Ya falta poco. La próxima semana llega Paul. O, mejor dicho, vuelve Paul, porque estuvo en la Argentina en 1993 y 2010, ambas veces en el estadio de River. Ahora se presentará el 15 de mayo en Córdoba y el 17 y 19 en el Estadio Único de La Plata.
El productor Fernando Moya, director artístico de T4F, estuvo involucrado en las tres visitas. La primera fue en 1993, con Rock & Pop. La segunda fue justo cuando ingresó en T4F. Y ahora llega la tercera.
¿Qué recordás de la primera vez?
– Me sorprendió, porque acá parecía que era un país más Stones que Beatles. Y aunque él vino con un repertorio más McCartney, cuando entró en el tramo de canciones de los Beatles fue una locura. Como productor y como fan, una señal muy clara es cuando un show termina y la gente queda pataleando.
¿En el 93 había dimensión de lo que era un recital de Paul, o era “un show más” en esa ola de visitas?
– Había dimensión, sin dudas. Creo que se demostró lo grandes que eran los Beatles en la Argentina con la cantidad de fans que tenían y lo bien que se vendieron las entradas. Además, el concierto estuvo muy bueno. Pero después no pudo volver acá hasta 2010. Los shows de Paul siempre son muy buenos, canta muy bien y duran mucho. Ahora pasaron varios años, y sigue cantando muy bien. Lo hicimos dos años atrás en Lima y está bárbaro.
¿Te acordás del telonero del 93?
– Sí. Fue Nito Mestre. Hablé con él hace poco porque quería proponerlo para esta vuelta. También propusimos a Coral, Eruca Sativa y Gustavo Santaolalla, entre otros. La idea es que queden uno o dos. Mi postura en T4F es que siempre haya soportes locales y la mayor cantidad posible. ¡Para los Rolling Stones les propuse que hubiera seis! Me parece que es algo que les sirve a los artistas, porque los potencia, los ubica y los puede conectar.
[Recientemente se confirmó que Las Rositas será la banda telonera en Córdoba]
¿Con la visita del 2010 había una sensación de “es la última vez”?
– No estuve involucrado en la negociación, que duró como cinco años y la llevaron adelante Roberto Costa y el brasileño que rebautizó la compañía como Time for Fun. Fue una gira mundial donde decía que iba a tocar en todos los lugares que pudiera antes de terminar su carrera.
McCartney está trabajando en un disco y una película, así que no se dedica solo a salir de gira. Le dio a su manager y programador dos o tres períodos del año para tocar. Lo concretamos para que baje ahora, así que solo es la Argentina, no una gira por la región.
¿Y ahora tenés esa sensación de que es “la última vez”?
– Esta visita la venimos peleando hace cuatro años, y en el medio hicimos ese show en Perú, en 2014. Recién se pudo concretar ahora. Por eso creo que, si se tardó tantos años en armar esto, para una próxima tendrían que pasar otros cuatro o seis años. Son tiempos muy largos.
¿Fue una negociación regional, como la gira de los Stones?
– En este caso no, porque McCartney está trabajando en un disco y una película, así que no se dedica solo a salir de gira. Le dio a su manager y programador dos o tres períodos del año para tocar. Nosotros teníamos esta opción, que está pegada a unos shows en los Estados Unidos, o si no noviembre, después de hacer Europa y Asia. Lo concretamos para que baje ahora, así que solo es la Argentina, no una gira por la región.
¿No venir a todo el continente limita la producción?
– Eso tiene que ver con un nivel de producción que se pueda empatar o no con equipos locales. La logística local cada vez está mejor y más cercana al nivel internacional, así que eso ayuda a que un artista venga más desprendido de carga y no tenga que meter tanta inversión para llegar a un país como la Argentina. En cambio, los que traen todo de afuera tienen que prorratear el costo entre muchos shows en la misma región.
¿Time for Fun está con alguna alianza con grandes empresas de afuera, como Live Nation?
– Hubo una alianza contractual con Live Nation que terminó en junio del 2015, y ahora tenemos una relación que es bastante abierta; está fuera de un paraguas contractual, con la vista puesta en volver a concretar alguna alianza formal más adelante. De todas formas, hicimos cosas con AEG, como Rolling Stones y Paul McCartney.
Los nombres que todavía están dando vueltas para el segundo semestre son Guns N’ Roses, Rihanna y Beyoncé.
¿Qué es lo más difícil en la negociación de un artista de la dimensión de McCartney?
– Los números. Algunas veces hubo algunas ofertas más disparatadas que la nuestra, que no se concretaron, pero que dificultaron la negociación porque afuera creyeron que podían ser números reales. Eso desacomodó un poco la relación y no le hace bien al mercado. Antes de sacar las entradas a la venta hay que pagar un seguro por toda la cantidad de shows, y hay un porcentual que ellos cobran tras descontar impuestos, gastos y demás. El seguro va contra ese porcentual, digamos.
El mito es que un artista de primera línea pide 90 por ciento de la recaudación bruta. ¿Es así?
– No. Es el 90 por ciento de la utilidad, tras sumar venta de entradas y apoyo de sponsors, y luego descontar impuestos, costos de producción, gastos de estadio y publicidad. Hay artistas que ya piden 92,5 por ciento y hasta hay casos en los Estados Unidos donde trabajan con un 95,5, pero ahí influye que el empresario seguramente es el dueño del estadio, el estacionamiento, la ticketera y la comida. Esos ingresos colaterales pueden ser más importantes que la venta de entradas en sí.
¿Cómo sigue el año?
– Después de Rolling Stones, Maroon 5, Coldplay y Paul McCartney vienen unos meses más tranquilos, porque varias giras parecen estar alineándose para el 2017, incluso pensando en el Lollapalooza y Rock in Río, como Bruno Mars, Taylor Swift y Red Hot Chili Peppers. Los nombres que todavía están dando vueltas para el segundo semestre son Guns N’ Roses, Rihanna y Beyoncé.