“Quiero llevar mis shows en vivo a otro nivel”, presagió Duki a Billboard AR en febrero de este año. Nueve meses más tarde -durante los cuales agotó un Teatro Gran Rex y se fue de gira por España-, con la producción de Lauria Play, el trapero de 22 años dio a luz su epifanía.
Sobre el escenario de un Luna Park sold out, levantó una torre de tres pisos cubierta de pantallas leds que manejó su VJ Kryptonita Endiablada (Nacho Ayerza). Bajo la estructura, le armó un bunker a su DJ Orodewbow (Roque Ferrari) para que dispare los beats. A un costado, rompiendo con los cánones básicos del género que lo hizo músico, Duki desplegó una banda con batería, bajo y teclados, conformada por Neuen (Fer Laprida, Fedireds y Oniria), quienes también trabajan como productores del trapero.
El show inició con un sketch introductorio, en el que se lo ve lookeado como en sus épocas de El Quinto Escalón. “No puedo pasar de nivel, estoy re estancado”, se queja. Luego, se quita la campera del Milan -característica de sus tiempos de freestyler- y cual Sayain se transforma en el Duki de hoy en día, con tatuajes en la cara, joyas colgando y el pelo rubio.
Una versión más potente de “Rockstar”, gracias a los instrumentos en vivo, abrió el show. Enseguida, Ysy A y Neo Pistea (con quienes formó #ModoDiablo) hicieron su primer aparición para hacer “Otro level” y “Xanax”. La presencia de otros traperos fue una fija durante todo el concierto. Por ejemplo, tras simular una falla técnica en el sonido, dio lugar para que Luchito -trapero de 16 años apadrinado por Duki- tomara el escenario para hacer dos canciones. Luego, también cedió espacio a C.R.O., con quien hizo canciones como “Vampiros” o “Fuck Luv”, para que presentara una canción propia.
Durante todo el recital le habló en plural a su público, y dejó en claro que su llegada al Luna Park fue consecuencia de un movimiento del que forman parte muchas personas. “Todavía soy un pibe de barrio, esto es una locura”, reconoció y agregó: “Hace mucho que Argentina no figuraba en el mapa, y ahora, volvimos a figurar”. No es una generosidad vanidosa la que lo lleva a Duki a compartir su escenario, sino su conciencia de artista que lo hace comprender que él -aunque sea un referente- es parte de algo mucho mayor.
Uno de los highlights de la noche llegó de la mano de “Hello Cotto”. Un host vestido de gala presentó el duelo del año entre dos boxeadores, Duki vs. Mauro (su nombre real). Emulando a Rodrigo, el trapero apareció con los guantes puestos para que su flow pegue como cross de Ringo Bonavena. A partir de allí, siguieron “Mi chain de roque”, “Si te sentís sola” y “Loca”, en la cual contó con la presencia de “la reina del trap argentino”: Cazzu.
Antes del regreso de Ysy A y Neo, Duki presentó una versión con banda de su primer tema “No vendo trap”. El final del show llegó con “Guapo”, “Hijo de la noche” y un track que él definió como un “himno del trap argentino”, “Quavo” –canción lo acerca a los mundos de Travis Scott o A$AP Mob-. Temas como “Ferrari”, con más de 12 millones de streams en Spotify, y “No me llores”, que fue pedida por el público, quedaron fuera del tracklist.
Duki se convirtió en el primer trapero argentino en tocar (y agotar) un Luna Park, también fue el primero en lograrlo en el Gran Rex, y el primer freestyler de El Quinto en editar un tema propio. Junto a Paulo Londra, Duki abre el camino para que el género conquiste Latinoamérica, y no hay dudas que pronto pateará las puertas de los Estados Unidos.
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