Después de muchos años haciendo música a solas y casi a escondidas en su casa, la actriz Gloria Carrá sorprendió a fines del año pasado con el lanzamiento de Sagrado, el primer disco de su grupo, donde cumplieron un rol fundacional los experimentados Jano Seitún y el Colo Belmonte.
El resultado es Coronados de Gloria, una original fusión de estilo donde aparecen desde toques balcánicos y flamencos hasta canciones pop, baladas, aires melódicos de los años 70 y hasta una impecable versión de Perdiendo el tiempo, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, circa Lobo suelto, cordero atado. En vivo incluso suman un cover de No me importa morir, de El Otro Yo. Como muestrario en video, ya tienen en YouTube un clip del primer corte, Martaelena.
El año pasado presentaron el álbum en La Trastienda (una temporada atrás llenaron el ND Ateneo), y hoy tocarán en Niceto Club. Los próximos planes incluyen la posibilidad de llegar a festivales europeos, gracias a los contactos de su flamante manager Daniel Grinbank, que los vio de casualidad en una fiesta privada y quedó muy impresionado.
Gloria Carrá, más allá de su popularidad como actriz de televisión, teatro y cine, ya había dado una primera muestra de sus ganas de cantar cuando hizo un espectáculo musical con Antonio Birabent en el Teatro Maipo. Se llamó Qué será de ti, con dirección de Javier Daulte, pero eran versiones y no temas propios. “De alguna manera −cuenta− me escondía detrás de los personajes del espectáculo y de esas canciones. Esto es otra cosa”.
¿Cómo surgió el nombre y por qué no saliste como solista?
– ¡Es una banda! En un momento en que ya teníamos el grupo armado, me puse a buscar un nombre. Y un día, en el auto, de pronto escuché el Himno Nacional Argentino y me dije “¡Ya está!”.
La banda es un pequeño dream team de la escena de cantautores indie. ¿De dónde los conocías?
– Los primeros fueron Jano y el Colo. Esa fue como una prebanda, porque los tres quedamos enganchados. Después ocurrió que en el cumpleaños de Ángela [su hija, Ángela Torres], ella quiso cantar unos temas y le dije de no usar pistas y ofrecí a la banda. Se sumó su primo hermano, Peter Jozami, que es un gran guitarrista. Vino a un ensayo con nosotros y en el día del cumple le dije a Jano que me gustaría que se quedara en Coronados. Después sumamos a Cristian Terán, que es un vientista increíble. En paralelo, Jano dejó de tocar con Alvy Singer, se fue con Los Grillos del Monte y tocaba mucho con Onda Vaga, así que propuso estar con nosotros en las fechas en que le fuera posible y puso a Lisandro Etala como bajista. En las fechas importantes, entonces, Jano se incorpora y toca otras cosas como banjo y chelo.
El disco es largo, ¿pero aun así les alcanza para un recital extenso o tienen que agregar canciones?
– En La Trastienda, por ejemplo, tocamos una hora y pico, con los temas del disco y tres más que no están grabados. Uno es No me importa morir, un cover de El Otro Yo. El otro es un tema de Jano que se llama Desde mi piel, y también hemos hecho uno de Chico Trujillo que les pedí a los chicos que lo cantaran ellos solos, mientras yo me iba a cambiar y volvía.
¿Las canciones son todas recientes o hay alguna cosa tuya de hace diez años atrás?
– Hay una de hace 11 años, que es El vestido. Está retocada con algunos cambios de letra y agregados, pero es el mismo “vestido” viejo [risas]. Es el primer tema que hice, pero casi todos los demás son muy nuevos. Las canciones de amor de Coronados son Verte y Sagrado. Hay un dúo con Peter [Laberinto] y otro con Luciano [Cáceres, Haiku], que es como una profecía, porque es una letra de despedida, y cuando lo grabé no sabía que nos íbamos a separar. ¡Le tendría que haber puesto Nostradamus de título!