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Foo Fighters tuvo un regreso contundente con su novena álbum de estudio, Concrete and Gold. Producido por Greg Kurstin y por el grupo, la banda ya había adelantado The Line, La Dee Da, Dirty Water, The Sky Is A Neighborhood y Run, que disparó las mayores reproducciones de un single en su primer día en historia de la carrera de Foo Fighters.

El álbum es el sucesor de Sonic Highways, que llegó al N°2 del Billboard 200. El frontman Dave Grohl dijo que quería que suene “como si Motörhead hiciese Sgt. Pepper’s”. “Cada vez que vamos a grabar decimos que el álbum va a ser diferente a los anteriores, pero, esta es la primera vez que realmente probamos cosas nuevas”, le dijo el bajista Nate Mendel a Billboard

La semana pasada, el cantante confesó que Justin Timberlake colaboró en una de las canciones. La historia va más o menos así: Timberlake había escuchado lo que Foo Fighters estaba haciendo y le gustó; a partir de ahí, Grohl y Timberlake empezaron a salir juntos. “Un día tomamos un whiskey en un estacionamiento. Él es genial. Otro día me preguntó: ‘¿Puedo cantar en tu álbum? No te quiero presionar, pero… me gustaría poder contarles eso a mis amigos. Así que la banda tuvo que agregar algunos ‘la, la, la’s’ a una canción. Justin le dio en el clavo. Te lo aseguro, este chico está muy adelantado”.

El álbum también cuenta con Paul McCartney en una batería, y con Shawn Shockton de Boys II Men y Alison Mosshart de The Kills en algunos coros.

“Esperamos mucho para ir a Sudamérica y ahora vamos con cada disco. En Argentina hacemos uno de los mejores shows, son increíbles ahí. Nos apoyan tanto, y los conciertos son tan locos… así que esperamos ir pronto a visitarlos”, dijo Mendel.