A los 73 años, Ciro Fogliatta sigue en actividad: el mes que viene presentará nuevo álbum y saldrá a tocarlo en vivo con su banda, Las Blusettes. Además, va a estar en la apertura del Festival B.A. Rock y tiene ganas de recorrer el interior del país. Ciro es una figura clave del rock argentino: integró Los Gatos Salvajes, Los Gatos, Sacramento, Polifemo, Nito y Los Desconocidos de Siempre. En 1969 se instaló casi un año en Nueva York y vio a todas las grandes figuras en vivo. A fines de los años 70 viajó a España, donde se quedó más de dos décadas, hasta que volvió de la mano de Andrés Calamaro para la gira de Alta suciedad. Y desde entonces, desarrolló una carrera solista marcada por su amor por el blues tradicional en inglés.
“A mí no me conocen, esa es la verdad –dice–. Me reconocen por el solo de órgano en La balsa. A veces eso se transforma en un estigma. El propio Javier Martínez dice algo parecido, que está cansado del museo, porque es un tipo que está en actividad. Es complicado”.
Hay gente que aún a esta altura no sabe que también sos cantante y compositor.
Es verdad. Yo compuse siempre, y siempre pensé que en una banda las canciones propias son fundamentales. En la época de los Wild Cats había pocas canciones de la banda, aunque hacíamos letras: agarrábamos los temas de afuera que nos gustaban y les hacíamos letras en castellano. Con Los Gatos Salvajes ya entró Litto, que era muy prolífico. Y en Los Gatos ya teníamos el oficio donde un tipo componía y el grupo tocaba sus temas.
¿Fue frustrante la reunión de Los Gatos de 2007?
Sí. Fue como otras frustraciones con otras bandas, como el final de Sacramento o la separación de Polifemo. Recuerdo que unos años después dije que lo de Los Gatos había sido un fracaso, y no me refería a la parte artística, sino al aspecto comercial, porque ensayamos cinco meses y solo dimos un show corto en Rosario y un recital en el Gran Rex.
¿Cómo surgió la idea de encarar ahora un disco nuevo?
Cuando volví de España seguí haciendo discos de blues en inglés, pero me acuerdo de que en 2006 me agarraron las ganas de volver a hacer un álbum de rock en castellano, porque me invitó Andrés Calamaro a tocar en una gira que hizo por Córdoba, Mendoza y un gran show en Buenos Aires ante más de 30.000 personas. Ahí quise volver a armar una banda de rock y dejar de cantar en inglés, algo que en la Argentina es muy difícil. A los dos o tres años saqué un disco llamado Acordate de olvidarme y armé una banda con Juanito Moro en batería. Empecé a cantar y componer otra vez en castellano, algo que como frontman nunca había hecho.
Después armaste Las Blusettes, una banda con tres chicas…
Eso salió casi de casualidad, porque lo armé para un festival de blues y luego seguimos tocando juntos y grabamos un disco que fue El rock del rock’n’roll. Así que este álbum nuevo es el tercero en esa línea.
Y más roquero aún.
Sí. Puede ser que el sonido sea más roquero, aunque también tiene canciones. Los músicos que tocaron tienen su categoría, eso no hay que negarlo, empezando por los productores, que fueron Alfredo Toth y Pablo Guyot, además de invitados como Juanse y algunos especialistas de blues que llamé.
¿Cómo fue volver a trabajar y tocar con Alfredo, a quien conocés desde antes de formar Los Gatos?
Es como esos amigos que no ves durante muchísimos años, y cuando te los encontrás, parece que los viste el día anterior. Yo había hecho unos demos muy buenos que podían ser tanto una preproducción o el comienzo de un disco, y lo llamé a Alfredo para que los escuchara, ahí surgió la posibilidad de trabajar juntos. Ya me había ayudado con algunas cosas del álbum anterior, donde incluso cantó su hija. Estoy muy contento. Ojalá que sea un punto de partida, porque quiero mostrar más canciones. Estoy muy ilusionado, como un pibe que saca su primer álbum.