En dos años bizarrap se dedicó a convertirse en uno de los artistas más escuchados de Argentina. Productor, DJ, creador de contenidos, artista, lo cierto es que ese muchacho que no muestra el rostro y que tiene su propia gorra irrumpió para consolidar la música urbana local con artistas en crecimiento y emergentes de toda la región. Su proyecto se convirtió en la ventana de difusión para muchos otros. Hoy es el artista #436 más escuchado de Spotify en todo el mundo con 10 millones de reproducciones mensuales.
Es difícil encasillar a BIZARRAP. Referirse a este joven de 22 años de Ramos Mejía, ex estudiante de Marketing, que conoció desde adentro la industria gracias a su trabajo en una compañía multinacional, no es tarea sencilla. Sus colegas y los artistas que colaboraron con él coinciden en su creatividad estratégica. Nadie niega su inteligencia y a la vez, su facilidad para crear y lanzar hits. Entre todos sus videos suma más de 1400 millones de reproducciones y su potencial para enlazar generaciones de artis-tas y diferentes géneros.
Su historia comenzó subiendo videos en YouTube en 2017 donde recopilaba momentos de batallas de freestyle editadas con su propio estilo.“Yo vengo del freestyle, de esas movidas”, asegura. Generalmente utilizaba el contenido de El Quinto Escalón, la competencia más importante de freestyle de plaza por aquel entonces y lugar donde conoció artistas que más tarde formarían parte de sus producciones como Dani, Trueno o Lit Killah. “A los 13 años conocí el freestyle a través de una batalla en Youtube, desde ese entonces con un par de amigos empezamos a freestylear e ir a las plazas… las batallas crecían cada vez más y en 2016 “El Quinto Escalón” explotó. A partir de ahí, varios freestylers comenzaron a sacar temas y profesionalizarse en la música. Y ahí arranqué con la producción más en serio”, afirma “Biza”.
En 2017, más precisamente el 22 de abril, publicó en su canal de YouTube el primer remix oficial de su autoría: “Duki – No vendo trap (Bizarrap Remix)”. Este lanzamiento marcaría un nuevo camino donde se vuelca por completo a la producción artística. Tutoriales de YouTube, consejos de colegas e incontables horas frente a la computadora sirvieron de formación para crear una marca propia. “Cuando empecé a editar los videos me quedaba despierto toda la noche aprendiendo de tutoriales de YouTube, incluso iba sin dormir al colegio porque quería que quedaran tal cual los imaginaba”, explicó en los Podcast de Billboard el primero de noviembre de 2019.
En aquel momento su canal estaba en crecimiento pero aún no contaba con la cantidad de seguidores suficientes como para viralizar sus creaciones o llegar a un público masivo. Es ahí donde entra la faceta universitaria del productor, sus tres años cursados en la carrera de marketing. “Bizarrap como concepto es una marca. Cómo hacer para llegar a más público y hacer que más gente escuche, conceptualmente, es marketing. Me faltaba un año para terminar la carrera pero como veía que mi camino en la música crecía, decidí tomar una pausa y aplicar lo que ya sabía en mi proyecto”, completó.
Luego de “No Vendo Trap”, el productor continuó publicando lanzamientos a través de su canal de YouTube con una frecuencia estimada de dos meses. Así llega “FMK – Perdoname’’ (Bizarrap Remix) donde suma más de 35 mi-llones de reproducciones. “Estoy pensando en sacar un disco, por supuesto, pero por ahora quiero sostener uno o dos lanzamientos por mes. Hoy en día, la clave es mantenerse activo, es lo que hace que el público se mantenga atento y alerta a los lanzamientos”, describe.
Luego de publicar 18 remixes creó algo nuevo. El 18 de noviembre de 2018 graba su primera Freestyle Session, junto a Kodigo. Los videos caseros en su home studio, donde el artista se para frente al micrófono mientras él controla el beat que invita al freestyle, sería el formato con el que lograría su consagración. “Después de esa primera sesión, algunos artistas me empezaron a llamar para colaborar conmigo, pero yo también mandaba mensajes sin parar, sabía que se venía algo grande”, adhirió. Además, el proyecto “sessions” no solo se convertiría en una fuente de exposición para los freestylers, sino que también iría un paso más allá con las Music Session, compartiendo el formato anterior pero sin improvisar las letras.
