«Lo mejor del día, del mes, del año», «Y yo en mi casa, me quiero morir”, “¿Por qué no nací antes?”, fueron algunos de los comentarios que empezaron a circular anoche en las redes sociales cuando Andrés Calamaro invitó al escenario a Gustavo Bazterrica, “Cachorro” López y Daniel Melingo –sus ex compañeros de Los Abuelos de la Nada–, para homenajear a Miguel Abuelo, durante su presentación en el Personal Fest. Ninguna de las personas que escribieron esas frases supera los veinticinco años. ¿Por qué les provoca tanta emoción la reunión de un grupo al que nunca vieron?
“Muchos años atrás, o pocos, según si pensamos en la vida o en la geografía, Miguel Abuelo nos reunió para brindar nuestras canciones a los amigos ausentes, los prisioneros, a los desposeídos y a la democracia. Hoy vamos a reunirnos por primera vez todos los que estamos y a brindar a los amigos ausentes las siguientes canciones”, dijo Calamaro antes de que los ex Abuelos se unieran a su banda estable para interpretar No te enamores nunca de aquel marinero bengalí. “Va por vos, Miguel”, dijo al terminar la canción y la versión 2016 de Los Abuelos de la Nada empezó a tocar una versión de Costumbres argentinas que se mezcló por momentos con Oye cómo va, de Tito Puente y My Sweet Lord de George Harrison.
Cuántas de las personas presentes habrán conocido las melodías de Los Abuelos de la Nada escuchando la radio, casetes o CDs en esos largos viajes en auto, camino a la costa o a las montañas durante las vacaciones familiares. Es que una gran parte de los espectadores –que lograron su punto máximo de conexión con El Salmón en estos dos temas–, es demasiado joven para haber estado en uno de los recitales del grupo que lo ayudó a formarse en los ’80. Pero el poder de las buenas canciones trasciende las generaciones y no conoce los límites del tiempo y el espacio. A lo largo de su trayectoria, y tanto en su carrera solita como en los grupos que integró, Calamaro logró pintar sus composiciones con ese barniz de transcendencia, algo que queda en evidencia cuando se ve la cantidad de hits que quedaron afuera del set rockero de 23 temas, un hit atrás del otro, valga la redundancia.
En casi dos horas y acompañado por Baltasar Comotto y Julián Kanevsky en guitarras, Sergio Verdinelli en batería, Mariano Domínguez en bajo y Germán Wiedemer en teclados –un verdadero dream team musical que por momentos no se lució por problemas en el sonido–, Calamaro repasó en formato eléctrico clásicos como Alta suciedad, Crímenes perfectos, La parte de adelante y Flaca, recordó sus años en Los Rodríguez con Sin documentos y 7 segundos– a la que siguió El día que me quieras de Carlos Gardel, y homenajeó a los que no están en Los chicos, en donde la pantalla ubicada en el fondo del escenario mostró imágenes de Luca Prodan, Pappo, Spinetta, Gardel, Troilo, Prince, Bowie y Gustavo Cerati.
El sr @calamarooficial reunió a Los abuelos de la nada