Después de los sold out en Córdoba y Rosario, y tras la reprogramación del show –se había suspendido por lluvia –, finalmente se presentó en el club GEBA de la ciudad de Buenos Aires, donde le brindó a sus miles de fanáticos un espectáculo a puro hit.
El predio al aire libre se fue completando paulatinamente hasta llenar la totalidad de las ubicaciones y la fresca noche porteña fue adquiriendo calor con la musicalización urbana que emitía la consola a la derecha del escenario, un cuerpo de baile femenino muy sugerente y el agite de Juani Martínez, quién auspició como host de la velada. Esto vino acompañado de una puesta con pantallas de LED que componían una “Y”, diez bailarines y seis cañonazos de humo y fuego, que prometían un marco excepcional para el astro del reggaetón.
La genterecibió a Daddy Yankee de pie, algunos incluso parados en sus asientos, lo que provocó el repudio del sector más alejado del escenario. La canción responsable de irrumpir con la algarabía fue Rompe. Después siguió la fiesta con El Cangri, y con un hit tras otro fue escribiendo la historia de su paso por la capital: inmediatamente sonaron los temas King Daddy, Lo que pasó, pasó, Tu príncipe y Mayor que yo.
Siempre elcuente, agradecido y humilde, el hombre de los mil apodos –pero que en realidad se llama Ramón Luis Ayala Rodriguez–, no escatimó en elogios para con el público argentino, que no veia hace casi 2 años, y hasta adornó el repertorio con una prosa en rima consonante y pseudo improvisada con los sustantivos GEBA y Argentina. Esto motivó a los fanáticos a responderle, entonando el clásico cántico tribunero “Olé, olé, olé, Daddy, Daddy”.
Con mas de 20 años de trayectoria en la escena urbana, el referente mundial del género hizo un repaso por todos los éxitos que lo catapultaron en reiteradas oportunidades a lo más alto de los charts mundiales de Billboard. No había que ser un fanático de Daddy para, al menos, modular el estribillo de canciones como Lovumba, ¿Qué tengo que hacer?, Machucando, Ella me levantó, Llamado de emergencia y Limbo.
A la par de la vorágine del show, recorrió todo el escenario, a pesar de la reducida movilidad causada por aquel disparo en la cadera, mucho antes de ser el Daddy Yankee que todos conocemos. El Jefe se permitió reversionar El amante, el hitazo de Nicky Jam, e invitó a cantar su nuevo single La rompe corazones, canción que interpreta junto con Ozuna, con quien ya colaboró en el remix oficial No quiere enamorarse.
También confesó que la lírica original de Shaky shaky la improvisó dentro del estudio de grabación con el aval de sus productores Dj Urba & Rome y contó con la adhesión de todo el estadio cuando propuso agitar los celulares de lado a lado con la base del tema Limpia parabrisa. Sin dudas uno de los momentos destacados se produjo cuando el DJ disparó la base de Gasolina, canción perteneciente a Barrio Fino: el álbum de estudio más vendido de la década del 2000, considerado como el mejor disco de reggaetón de la historia y por el cual obtuvo el Grammy Latino en 2005 como «Mejor Álbum Urbano». Yankee sostuvo el vértigo y la intensidad que el evento y su seguidores exigía, aunque éste haya parecido escueto si exponemos la infinidad de éxitos que compuso y en los que intervino a lo largo de su vasta trayectoria en la industria. La despedida llegó con el éxito Despacito, que contó con la participación de Luis Fonsi en las pantallas con las imágenes del videoclip.
Tamo’ en vivo @daddy_yankee!!!