Por Josefina Armendáriz y Santiago Torres
Camilo Echeverry Correa nació en Medellín el 16 de marzo de 1994. Tiene 27 años, es compositor, cantante y actor. Desde febrero del 2020 es parte de la familia Montaner, luego de casarse con Evaluna, la hija menor del cantautor y hermana de Mau y Ricky, con quien comparte algunas producciones.
El cantautor medellinense obtuvo el primer reconocimiento artístico en 2007 cuando ganó la final del concurso Factor X, transmitido por el canal RCN (Colombia). El galardón fue la grabación de su primer mixtape, que publicaría en 2008 bajo el nombre de Regálame tu Corazón. En ese entonces, usando su nombre de pila, Camilo Echeverry.
El desempeño televisivo de Camilo es uno de sus puntos cardinales: el mismo año que ganó el concurso hizo su primera aparición en la serie televisiva “Súper Pa” de RCN y en la novela “En los tacones de Eva”. A su vez, ingresó como presentador del programa infantil “Bichos”, hasta el año 2009, cuando asentó su prioridad en la música. El segundo mixtape de Camilo llegaría en 2010. Lanzado a través de Sony Music Colombia, Tráfico de Sentimientos amplió la popularidad del artista en su país natal y América Latina.
En 2020, Camilo lanzó su primera gran obra: Por Primera Vez. El disco incluye diez sencillos y cuatro colaboraciones: “Tutu” con Pedro Capó, “Tutu” (remix), que incorpora a Shakira, “Por Primera Vez” con Evaluna y “La Mitad” con Christian Nodal. El trabajo la obsequió cinco nominaciones a los Premios Grammy Latinos: tres por “Tutu”, una por “El Mismo Aire” y dos por el álbum Por Primera Vez. “Tutu” fue coronada como Mejor Canción Pop del Año. También obtuvo un premio Nuestra Tierra y cuatro Premio Lo Nuestro.
Luego de anticiparlo con “Vida de Rico”, “BEBÉ” y “Ropa Cara”, Camilo lanzó su segundo álbum el 4 de marzo de 2021. Mis Manos, una obra de once canciones en total que incluye colaboraciones con Los Dos Carnales (México), El Alfa (República Dominicana), Mau y Ricky y Evaluna.
Camilo es un arquitecto de la canción. “La música te transporta a un espacio, más de lo que te hace sentir. Yo soy fanático de esos espacios, porque cada palabra puede transformar absolutamente todo”, afirma. Esos espacios, a su vez, son habitados por públicos de todas las edades: niños, jóvenes y adultos. En una era dorada para la canción en español, Camilo es entonces uno de sus guardianes más importantes.
Sus éxitos han desembarcado en el Billboard Argentina Hot 100, convirtiéndolo en el artista con más títulos en varias semanas del 2020. Actualmente, conserva el segundo lugar – luego de Myke Towers – con siete canciones dentro de las 100 más escuchadas de la Argentina: “BEBÉ” junto a El Alfa (9°), “Ropa Cara” (10°), “Vida de Rico” (13°), “Despeinada” con Ozuna (40°), “Machu Picchu” (41°), “Tattoo (remix)” (53°) y “Favorito” junto a Evaluna (96°).
Éxitos como “Tutu”, “Vida de Rico” y “BEBÉ” son fruto de la intuición, humildad y honestidad de Camilo: “Las canciones no nacen con los discos de diamante, todas las que yo escribo nacen en formato semillita. Si la comparas con el highlight de una canción anterior, la matas”.
¡Felicidades por tu nuevo álbum y todo lo que está ocurriendo contigo! ¿Qué creés que va a pasar cuando vuelva todo a la normalidad?
Estoy honrado de estar aquí contigo en este espacio, significa mucho para mí. No sé si vamos a volver a la normalidad al cien por ciento, ni creo que deberíamos volver como si no hubiéramos aprendido nada. Creo que hay un montón de malas, pero se reorganizaron las prioridades un poquito. Ninguno es el mismo de antes luego de esta temporalidad tan compleja. En esa medida, de esta pandemia quiero llevarme al mundo las prioridades como las tenía: familia primero, casa primero, mirar para adentro primero, intimidad y salud mental y espiritual primero. Una vez eso montado, salir a la guerra. Pero para salir a la guerra, hay que aprender a entrar primero.