Bhavi fue su primer invitado el 8 de febrero de 2019 – luego de cuatro Freestyle Session -. Así pues, con el paso de las sesiones, el ciclo fue tomando más fuerza gracias a los nombres que se fueron sucediendo. Campeones de la Batalla de Gallos Red Bull Argentina como Sony – Freestyle Session #2 -, algunos ex El Quinto Escalón como Ecko – Freestyle & Music Session – Dani o Lucho y nuevos talentos argentinos como Louta, Paco Amoroso, Kiddo Toto, Dillom o Catriel se anexaron a exponentes regionales como Aczino – Freestyle Session #8 – o Alemán de México, Big Soto de Venezuela, Mesita o Pekeño 77 de Uruguay, Polimá de Chile, Lalo Ebratt de Colombia sólo por mencionar algunos.
Los videos, esperados tanto por fans, la comunidad artística, como por creadores, superan los millones de reproducciones en tan solo horas y de las plataformas digitales, saltaron a las radios gracias a su éxito con Nicki Nicole. En YouTube, la “TRUENO || BZRP Freestyle Sessions #6”, hoy con más de 137 millones de reproducciones se convirtió en el freestyle más visto de la historia y funcionó como la antesala del furor global de “Mamichula”donde se unieron Trueno, Nicki Nicole y Bizarrap.
La conexión que genera con cada uno de los artistas que pasan por su estudio es una de las claves de su presente. “Estudié canto durante un año, no para aprender a cantar, soy malísimo (risas), pero sí para entender a quien viene al estudio. Si sé cómo piensa, sabré mejor por donde ir”.
¿Notás más reconocimiento a los productores?
– Creo que la gente, hoy en día, tiene más acceso a la información y puede entender cómo se hace una canción. Uno busca cualquier cosa en YouTube y sale, tiene las instrucciones en la palma de la mano. Además, gracias a los programas de producción, uno puede averiguar fácilmente quién y de qué forma se compuso un tema. Eso es resultado del trabajo de los productores también. Dr. Dre lo hizo en su momento y generó que lo admiren tanto como a los cantantes.
¿Cómo te definís?
– Somos todos un poco de todo. El que canta sabe producir, en mayor o menor medida y viceversa. Todos los pibes que vienen al estudio saben meterse en el FL, además, siempre escribimos juntos. Somos todos un mix.
En nuestro podcast nos quedamos con la idea de que al haber estudiado música tenés una idea distinta a la hora de trabajar con un artista.
– Todos los días voy aprendiendo algo nuevo de cada uno de ellos. Me nutre muchísimo. No seguí estudiando canto porque creo que ya llegó un punto en el que aprendo de cada artista que pasa por el estudio.
¿Cómo lees desde afuera las Music Sessions?
– Creo que siguen manteniendo su esencia, es lo mismo que cuando empezó. Me compré unas luces y unos equipos un poco mejores nada más. Fuimos aprendiendo y me parece que se nota, tanto a la hora de la producción como en lo audiovisual. Pero en definitiva, continúa como la primera vez en mi home studio de Zona Oeste trayendo artistas emergentes o ya consagrados. Para mí esa es la clave.
¿Cómo recordás la primera?
– Desde los 13 años íbamos a la plaza con mis amigos a escuchar las batallas. Años después se me ocurrió hacer un freestyle porque quería grabar a Kódigo. A partir de eso empezaron a querer venir los demás. Pero fue muy orgánico, no lo tomé como un producto. Muchos artistas me empezaron a llamar. No fue preparado ni pensado para que sea una plataforma de promoción.
¿En algún momento tuviste miedo en el paso de tus producciones como los “Combo Loco” al salto profesional? ¿Pensaste alguna vez que no te tomarían en serio?
– Hay gente que desde el primer momento supo que iba en serio, pero el paso es una construcción. No es fácil estar haciendo una cosa y que tu público entienda que vas a empezar a hacer otra aunque esté relacionada directamente con la primera. Ellos son los que primero tienen que estar convencidos, si uno ve que el público no está convencido, no se podrá lograr convencer a nadie más. Mis videos siempre tenían algo musical, al yo tener esa aprobación desde afuera se me hizo muchísimo más fácil sacar una canción y que no se sorprendieran.
