Una fórmula estudiada insuperable: el poder latino conformado por el talento vocal y físico de cinco jóvenes bien parecidos, todos under 21, cada uno embanderado con la estética y el color de su país de origen. Los chicos se calibran sin fisuras para darle un acabado perfecto a una maquinaria que funciona sola. Surgidos del reality La Banda, bajo el ala de Ricky Martin y con la producción de otro boricua hitmaker como Wisin, CNCO aterrizó en suelo porteño para regalarle a sus fans cuatro funciones en el Luna Park.
Fue todo en el marco de la presentación de su álbum debut Primera cita. Y fue una cita, sí, pero lejos estuvo de tener todas aquellas vicisitudes de las primeras.
El quinteto sabía lo que tenía que hacer, la convocatoria fue excepcional y la conexión fue inmediata. La puesta estaba integrada por cinco pantallas verticales en altura, que estaban ubicadas arribas de otra horizontal, que ocupaba todo el ancho del escenario.
Propio de un show que no libró detalles al azar, los chicos se alinearon por delante de las pantallas, con una luz adecuada que destacaba la silueta de cada uno. El flamante vestuario de los CNCO se adaptaba a una tonalidad oscura. El backline se distribuyó por el escenario con la batería y los teclados en altura, un bajo y una guitarra en cada lado. Al mejor estilo noventoso de grupo Five, devinieron múltiples desplazamientos coreográficos, todos ellos uniformes y en perfecta sincronía. Esto le permitió al dominicano Richard Camacho dar el puntapié vocal para modular los primeros versos de Más allá, el tema que le dio nombre a la gira mundial. Le siguió Tan Fácil, que posicionó al conjunto en el N°1 del chart Airplay Latin de Billboard.
El tercer tema del setlist fue Para enamorarte, coreada en su totalidad por las fanáticas tras la invitación de Christopher. A continuación, se colocaron 5 banquetas, y las luces amainaron el clima para generar el ambiente propicio para el lento Cometa. «Buenos Aires, gracias por su lealtad y su amor», dijo Richard para que luego remate Christopher: «Para nosotros es un honor y un placer llenar este Luna Park cuatro veces». Después, se sentaron en las escaleras de las plataformas del escenario para hacer Cien. «Esta es una de mis favoritas», indicó el puertorriqueño Zabdiel, dando lugar a Tu luz, canción con la que cerraron momentáneamente el desdoble del repertorio para abrir la cartilla con los solos de covers.
La primera reversión la hizo el cubano Erick Brian, el más joven de la banda –16 años– y fue con el tema Disparo al corazón, un hit melódico de su mánager Ricky Martin, quien le dio una segunda oportunidad dentro del reality La Banda, cuando Erick estuvo a punto de ser eliminado. Luego fue el turno de Christopher, el estadounidense nacionalizado ecuatoriano, que reinterpretó el éxito del momento Despacito. La incertidumbre de lo que venía se disipó cuando sonó la voz de Enrique Iglesias en Súbeme la radio para anticipar la versión de Duele el corazón de la mano de Joel Pimentel, el otro estadounidense, pero con ascendencia mexicana. A éste le siguió Zabdiel, que con la guitarra calzada, se hizo cargo de Ya me enteré de Reik y la mezcló con una líneas del hit de MAGIC! Rude. El encargado de terminar con las reversiones individuales fue Richard, que con gran destreza física y claras aptitudes acrobáticas abordó Safari de J Balvin.
Tras el cambio de vestuario, el quinteto latino retomó su formación para Devuélveme Mi Corazón y una versión reducida de 24K de Bruno Mars. «¿Están listos?», desafió Richard, y continuaron con Volverte a ver, una reinterpretación de Otra vez de Zion & Lennox. Después siguieron con su más reciente sencillo Hey Dj!, que forma parte de su próximo material discográfico y que ya es un éxito en términos de reproducciones en todos los portales digitales.
Al anunciar su vuelta para fin de año en el Hipódromo de Palermo, motivaron al fandom a cantar con ellos Quisiera y con mucha humildad destacaron el trabajo de los músicos que los acompañaron. «Gracias Argentina”, fue lo último que se escuchó antes del aclamado encore: Primera cita y por supuesto, el hit que les permitió trascender las fronteras del continente y Europa: Reggaetón lento (Bailemos).
Envueltos en camisetas argentinas con sus nombres al dorso, se despidieron de su cita porteña a puro cañonazo de humo y una lluvia de serpentinas que casi no permitió ver la salida de la boy band con saludo en común: «¡Muchas gracias Argentina! Nos vemos el 16 de diciembre en Hipódromo».