El cantautor británico de 24 años se presentó en el Luna Park frente a 12 mil personas. En su primera visita a la Argentina, tocó temas de sus primeros dos discos, + (2011) y x (2014), que vendieron millones de copias en todo el mundo. Aparte de haber sido nominado a incontables premios y tocar con Elton John en los Grammys de 2013, es el cantante más escuchado de Spotify, con más de 2.000 millones de reproducciones en la famosa aplicación de streaming.
“Vamos a perder todos las voces esta noche”, predijo Sheeran apenas se subió al escenario. “Se los ve dispuestos a pasarla muy bien”. Su pronóstico era sólo una cuestión de tiempo: los gritos abrumadores de las miles de adolescentes esperando a entonar sus canciones eran incesantes y estremecedores.
Eran las nueve y monedas cuando el pelirrojo británico más famoso del último tiempo se paró solo en el centro del escenario porteño. Lleno de gente: en todas las butacas, una luz. Empezó con Lego House, de su álbum debut. Siguieron Don’t y Take it back, dos de sus hits más vendidos.
“Voy a estar yo solo en el escenario, pero todo lo que escuchan lo estoy controlando con mi pie, así que lo que suene esta noche será completamente en vivo”, explicó Sheeran, refiriéndose a la pedalera con la que grababa sonidos y los hacía girar en loop, cantando por encima y sumándole nuevos acordes de su guitarra, que cambió cuatro veces, entre acústica y eléctrica. Frente a cuatro pantallas gigantes, se lució por la ausencia de músicos, pero, sobre todo, por su voz absorbente.
Sheeran fue mutando del pop cancionero al hip hop, rapeando en temas como The Man, demostrando que maneja otros géneros con soltura, aunque lejos de derretir corazones como lo hace con sus famosas baladas melosas Thinking Out Loud o Photograph, de su último disco. Sus fanáticas, enloquecidas, no bajaron sus brazos con celulares en las casi dos horas de recital, llenando el estadio con un mar de flashes.
Demostró su versatilidad haciendo covers de Superstition y Ain’t no Sunshine When She’s Gone, de Stevie Wonder y Bill Withers, respectivamente.
“Estoy tan lejos de casa y me siento más amado acá que en mi propio país”, dijo antes de tocar uno de sus últimos temas, All Of The Stars, parte de la banda sonora de la película The Fault in the Stars. “No suelo tocar esta canción pero, bueno, siento ganas en este momento”, confesó.
Regresó para el bis con una reversión de In Da Club, de 50 Cent, y un final a todo trapo con Sing, el tema más esperado.
“Son tan apasionados, como dice todo el mundo”, dijo sonriendo, ovacionado por un sinfín de chillidos. “Realmente tenía muchas ganas de tocar acá”, concluyó, sin que hiciera falta prometer un regreso.
Fotos: Gigriders