El disco se basa un poco en eso, ¿no? En el idealismo y el amor que tenemos que tener por las relaciones humanas…
Sí, lo creo. Gracias por ese comentario tan bonito. Ese álbum lo hice con mucha honestidad y mucho amor, sin duda refleja lo que estuve viviendo en todo este tiempo y lo que he estado sintiendo. Es una foto mía, de quien soy hoy. Este álbum es testimonio y testamento de mis prioridades. Este álbum es testimonio de la manera en que vivo el amor, la manera en la que me he descubierto a mí mismo a través de los ojos de mi esposa, la manera en la que he aprendido esas cosas que ella vio en mí que yo nunca fui lo suficientemente valiente para ver. El álbum también es testimonio de la confianza en los recursos que tengo en mis manos.
Leí lo que decías de hiciste este álbum con tus manos. ¿Es la primera vez que estás tan encima de tu propia obra?
Sí, sí, sí. En el álbum pasado comencé a sospechar que valía la pena confiar en lo que yo tenía. Tuve la oportunidad y el tiempo. Si no hubiera sido por la pandemia, no hubiera tenido los meses que estuve en intimidad con mi guitarra. Ese tiempo de intimidad con mi guitarra me permitió navegar profundo en aquello que antes estaba sospechando. En el álbum exploro la profundidad. Tuve varios compañeros de ruta: Edgar Barrera, Nico Ramírez, con quien hicimos todo el álbum, y varios colaboradores en la producción y en la composición, pero sí: siento que es un álbum muy mío, un álbum cuyo recurso es eso propio. Más allá de ir de shopping buscando incorporar cosas, es un álbum que confía en lo que tenemos.
Te han relacionado con Jorge Drexler por ser un artista que busca la palabra precisa sin irse de lo cotidiano. ¿Qué opinás de una comparación así?
Me salen varias cosas. Primero, mi ego salta porque que una persona como tú se atreva a hacer una comparación así me halaga. Segundo, creo que esta comparación es más de lo que merezco, pero lo recibo como un regalo precioso y una presión de ahora en adelante. Pero la verdad es que me esfuerzo por querer construir de esa manera. He comparado más mi música con la arquitectura que con los oficios sensoriales. La música en general, pero el género de las canciones es un vehículo que te da la bienvenida a espacios casi físicos. La música te transporta a un espacio, más de lo que te hace sentir. Y yo soy fanático de esos espacios, porque cada palabra puede transformar absolutamente todo. Soy muy cuidadoso con las palabras que elijo porque son tesoros, son colores, son texturas dentro de ese espacio físico que es cada canción. Me halaga mucho y te lo recibo como un abrazo, más que evaluarlo.
Te lo digo por palabras como “cervecita”, que tiene la dosis justa de urbano y el sonido de los compositores de guitarra, ¿cómo elegís la dosis entre lo moderno y antiguo en tu sonido?
Soy más intuitivo que calculador. Procuro hacerme muy pocas preguntas a la hora de estar pariendo la primera idea creativa del álbum y de la producción. Procuro hacer un oficio más infantil de intuición, porque creo que la creatividad tiene lugar en la comunión con lo sagrado del oficio creativo. Está más cerca de los niños chiquititos, es un movimiento sin obstáculos de un intercambio de arriba hacia abajo con lo sagrado.
Lo segundo es la creatividad mental de las ideas: cómo se organiza, cómo hace uno para que el puente no se derribe, para que funcione, para ordenar. Pero creo que la primera cuota es la interacción con el oficio sagrado de la intuición. Después, procuro que el 20% final, apenas un 20%, sea la organización estratégica de todas las piezas. Pero es todo desde la intuición, desde el sentir, desde aquello que no puede explicarse tanto en palabras, pero es ese click creativo que uno siente.
Al igual que con las letras, creo que la vida real tiene mucho más material para la cinematografía que la ficción. Me encantaría decirte que soy un creador de universos de ficción, pero no es cierto, yo soy un señalador de cosas, cosas que han estado ahí todo el tiempo. Yo vivo en Miami hace cuatro años, pero un día caminando con un hombre que vivió toda la vida aquí me contó que se construyó en base a una comparación que se hizo con un pitillo. Ha estado ahí todo el tiempo, pero yo nunca más voy a pasar por ahí sin asombrarme porque sé de qué se trata; y segundo, se lo voy a contar a toda persona con la que pase por ahí. Mi labor es señalar y nombrar aquellas cosas que han estado todo el tiempo ahí, esperando a ser nombradas o señaladas.