¿Qué techo le ves al freestyle?
– Pensé que el techo estaba marcado hace un tiempo y parece que me equivoqué. Ahora es un deporte más, hay ligas profesionales como la FMS, la Red Bull que también siguen en pie como la primera vez y continúan saliendo pibes nuevos que hacen que la gente siga interesada. Nunca voy a dejar de verla. Ves un stream de FMS y hay como 500.000 personas al mismo tiempo, no creo que haya algo más que mueva gente así. Sigue habiendo muchos fans y eso me gusta porque me hace recordar momentos muy lindos. En las sesiones con casi todos trabajamos con freestyle, casi nunca me preparo un beat antes. Se lo muestro al momento y hacemos que surja la magia. Pocas veces mando lo que tengo preparado. El freestyle es lo que mejor me viene, escuchar a alguien rapeando y pensar “esta base le vendría muy bien”. Es una improvisación que con años de práctica, dejó de ser improvisada.
¿Qué diferencia hay entre “Colocao” y “Mamichula” y lo que hacés en las sesiones?
– Las sesiones tienen algo con respecto a la simpleza que las llevan a donde están hoy. No nos la rebuscamos tanto como con un tema, que lo trabajamos muchos meses. Más de un mes no laburo una sesión ni a palos. No quiero que pierda la esencia de la frescura de juntarse en el estudio y hacer un tema al momento. Eso es lo que más me importa. Cuando se trabaja con otro artista, uno se tiene que adaptar a lo que el artista quiere. “Mamichula” la trabajamos por meses, con instrumentos encima y muchas capas. Nos tuvimos que poner a la altura de las circunstancias.
Flexin’ por ejemplo, a diferencia de los demás, fue un tema que podría haber sido tranquilamente una BZRP Session porque la grabamos en un día, no la trabajamos mucho más.
¿Nos equivocamos si decimos que tus sesiones no tienen muchas capas? Siempre dejás un gran espacio para el artista.
– Exactamente, el motivo de eso es que tienen mucho del freestyle: un patrón de 8 barras que se repite minuto tras minuto tras minuto. Vengo de esa rama y es algo que quiero que se mantenga. La diferente fue la de Khea, donde terminamos exportando 86 tracks entre voces, instrumentos, arreglos y todo lo demás. Para tener una idea, en el resto de las sesiones exportamos 15, o incluso menos.
¿Notas el crecimiento en la cantidad de chicos que están haciendo música?
– Es una de las partes más lindas de todo esto. Todos los productores somos responsables de que esté pasando. Cuando arranqué, una de las cosas que más me preocupaba era que ya había muchos productores. Necesitaba construir algo que sea novedoso. Es verdad que hoy en día se multiplicó ese número pero también es cierto que hay muchísima más facilidad para encontrar artistas nuevos cada semana. Yo también tuve las dudas que la gente tiene todo el tiempo. Simplemente fue algo que construí con mucha dedicación y con esfuerzo, sin parar. Si frenas, ahí sí que estás al horno.
En el Podcast con Billboard Argentina en 2019, afirmaba acerca de Nicki Nicole: “es una gran persona, con muchísimo talento y un futuro mucho más grande de lo que muchos creen”. Al preguntarle lo mismo este año, responde: “Nicki ahora es una gran amiga mía, cada vez que nos juntamos hacemos destrozos. Hicimos la Session, “Plegarias” para su disco, que la gente supo apreciarlo bien, “Colocao”, “Mamichula” y un par de maquetas que no salieron”.
Su relación comenzó el 14 de agosto de 2019 con el lanzamiento de “NICKI NICOLE || BZRP Music Sessions #13” – su Music Session más vista hasta el momento que supera las 114 millones de reproducciones -. Meses más tarde, ambos volvieron a colaborar en “Colocao”, single que se mantiene en el puesto 32 del Billboard Argentina Hot 100. En “Plegarias” – presente en Recuerdos – y en “Mamichula”, canción junto a Trueno, logró alcanzar el puesto número uno del chart nacional en la segunda semana de su lanzamiento.
