El concepto del nuevo album de Sia, This is Acting, es como un punto de inflexión en la conciencia pública respecto del modo en que se cocina el pop hoy en día. La idea es que todas las canciones (excepto una) fueron originalmente pensadas para otros artistas que desistieron de hacer el tema. El truco se basa en que los oyentes saben que Sia (40) es la cantante australiana que camufla su cara bajo una peluca; que tuvo repercusión internacional con Chandelier; y que es una compositora cuya prolífica producción facilitó hits a Rihanna, Kelly Clarkson, Beyoncé, Ne-Yo, etc.
El motivo de This is Acting, entonces, viene del juego de juntar canciones hechas para artistas que podrían haberlas interpretado. El riesgo es que la gente va a inferir que es una colección de rechazos. La apertura de Sia sobre la historia de las canciones es una señal de confianza que pretende superar ese estigma, o una suposición cínica de que nuestra fascinación con el intercambio entre celebridades es el atractivo más poderoso de todos.
El álbum abre con Bird Set Free, que viene a ser una recapitulación de la carrera de Sia y un manifiesto de su realización personal como compositora. Pitch Perfect 2 y Rihanna la rechazaron; Adele la grabó pero finalmente desechó ese tema más otros de Sia para su álbum 25.
Junto con varios otros temas de Acting, Bird fue producido por Greg Kurstin, que también trabajó en Hello y en otras canciones de 25; está subrayado por una línea de piano hecho como en casa. Al mismo tiempo, el primer single de Acting, Alive, fue coescrito con la diva inglesa y tiene una catarsis similar en el estribillo. Pero es sangirento, interpretado de manera más desordenada de lo que Adele hubiera hecho. Cuando Sia alcanza las notas más altas, su voz se parece a la de una cantante de metal. Este sentido del peligro recuerda a su último álbum, 1000 Forms of Fear, y la única canción del disco que Sia reconoció haber escrito para ella misma, One Million Bullets, es también una reminiscencia de los modos de aquel disco. De las canciones más oscuras de Acting, es la que uno quiere repetir.
Después de algunas canciones, el oyente empieza a preocuparse de que estos temas fueron intentos de single, no hay un respiro de esos coros enormes y esos golpes de beats. Un efecto de banda de música electrónica llega como un embate en Move Your Body, escrita para Shakira, abrumando lo que podría haber sido un tema dance mucho más sinuoso. Cuando uno llega a Unstoppable, que suena como un rechazo de Katy Perry, el alarde de Sia de que ella nunca abandona suena como una amenaza.
La buena noticia es que en el medio hay dos temas más luminosos e ingeniosos que según Sia fueron pensados para Rihanna: Reaper (coescrito por Kanye West) y Cheap Thrills. La mala noticia es que con las cinco canciones que siguen, This is Acting empieza a sonar como un montón de chatarra. Sia admitió con honestidad que ella escribe canciones en Mad Libs (un juego para escribir historias), con una lista de frases que ella guarda en su teléfono; el peor caso es House On Fire.
Rescatando algunos puntos altos, This is Acting es disperso y olvidable comparado con el emocionante 1000 Forms of Fear. Sia sabe que es más impersonal. Es todo parte del concepto, pero no es una excusa; la reciente muerte de David Bowie nos recuerdo lo teatral y construido que puede ser el pop sin necesidad de tornarse facilista. Sia es una figura tan intrigante que es una decepción escucharla haciendo un trabajo de rutina.