Tucumán recibió la visita de Babasónicos y Bersuit Vergarabat bajo el marco del Budweiser Made For Music. El festival que se realizó en el interior del país preseleccionó con anterioridad dos bandas del under para abrir a los grandes números: Roadie y Buffalo Gil fueron las aprobadas por el jurado conformado por Juanchi Baleirón, Zeta Bosio y el Cóndor Sbarbati.
Mientras el sol se escondía tras los cerros de localidad de Yerba Buena, el público se fue acercando al luminoso escenario de Budweiser. Ya de noche y cerca de las 8:30 h, un par de tipos en pijamas se subieron al escenario. Hace 30 años que es el uniforme de Bersuit Vergarabat, pero la analogía con la locura psiquiátrica continúa generando impacto. “Tucumán, tenemos un pedo salvador”, dijo Daniel Suárez, y los clásicos empezaron caer: Yo tomo, El tiempo no para, Sr. Cobranza y El viejo de arriba, entre otros.
En la conferencia de prensa previa al show, Bersuit no le esquivó a lo político y soltó frases como “Este es un gobierno como el de De la Rúa. Es represivo”. Durante el show mantuvieron su cordura: “Hay locos sueltos, algunos son inofensivos y otros no tanto. Estos últimos están en el poder, no nos quieren y no les importamos”, se expresó el violero Tito Verenzuela cuando cantó Porteño de ley. Las declaraciones políticas no terminaron ahí y después de hacer Obstinato −perteneciente a su último álbum La Nube Rosa− Dani aprovechó un momento de silencio: “¿2×1? Ni olvido, ni perdón. No los quiero cerca mío, ni de mis amigos”.
La banda que volvió a los escenarios en 2011 sin Gustavo Cordera −a quién la mayoría no ve ni habla hace 7 años− demostró por qué sus canciones siguen vigentes. El cierre llegó con Se viene y La bolsa.
Babasónicos se demoró media hora en salir a tocar. Ellos no se atan a la lógica, colocan la bateria a un costado y entre todos los músicos forman un círculo, dejando un vacío en el medio.”No aplicamos a la moda, somos algo que no se puede encontrar fácilmente. Queremos chocar, sorprender”, adelantaron en la rueda de prensa.
Con un poncho medieval, Dárgelos comandó la salida y tomaron por asalto al público tucumano con Natural, Irresponsable y un medley de Su siervo, Vampi y El loco. “Quién no entiende a la música como entretenimiento, está equivocado”, había dicho el frontman anteriormente, y fue esclavo de sus palabras. Histriónico como una diva, bailó andrógicamente todo el show y miró a cada celular seduciendolo con ironía. “Prendamos esto fuego, Tucumán”, desprendió en un suspiro después de Putita y se subió a la melodía de Sin mi diablo.
Babasónicos podría musicalizar todas las orgías del mundo, siendo Dárgelos su chamán, y pocos lo discutirán. Llevan lo ridículo al extremo, pero quieren gustar y ser gustados, sentirse deseados. Son provocadores. El desenfreno continuó con Muñeco/Delectico, Los calientes, Gratis y Rubi. Llegaron al clímax con Yegua. Recorrieron casi toda su discografía; Soy rock de Jessico (2001) en versión acústica y un regreso a los noventa con Zumba y Viva Satana de Dopádromo (1996).