Damián Amato lleva más de 15 años en Sony Music Argentina. Desde su oficina en Palermo, comanda el tablero de desiciones como Director General para Cono Sur hace ya una década. «No trabajo para mantener el market share, lo que más me importa es hacer todos los días las cosas mejor. Es un honor que los artistas confíen sus carreras y destinos en nosotros. «. Su estilo personalista, cercano y activo -no para de recorrer venues y asistir a shows de artistas tan nuevos como icónicos- mantienen fresca y actualizada su visión sobre una escena que ha vivido cambios contundentes en los últimos tiempos. Con ese background celebra la explosión de la música urbana y destaca que la industria supo responder, sin dejar de lado a los artistas y géneros que ya eran prioritarios. «Siempre hay que pensar en el desarrollo cultural y en apostar en los talentos argentinos junto a promotores, productores y managers«, destaca.
¿Qué balance haces del 2019?
Fue un muy buen año para los artistas argentinos fuera de nuestro país. Más allá del fenómeno urbano local, muchos han logrado girar en el exterior con mucho éxito, en géneros como el rock y el pop. Además, la escena local creció un montón con nuevos festivales para nuevas generaciones donde se dio lugar a muchos artistas independientes jóvenes para que muestren su música y han tenido gran aceptación. Eso se reflejó en la venta de tickets, que al final es tan importante como la cantidad de streams. La escena está muy fuerte y es buenísimo que no estemos hablando de un solo proyecto como «el sucesor de Soda o los Fabulosos», sino de muchos que por suerte aspiran a esos lugares. Eso hace mucho que no sucedía.
¿Creés que las cosas son más fáciles en el nuevo ecosistema?
Antes era más difícil firmar un artista y desarrollarlo porque había muchos gatekeepers. Hace 15 años, para dar a conocer un artista, necesitábamos mínimamente que sonara en la radio, hacer prensa, tener un video que rote en los canales de música y generar notas en programas de tv abierta o lograr alguna tapa de revista. Hoy, con la diversidad de medios, las redes y las plataformas de música, la forma de escuchar música está fragmentada. Hay un abanico de propuestas para ofrecerle a los artistas y es más fácil llevar una carrera a través de la viralización y la globalización.
¿Creés que Internet hizo que la música latina tome el lugar que le correspondía?
Antes se pensaba que la música latina solo podía funcionar si entraba en el verano europeo. Así algún que otro tema se ponía de moda. La globalización de las plataformas hizo que los que escuchan en Chile, México, Paraguay, Europa o China influyen en un Top 50 Global y eso hizo que los números latinos aparezcan en el mapa. Además lo analizo desde este lugar. Cuando era chico yo no sabía inglés y era fanático de Queen, Kiss, Rolling Stones, Led Zeppelin, y no entendía la letra de ninguna canción. Si durante años yo no entendí ese idioma, ¿por qué voy a pensar que a alguien en Alemania puede no gustarle una canción de Shakira ? Nunca antes se vivió esto, creo que es una época increíble para la música latina y hay que aprovecharla para que se quede para siempre. No creo que sea una moda, pasamos a formar parte del mundo.
Desde menos de 5 años, las 100 canciones más escuchadas en Argentina en su mayoría son nuevas, ¿cómo explicás esto?
Los hábitos de consumo son distintos. Hay una población mucho más amplia oyendo pocas canciones muchas veces y una población adulta más reducida que escucha muchas canciones una sola vez. Los puestos que figuran más arriba en los charts probablemente nunca terminen siendo para el público adulto. La playlist de Abel Pintos es de las más escuchadas, pero no hay en este momento una canción de él en el top 50. La gente escucha 30 canciones suyas, no una, y probablemente la suma de esas 30 se escuche más que la primera del ranking. Los charts son por canción, no por artista. Es un tema de hábitos de consumo, todo tiende estadísticamente a tener una distribución normal. Los más chicos que escuchan música de esa forma van a crecer y quizás vas a encontrar artistas más adultos cuando crezcan.
