El cantante Jake Owen se presentó antes que Jason Aldean en el festival de country Route 91 Harvest en Las Vegas, y fue durante el show del segundo que Stephen Paddock, de 64 años, abrió fuego contra los asistentes del concierto desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay. El atacante se suicidó antes de su captura y dejó al menos 50 muertos y 400 heridos. Fue la masacre con un arma de fuego con más muertos en la historia de EEUU.
“Estaba arriba del escenario. Acababa de subir junto a algunos amigos, incluyendo Luke Combs, otro artista que había tocado más temprano, y estábamos parados a 15 metros de Jason, que estaba tocando. Y de repente, ese ruido. Todos nos quedamos como ‘¿Esos son tiros? Cada vez fue más veloz, como su fuese un rifle automático. La gente huía, corría en todas las direcciones posibles. Fue caótico”.
Owen dijo que corrió en dirección opuesta al refugio más cercano, el bondi de gira, que estaba del otro lado del escenario. “Me agaché detrás de un patrullero con otras 20 personas. Todos se preguntaban entre sí si estaban bien. Había gente con sangre, y se podía ver algunos cuerpos tirados en la calle, aquellos a los que las balas habían alcanzado. Fue como una película, no parecía real”.
Cuando se le preguntó cuánto tiempo duró el tiroteo –que cuando empezó muchos pensaron que eran fuegos artificiales para celebrar el final del concierto-, Owen respondió que “cerca de 10 minutos”. “Fue como que le estaba disparando a peces en una pecera. Es horrible decirlo así, pero así fue”, le dijo a CNN.
“Estas cosas están pasando realmente. Estamos muy asustados, pero es importante destacar que el Departamento de Policía de Las Vegas y las ambulancias hicieron todo lo posible para hacerse cargo de los heridos. Todos se manejaron muy bien. Se merecen un ‘hurra’”.
.@jakeowen who was backstage during Vegas shooting: «It was like a bad movie that you’ve seen before but never thought would be real life.» pic.twitter.com/MoxgC3wvD2
— ABC News (@ABC) 2 de octubre de 2017