En su tercera visita al país, la banda dio una cátedra de rock mestizo

Si hay algo que se le puede adjudicar a una banda como Calexico, es universalidad. A lo largo de un show de hora y media, construyen un tranco rutero de folk, country y americana de tradición sureña. Pero algo extraño ocurre en el medio del camino. Como una caravana sin miedo al auto-stop, su vehículo frena en el desierto para cargar a un convoy de mariachis, con quienes intercambian pocas palabras, se hacen amigos y comienzan a jammear. ¡Y funciona!

Ese mestizaje cultural -producto de la cercanía de Tucson, Arizona, con la frontera mexicana– es el que juega brillantemente a favor en su tercera visita a la Argentina.

Erigidos como una respuesta tex-mex de Wilco, el dúo de Joey Burns (voz, guitarra) y John Convertino (batería), se expande en vivo como una banda cerebral de seis integrantes que resuelven todo: Martin Wenk mete trompetas, vibráfono o guitarras, mientras que Jairo Zavala dibuja paisajes desérticos entre el lap steel y la guitarra, Scott Colberg hace lo mismo en las cuatro cuerdas, y Sergio Mendoza y Jacob Valenzuela ponen el acento latino desde las teclas y vientos, respectivamente.

Desde los acordes iniciales de Trigger, Burns se ubica al frente del show y cuenta historias de cowboys matreros que escapan al costado del río, un deleite para Quentin Tarantino sin dudas. El segundo empuje con Falling from The Sky podría demostrar que Calexico trabaja desde una conducta indie-rock, si no fuera porque Cumbia de Donde pone a calentar inmediatamente el sazón bailable. Con las notas en el aire, muchos de los espectadores post treinta se animan a los primeros pasos de la noche.

A pesar de ser una entidad que funciona como tal, las individualidades aparecen tomando un protagonismo medido, sobrio. En el tropical Roka, Mendoza tira fraseos de son cubano en los teclados, por debajo de Valenzuela, que deja su trompeta para una ajustada performance vocal, inspirada en valores de la Fania como Cheo Feliciano. La psicodelia chamánica de World Undone pone a Zavala sumergiendo su guitarra en wah-wah y delay y hasta una violinista invitada construye una atmósfera de saloon en Minas de Cobre. Fue en esta última que un sampleo de locomotora encerró el concepto global del show: se puede ser elegante entre medio de la arcilla y los cactus.

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SETLIST

Trigger

Falling from the sky

Cumbia de Donde

Maybe on Monday

Bullets & Rocks

Sunken Waltz

Stray

Splitter

Roka

When the angels played

Minas de Cobre

Inspiración

Victor Jara’s Hands

Cumbia Soledad

World Undone