“En la Argentina hay más críticos que curiosos, y la música es una cuestión de sentimientos”, afirma Deborah de Corral. Firme y decidida, la cantante no se calla a la hora de analizar el ámbito de la escena local. “Deberíamos interpretar menos y hacer más. La música es sentir y producir. Acá hay mucha crítica, pero poca investigación de las nuevas tendencias y bandas”, comenta con deseos de cambiar el problema, que adjudica al “ADN argentino”.
En un breve paso por Buenos Aires, la exmodelo lanzó su segundo disco de estudio. Piel salió al mercado el 2 de diciembre luego de dos años de producción de la mano del venezolano Orlando Vitto y Aureo Baqueiro. “El álbum se hizo en casa. Suena grande, pero es más íntimo. No soy una banda, pero tampoco soy un producto pop, entonces todo es superíntimo y muy personal”, describe de Corral, aclarando que el desarrollo se realizó en su casa de Los Ángeles, Estados Unidos.
Luego de la buena repercusión que obtuvo su álbum debut, Nunca o una eternidad (2011), con el cual obtuvo una nominación a los Grammy Latino como Mejor Artista Nuevo y un premio Gardel como Mejor Artista Pop, la cantante pausó su faceta musical para dedicarse a su otra pasión: la cocina.