Fecha de lanzamiento: 13 de enero de 2017
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El séptimo álbum de Simon Green es cine para los oídos. A su música la llaman post-party intellectual chillout o electrónica downtempo, pero de esto no tiene mucho. Sí, es melancólica, pero llena de energía de ruta. Es el espacio, un paisaje sonoro sin rumbo. Un misterio con sabiduría. Suena ancestral, a un sonido que viene viajando durante años. El título refiere a los últimos años del productor británico, que se mudó de Londres a Nueva York y de Nueva York a Los Ángeles. “La migración se trata de otra cosa”, publicó en su página web. “Se trata de cómo evoluciona la identidad de los lugares a través del tiempo”. ¿O será cómo evoluciona él a través de los lugares? Lo que sea que se llevó de aquellas grandes ciudades, le hizo bien. Se destaca el arpa debajo de la voz del canadiense Ryhe Milosh en Break Apart, la maravilla que se genera entre los beats y el coro de tribu en Kerala. Pero el sello en la memoria lo marca Bambro Koyo Ganda, canción acompañada por las voces africanas de los marroquíes Innov Gnawa, basados en Nueva York, que tocan gnawa, uno de los géneros místicos y folklóricos de la África subsahariana.