¿Creés que hay canciones que van a quedar como «clásicas»?
Ojalá que sí, pero las generaciones de nuevos artistas también la tienen difícil desde ese lugar. El consumo de inmediatez hace que hoy se escuche muchas veces una canción que después no se escucha más. Otro nuevo desafío es que hasta hace 2 o 3 años, nuestro trabajo terminaba cuando lográbamos que un fan se llevaba un disco a su casa. Hoy, el objetivo de la compañía es que la gente vuelva a escucharlo la mayor cantidad de veces posible. Es un cambio de paradigma.
¿Cómo fue la reinversión de la industria ante el nuevo modelo?
El negocio cambió desde todos los ángulos. Creo que la crisis del modelo de negocios de la industria discográfica generó que jugadores o distintas partes vieran que no servía estar enfrentados en un momento crítico. La música nunca estuvo en crisis, solo el modelo, eso hizo que todos nos acercáramos. Hoy, el negocio es colaborativo. Al estar integrados entre managers, artistas, productores y promotores de shows el negocio crece para todos. Creo que los últimos 15 años han sido así, con featurings de artistas y trabajo conjunto para buscar oportunidades.
¿Qué opinás de los artistas que deciden mantenerse independientes?
Conozco personalmente y estoy cerca de muchos de ellos, creo que todo el mundo tiene derecho a tomar la decisión que crea conveniente y todos caminos son válidos. Hay que entender las diferencias de los modelos que llevan adelante las compañías discográficas y lo que proponen las empresas de distribución digital pura: dependiendo desde donde se lo mire cada cuál tiene sus pros y sus contras, y cada artista tiene un rumbo conveniente. La independencia me parece muy bien, si es una elección propia correctamente fundamentada. A veces, hay una prejuicio negativo sobre las multinacionales o quienes la dirigimos y eso no lo comparto. Si el fundamento es que el artista quiere ser dueño de sus másters, es su decisión y me parece bien. Nosotros buscamos talento y a partir de allí proponemos un trabajo en equipo con un desarrollo integral de marketing y difusión, donde nuestro foco está en ayudar en el crecimiento artístico de los proyectos tanto en Argentina como en el exterior.
¿Considerás importante estar presente en la radio?
Sí, sobre todo para artistas adultos. De todas formas, sigue siendo relevante para todos los proyectos y valida el éxito digital, aunque igualmente no existe una regla general para todo. Cada artista es un mundo en sí mismo y tiene que tener una forma especial para trabajar su proyecto. Por ejemplo, Paul McCartney no tiene los seguidores de J Mena, o los números de Lali en Spotify o Youtube, pero en la radio suena todo el catálogo de los Beatles y cuando sale de gira llena estadios en segundos en todo el planeta.
A grandes rasgos, ¿cómo creés que es la nueva escena?
Creo que todo es más inmediato y que la masividad de las plataformas digitales atrajo a gente más joven. Los artistas que explotan hoy son en su mayoría para público teen o jóvenes adultos, porque están ligados a lo que miran y lo que se genera en las redes donde conviven a diario. Es la conexión que se genera por Internet. Por otra parte, muchos artistas ya instalados además tuvieron un crecimiento notable, pero les ha llevado más tiempo.
¿Crees que los artistas nuevos tendrán que pensar más en la obra y no tanto en lo inmediato?
El desafío más importante de todos los jóvenes que han triunfado es la continuidad, porque el hecho de triunfar tan joven hace que tengas que reinventarte muy pronto. También, entender que tu audiencia va a crecer y, dentro de 5 años, ver si sigue esperando lo mismo de vos, o que hables de otros temas o te pares en el escenario con otra bajada de línea ideológica. Es difícil, como artista tenés que empezar a asumir otro rol porque tu edad y tu crecimiento te obligan a que vos crezcas con tu audiencia.