Es difícil definirte, ¿cómo te llevás con los géneros? ¿Preferís que te digan “compositor”, “cantautor”, “cantante”?
Yo creo que la labor del artista, del artesano, del compositor está en evadir esos límites. Definir es limitar. Para definir algo tienes que poner unos muritos, ponerle una etiqueta y que nada se escape, lo que se escapa, ya no es aquello que defines. Por eso, mi labor nunca ha sido definirme, ni quiero que lo sea. Al contrario, he recibido definiciones: las celebro, las aplaudo, pero también me asusto y las esquivo. No por el ejercicio de evadirlas, sino por el ejercicio de no dejarme encarcelar. Una crítica te encarcela al igual que te encarcela un halago. Entonces, uno tiene que ser capaz de recibir esas flores, recibir esos tomates, hacerse una salsa con esos tomates y seguir adelante. Creo que cada vez los géneros son más frágiles, como esas paredes de mentirita que cada vez se parecen más al papel y se van rompiendo. Yo procuro no poner límites de esos porque mi carrera es el testimonio de la exploración de la diversidad que hay dentro mío. Uno no es una sola cosa, uno es un montón de cosas. Dicen que hay que celebrar la diversidad de afuera; pero pienso que primero hay que celebrar la diversidad de adentro.
Nombrás muchas marcas en tus canciones…
Sí, pero no fue intencional. El otro día leí los nombres del álbum y me tomó por sorpresa. Quien no entra a escuchar el álbum y lee los títulos: “Vida de Rico”, “Rolex”, “Millones”, “Ropa Cara”, de repente dice: “¿Este tipo de qué va?”. Pero es la misma voluntad que tienen las canciones de irse nombrando a su parecer.
¿Cómo te llevas con el éxito?
Procuro disfrutar los frutos del trabajo que hemos tenido como equipo, lo disfruto un montón. Obviamente, me asusta mucho cuando me comparo conmigo mismo en otros momentos, ni siquiera con los demás. Cada etapa debería ser juzgada en su propio lugar, pero obviamente, cuando las cosas comienzan a pasar, y comienzan a subir, subir, subir, comienzas a hacerte preguntas. “¿Qué pasa si esto sigue?”, “¿qué pasa si esto no?” Obviamente, creativamente te retan. Ahorita estuvimos en un almuerzo donde nos dieron un montón de discos de platino, diamante, oro, no sé qué cosa y te lo regalan y te dicen: “Felicitaciones, tus canciones son no sé qué cosa”. Claro, yo lo primero que pienso es en lo agradecido que estoy y lo segundo es que necesito que esa placa la colguemos en un lugar en donde no pueda verla cuando esté escribiendo la siguiente canción que vaya a escribir. Las canciones no nacen con los discos de diamante, todas las canciones que yo escribo nacen en formato semillita. Si la comparas con el highlight de una canción anterior, la matas. Si te pones a intentar perseguir que suenen a algo que ya fue, matas la creatividad. Entonces, el éxito a veces es un arma de doble fila. Pero es muy bonito el néctar que viene con él, la cantidad de gente que está sumándose, el reconocimiento de la gente, los colegas. Yo procuro enfocarme en ese lado, el que disfruto.
La humildad es un valor increíble y a nadie le enseñan en la escuela a ser famoso, ¿podré saber de qué se trata tu conversación de hoy con Dios, con el universo?
Bueno, hoy por ejemplo estuve intentando explorar un poquito aquello que está en mis manos y aquello que no está en mis manos. Soltar el control de todo. Comunicarme con Dios para que me ayude a ver las cosas que están en mis manos y aprender a soltar las cosas que no están en mis manos. No solamente saber que las debo soltar, sino también soltarlas en la práctica. Porque pasa eso también: con el éxito uno empieza a intentar ser micromanagement de todo, y hay cosas que uno tiene que aprender a soltar. Y me cuesta soltar. Entonces hoy con Dios intenté explorar eso, pedirle que me abriera los ojos para aquello que tengo en mis manos, pero que no corresponde que esté en mis manos.
¿Consideras tu música cristiana?