Su canal de YouTube ya cuenta con 34 Music Session y la presencia de artistas como Alemán (#15), Neutro Shorty (#21), Dani (Freestyle #7 y Music #24), Cazzu (#32) y Khea (#34), entre muchos otros. Sobre la session #23 se mantiene el secreto de quien participó mientras que los fans especulan que es un número relacionado con Michael Jordan por lo que sería con un aficionado al basket.
¿Por qué crees que Nicki logró semejante presente tan rápido?
– Faltaba alguien como ella, siento que llena un importante espacio en la escena. Había pocas mujeres representando, que apareciera ahí de la forma que lo hizo fue muy potente. Es una figura muy grande que vino a demostrar lo que ella sabía hacer. La rompe, laburar con ella es muy fácil, se me hace sencillo. Agarra el micrófono y “tira” freestyle muy bien. Todos los temas que hicimos, menos “Plegaria”, fueron así.
Muchos creen que estamos en el comienzo del R&B Latino.
– Totalmente. Se puede ver así. Estamos evolucionando todos y creo que el trap está apuntando cada vez más a lo que es el pop, como todos los géneros. Al profesionalizarse y escucharse la escena a nivel mundial, va mutando y va teniendo otro sonido. Creo que es importante trabajar en eso para que la escena Argentina siga creciendo en el mundo.
¿Cómo te das cuenta cuando terminas un tema?
– Un tema nunca se termina, llega un momento en el que lo tenés que sacar y listo. Hoy, si me dejás, puedo estar un año con una canción, pero la industria te impone deadlines y te marca las fechas. Eso pasa con las canciones, hoy tengo que sacar un tema por mes o cada tres semanas, mínimo, vivo muy así, al “borde”, pero bueno, vale la pena.
¿Y de mínima? ¿Cómo diferencias un demo de un single?
– El tiempo te va enseñando cual es la mínima. La mía hace cuatro años era diferente a la de ahora. La de hace un año atrás también. Uno se pone la vara más y más alta y va aprendiendo cosas. Llega un punto en el que uno dice “mi canción tiene que sonar de esta forma, no puede ser menos”. Antes me fijaba únicamente en hacer las canciones, subirla y no me preocupaba porque tuvieran una relación, esa es otra de las cuestiones que fui aprendien-do con el tiempo. Cada uno se va poniendo sus límites y creo que no hay forma de explicárselo a nadie.
¿Qué te gusta y qué no de la industria?
– Estuve sufriendo bastante estrés este año con muchas cosas, pero creo que todos pasamos por algo parecido por todo lo que ocurrió. Más allá de eso, estuve con bastante presión y creo que todavía estoy aprendiendo a manejarla y lidiar con ella. No busqué esto, no dije nunca: “quiero estar en el top 500 de Spotify o quiero ser uno de los canales de música con más suscriptores de la Argentina”. Simplemente pasó. Hay gente a la que preparan para esto pero no son todos así.
Lo que me di cuenta y realmente aprendí es que nunca se puede complacer a todos, y cada vez menos. Al principio no me conocía nadie más que mi público. Cuando uno empieza a llegar a otra gente y de repente muchísima gente sabe quien sos, pasás a estar en boca de todos.
¿Cómo esperás el futuro?
– Da ansiedad mirar mucho para adelante pero siento que es fundamental. Si uno no mira para adelante no tiene objetivos y no tiene una estrategia para lograrlos. Es bueno preocuparse por el futuro. Eso sí, si uno mira para atrás se puede arrepentir de muchas cosas pero quizás no hubiera llegado a donde están hoy por pensar solamente en el futuro.
¿Existe la posibilidad de un BZRP cantante?
– No, ni a palos. Sí es verdad que hay voces mías en sesiones que la gente no sabe, pero están muy de fondo. Ser cantante te lleva una vida y ser productor, también. Prefiero enfocarme en una cosa y no mezclar. Es cierto que hay cantantes que se transformaron en productores y viceversa, pero eso lleva también a que el cantante que la pega siendo productor, no se produzca más por-que es demasiada carga.
¿Te ves con tu propio sello?
– Sí, pero no en este momento. Quiero hacer foco en mi música. Ya habrá tiempo para otras etapas.