Hace tan solo tres años y medio, Matthew Russell y Kevin Ford se conocieron en las salas de un tribunal de justicia: ambos, músicos en desarrollo, habían sido estafados por el mismo productor. Esto fue lo que, demanda de por medio, dos meses después inició el camino que hoy se conoce, material y mundialmente, como Cheat Codes. Para completar la tríada, que tiene base en Los Ángeles, se uniría Trevor Dahl, viejo amigo y compañero de casa de Matthew Russell. “Más allá de los diferentes antecedentes musicales de cada uno y de nuestros gustos diversos, compartíamos la idea de hacer música que sí o sí nosotros escucharíamos. Esa fue, más o menos, la idea central. Antes de que nos diéramos cuenta, explotó”, dice “Kevi” Ford al teléfono.
Con una carrera que se ha ido construyendo sobre el lanzamiento de sencillos a través de las diferentes plataformas digitales, Adventure vio la luz en 2015 y sería el primero de una larga lista de hits. En estos casi cuatro años de carrera, Cheat Codes tiene más de 18 millones de oyentes mensuales en Spotify, más de 100 millones de reproducciones en sus videos subidos a YouTube, supera los 300 millones en Spotify, está en todas las listas de virales más escuchados de música electrónica y ha logrado posicionarse en los charts de Billboard.
En inglés, cheat code significa “el código del truco”, término que se emplea en el mundo de los videojuegos; y es el lema a través del cual viven: “Mi hermano mayor estaba en una banda y llegó a tocar en un estadio. Yo no lo podía creer, y como quería ser músico también, le pregunté cuál era el secreto del éxito. Él me respondió: ‘Tengo el código del truco para hacerlo’. Hoy, nosotros lo traducimos como un estado mental: nuestro truco es concentrarnos en lo bueno de la vida, en lugar de en lo malo; la idea que perseguimos es la de nunca rendirnos, más allá de las adversidades. Nos encanta que nuestros fans crezcan con nosotros, por eso tratamos de transmitir esta idea constantemente”. Y está claro que, al menos mirando los números, los shows y las giras por el mundo, encontraron la forma de “hackear la vida” y alcanzar el éxito comercial.
Su música está anclada en la colaboración. Han trabajado con artistas que van desde Kris Kross Amsterdam –el trío de DJ de Ámsterdam– y la cantante Demi Lovato hasta el rapero Fetty Wap; y quieren ir por más: “Creo que un gran punto de quiebre sería hacer algo con Drake, a quien todos admiramos muchísimo. Pero tenemos nuestros gustos musicales y estilos predilectos, por eso creemos en la libertad a la hora de producir. Por ejemplo, otro artista con el que nos encantaría colaborar es Paul McCartney, quien, como sabés, hace música que no tiene nada que ver con la nuestra. Y de eso se trata, si tu estado mental se enfoca en lo bueno y te proponés hacer lo que realmente querés, grandes cosas pueden suceder”.