En 25 años pueden cambiar muchas cosas. Y los Red Hot Chili Peppers lo saben bien: en este último cuarto de siglo, han pasado por sus filas decenas y decenas de integrantes y productores. Han viralizado el funk, para dejarlo de lado y más adelante volverlo a encontrar. Le buscaron la vuelta al rap y ocuparon un lugar vacante en el rock. Pero, sobre todo, hallaron el punto justo de ebullición en el que los shows son bien calientes, pero ya no tan desprolijos como antes. Y hasta, de vez en cuando, se ponen pantalones.
Y si los elementos de conjura de las protagonistas de un famoso cartoon eran azúcar, flores y muchos colores, entonces ellos prefieren una fórmula un poco menos ATP: sangre, azúcar, sexo y magia. Con esa reputación de desfachatados, han logrado lo que pocos: se llevaron a casa seis premios Grammy –incluido Mejor Álbum de Rock por Stadium Arcadium–, vendieron más de 80 millones de discos y hasta fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2012.
Cuatro años después de su última presentación en el país, en la primera edición del Lollapalooza Argentina, los de Anthony Kiedis y Flea vuelven con nuevas canciones. Y las expectativas no podrían estar más altas: The Getaway (2016) debutó primero en la lista de ventas Billboard Album Sales Charts y segundo en el Billboard 200.
Y es obvio, pero eso no lo hace menos cierto: los Chili Peppers son la banda más picante del mundo. En su séptima visita a la Argentina, demostrarán por qué.
Aún quedan entradas disponibles para el 17 y el 18, que se pueden adquirir a $1990 más cargos de servicio a través de www.allaccess.com.ar o en los puntos de venta habilitados. Los abonos generales y los tickets para el viernes 16 de marzo están completamente agotados.