Hace 15 años, Carajo lanzaba un disco debut que fue embrión para el nacimiento de su propia identidad sonora. Esa identidad sirvió para desmalezar el campo del rock argentino y así ofrecerle nuevos horizontes. Encontrar un sonido propio implica recorrer un camino que tiene de todo menos simpleza, sobre todo en el campo técnico, donde tanto el equipo como los instrumentos musicales forman parte importante en esta cuestión.
¿Por qué la banda usa cuerdas D’Addario para la guitarra y el bajo?
– Marcelo Corvata: Las cuerdas D’Addario NYXL me dan la confianza que necesito tanto en el estudio como en el escenario. Su brillo, su duración y la tensión resaltan el tono de mi instrumento y en las distintas afinaciones que suelo usar. La opción long scale funciona mucho mejor en mis bajos de 35 pulgadas. Los distintos calibres logran la tensión justa que cada afinación necesita en mis bajos de cuatro o de cinco cuerdas. Por último, las opciones steel o nickel logran la cantidad justa de agudos según la necesidad que se presente en el estudio o la duración en vivo. Sin duda que D’Addario hace más fácil mi desempeño como bajista.
– Hernán “Tery” Langer: Uso D’Addario hace muchos años. A lo largo de la historia de Carajo fuimos incorporando afinaciones nuevas. Eso hizo que necesitara instrumentos nuevos que acompañaran el crecimiento artístico junto con lo técnico. Las cuerdas son parte fundamental del sonido de una guitarra. Su estabilidad, duración y entonación son ejes fundamentales a la hora de entrar a un estudio o salir de gira. Por eso, con el último lanzamiento de producto [las cuerdas NYXL] experimenté cambios en todos los aspectos que una cuerda puede tener. Es realmente un producto superior, un salto de calidad y tecnología. En mi caso, tengo tres afinaciones y usualmente uso encordados híbridos para mis afinaciones Drop Bb. Cabe destacar el producto XLR8, que utilizo habitualmente y es muy práctico para limpiar y mantener las cuerdas para lograr aún más durabilidad.