El cierre del Cosquín estuvo a la altura de las circunstancias. El festival continúa creciendo exponencialmente y triplicó la concurrencia de público de hace apenas unos años. Gracias a la diversidad de géneros, una excelente organización y una oferta musical de primer nivel, las nuevas generaciones aportaron su frescura al clásico evento cordobés. Los anuncios de las ediciones del festival en España y Nueva York no hacen más que rubricar el éxito de la franquicia que se encuentra en su mejor momento.
En otra soleada jornada que superó los 30 grados, Eruca Sativa salió al escenario con el sol de frente y puso en la agenda del fin de semana el debate sobre la presencia femenina en los escenarios. “Nosotras estamos hoy paradas acá gracias a la lucha de miles de mujeres que la remaron durante años”, dijo Brenda Martin, y acto seguido se sumó al escenario La Bruja Salguero (quien días atrás se presentó en la plaza próspero molina) anunciando a viva voz: “abran las tranqueras, señores, que vienen las mujeres”. A continuación realizaron un emotivo homenaje a la Negra Sosa con la interpretación de “Amor Ausente”, a la que se sumaron Kris Alaniz y Sonia Alvarez.
Don Osvaldo fue el plato fuerte de la jornada, y pasadas las 19 horas el éxodo al escenario sur fue masivo, ocupando literalmente la mitad del predio. Con alrededor de 45 minutos de retraso, Patricio Fontanet saludó a su ejército de fieles y agradeció: “Un aplauso para los cordobeses que siempre nos reciben, hace mucho que no estábamos acá”. En la otra punta, quebrando generacionalmente en dos al público del festival, Ataque 77 realizó un repaso de sus más de 30 años de carrera y estrenó nuevo material.
En la Carpa Alternativa, los centennials recibieron a Wos al grito de “Dale Campeón” (por su título en la Final Internacional de Batalla de los Gallos). Acompañado por Guillermo Salort en batería, Fran Azorai en el teclado, y Ca7riel en la guitarra, el freestyler demostró que también puede hacer lo suyo acompañado de una banda.
Ciro, un clásico del festival, renovó propuesta con su puesta en escena y como todos los años se presentó ante un escenario colmado y entregado a su catarata de hits imbatibles. Si una gran cantidad de gente concurrió con la intención de ver a Don Osvaldo, otro tanto lo hizo para ver el regreso de Ska-P. En su show de punk-ska de protesta elevó reclamos como la desaparición deSantiago Maldonado y pidió por el fin de las corridas de toros y las invasiones norteamericanas en el mundo.
A la misma hora en la carpa alternativa, Indios fue la previa a la presentación de Miss Bolivia, con un potente show retomando el reclamo por la presencia femenina: “¿para cuándo mujeres en los lugares centrales de la grilla?”. Sobre el cierre, luego de dos días a pleno sol, la clásica lluvia coscoína dejó su sello en el festival y Nonpalidece tuvo que finalizar su presentación luego de tres canciones por cuestiones de seguridad. Un detalle que de ninguna manera empañó un fin de semana a plena fiesta.