No, no intento conseguir o ponerme esa etiqueta. Soy una persona en búsqueda constante del encuentro con aquello que siento que es la fuente interesante de todo lo que estoy haciendo. Más allá de decir “Yo soy cristiano”, no sé si me interesa la etiqueta. Además, mi carrera y mis canciones son una celebración de la honestidad. No me he tenido que disfrazar de nada, ni he tenido que ocultar nada de las cosas que he sentido que tenía ganas de decir. Quiero que mi carrera sea testimonio para la gente que está arrancando. Si me preguntas cuál es la motivación que me trajo a hacer lo que hago hoy, te mentiría si dijera que “unos acordes y la gente conectó con eso”. O una melodía y las palabras coloquiales. Tengo que ser honesto y contarle a la gente que todo lo que está pasando en mi vida es fruto de una relación con el total. Tengo que ser honesto, no me preguntes si me va a abrir o cerrar puertas, pero la honestidad es mi instituto para la verdad.
¿Pensaste que tu música iba a funcionar a este nivel?
Si yo estoy sacando estas canciones, este álbum, es porque yo las disfruto plenamente. Soy fan de mis canciones y creo en ellas, creo que mis canciones son lo máximo. Las amo, las respaldo y por eso estoy aquí hablando contigo de eso. Me apasiona lo que estoy haciendo. Pero uno nunca sabe que los riesgos que decides tomar en sonido, producción y letras van a hacer que las canciones sean muy tuyas y muy poquito. Con canciones como “Ropa Cara” me asustaba que sea un sonido diferente, con “Vida de Rico” también. Con “Bebé” lo mismo, pero mi canción me decía: “Qué rico se siente hacer esto”. Tampoco lo hago pensando que puede llegar al número uno, lo hago porque mi corazón me dice “qué delicia esto, hagámoslo”. Cruzo los dedos por mi ego, y pienso que ojalá esto me siga llenando la nevera, conectando con las personas, pero sí, cuando tomo riesgos y sé que son riesgos, estoy lleno de adrenalina.
Escribís las canciones que ningún otro artista hizo para vos
Cien porciento. La verdad que uno está persiguiendo eso, mi filtro es mi gusto. El valor de la tribu es eso, encontré un montón de gente que me hizo saber que no era el único que estaba sintiéndose de esa manera, fascinado con esas cosas, con ganas de pensar y celebrar esas cosas. Me di cuenta que no estaba solo en esto.
Estamos en la era dorada de la canción en español, ¿puede ser que tu próximo paso sea vincularte a artistas que admirás y que no son de habla hispana?
Si las canciones tienden los puentes… Lo que está pasando con mi carrera es que gran parte de las colaboraciones que hemos hecho han nacido de la profunda ilusión de hacerlo, más que de la estrategia, de la conexión real con el artista que está del otro lado de la canción. Entonces sí, amaría colaborar con un montón de gente. Cuando nazcan las canciones se tenderán los puentes hacia eso, pero estamos en un momento en el que me siento afortunado de estar vivo y activo, un momento próspero para la música latina. Mis ambiciones son las que Dios me ponga en la ruta, en la medida en la que pueda dejar la bandera de mi país, la bandera de mi generación. Intentaré dar la talla, pero me emociona mucho que sea el siguiente paso. Estamos tan entregados a este álbum que todavía no tenemos ilusiones puestas en otros lugares, aunque siempre llegarán.
¿Te ves en festivales como el Coachella, Lollapalooza, o preferís tu propia gira?
Mis ambiciones son las de un niño chiquito porque nunca lo he vivido. Desde mi álbum pasado, cuando soñaba salir a tocar, empezó la pandemia. Todavía no he salido a hacer la gira de mis sueños, entonces por supuesto que no sé qué se siente que mi nombre “Camilo” esté puesto en un festival de estos. Sueño con que suceda, sueño con salir y hacer mi gira, mi tour con mi nombre, mis lugares, creo que es el siguiente paso. En cuanto acabe esta pandemia y sea seguro, es mi sueño. Pero hay cosas que no están en nuestro control y los tiempos son una de ellas, sobre todo en este momento.
Este álbum es una excusa para decir que viva la música en español y vos sos uno de los que la lleva por el mundo…
¡Muchas gracias! Me siento honrado, me siento feliz de ser la portada de Billboard en este momento. Abrazo gigante a la gente que ha escuchado mi música y recibido mis canciones como parte de sus vidas. Gracias por el apoyo y por todo lo que viene. Sueño con estar tocando en Argentina y que puedas estar ahí al lado.