latinos, somos muchos, y nuestra geografía es gigante.
Nicky Jam: Me encanta ver la cara de la gente cuando me escuchan hablar inglés y se dan cuenta de cuán lejos llegué.
¿Cómo los ayudaron las redes sociales y el streaming?
NJ: Diría que el streaming fue un factor en el 50 o 60 por ciento de nuestro éxito. Es mi plataforma, es donde la gente encuentra mi música. Es mi formato. Aparecimos en una época en la que las cosas estaban cambiando, y así es como la gente me ve. Gracias a Dios por eso.
JB: Compuse una canción que dice “el mundo es grande, pero lo tengo en mis manos”. Podés tener el poder de tu música en tu celular y alcanzar a millones de personas. Gracias a las redes sociales también te podés mostrar como realmente sos. En el fondo, las máscaras son inútiles. Tenés que ser real, el hecho de que nosotros lo seamos nos convierte en una inspiración.
¿Cuán importante es la elección del lenguaje en sus canciones?
NJ: Muy importante, dependiendo del ángulo en el que estés trabajando. Si estás apuntando al mercado americano, tiene que ser en inglés, a lo mejor con una pizca de español, porque es tu cultura y tu esencia. Lo mismo en español. Si vas a hacer música para el fanático americano de la música latina, es clave que cantes en español. Ser muy bilingüe te puede jugar en contra. No me imagino una canción en español subiendo al Nº 1 del Hot 100. Si pasa, fantástico, pero no creo que pase.
JB: Creo que es posible, pero todavía estamos lejos. Puede que lleve varios años, con nuevas generaciones que emerjan y se den cuenta de que los Estados Unidos no son el único lugar del mundo y que el inglés no es el único lenguaje de valor. Estoy muy enfocado en cantar en español.
NJ: Es más fácil que una canción en inglés esté en el Nº 1 de las listas latinas. Podés hacer una colaboración con un rapero americano y los latinos lo van a escuchar. Pero no puedo imaginarme a un fanático de rap afroamericano sentado en su auto diciendo “¡Me encanta el rap de Nicky Jam!”. Es ser realista.