Pocas bandas conocen tantas variantes y situaciones desparejas como la Bersuit Vergarabat. Desde el under porteño más recalcitrante a la consagración llenando el estadio River Plate (2007), del reconocimiento popular con el álbum Libertinaje (producido por Gustavo Santaolalla), el éxito De La Cabeza y La Argentinidad al Palo, a la salida de Gustavo Cordera de la banda. Del parate de dos años al regreso fortalecidos. Sin duda la resiliencia podría ser uno de los mejores calificativos para un grupo que, con casi 31 años de carrera, ensaya todos los días, asiste a terapia de grupo, y mantiene la amistad entre sus integrantes pese a los altibajos de la vida. En esta entrevista, El Cóndor Sbarbati y Daniel Suárez nos llevan de paseo por el particular mundo de la Bersuit.
¿Cuál es la primera reflexión que les viene a la cabeza con 30 años de carrera?
Daniel Suárez: Reflexiono que mis hijos empiezan a descubrir nuestras canciones ¡y ven que tengo pelo! Ahí es cuando te das cuenta de la distancia del tiempo. Es para agradecer, es como una pintura que no se desgasta, ni pierde color.
Cóndor Sbarbati: Pasa mucho con el público, nos dicen frases como “te escucho desde la panza” o “mi mamá me trajo por primera vez cuando yo tenía 10 años a un recital de la Bersuit”. Disfrutamos mucho de esas cosas, nos encanta que la música trasciende generaciones y siga intacta, formando parte de nuestra historia y del rock nacional. Entendemos que trascender es importante, porque nosotros estamos de paso, las canciones quedan.
¿Cómo surge la idea de volver a grabar De La Cabeza? ¿En qué momento los agarra?
CS: En un momento de quiebre. Con este nuevo formato ya llevamos más de diez años, y teníamos muchas ganas de mostrar en un disco la actualidad de nuestra banda, como sonamos, como están reinterpretadas las canciones. Nos agarra en un muy buen momento de madurez de la banda.
Además suben la apuesta y van por un disco doble
CS: El primero de los dos ya está terminado. Están grabadas las primeras 14 canciones en vivo en el estudio; es decir, todos juntos en el mismo momento y lugar. Esta vez no grabamos separados como se suele hacer habitualmente. La intención era mostrar la química que de otra manera no se puede lograr, juntos suceden otras cosas.
DS: Básicamente la idea era también plasmar el sonido actual de la banda, en la reinterpretación de canciones que tienen más de 20 años.
Ustedes nunca se casaron con ningún género, pueden tocar una chacarera, una canción pop, una de rock, y eso que antes era la excepción hoy es la regla. Me imagino que se sienten muy cómodos con todo lo que está pasando.
CS: De alguna manera con algunas bandas, por ejemplo Los Decadentes, fuimos precursores en esto de tomar varios estilos y tomarlos como propios. Hay un seguidor nuestro, el fan número (el facha de Boedo) que nos dice “Ustedes me gustan porque son la banda más distinta; no es ni la mejor, ni la peor, son distintos”. Nosotros creemos que somos distintos porque somos desprejuiciados de la música. Desde el momento en que hacer una escala que te remita a la cumbia para un rockero era mala palabra, para nosotros era sumergirse de una a eso.
Relanzaron un “Pacto” ¿Porque deciden volver a grabar una canción tan importante en su historia?
CS: “Un Pacto” se había quedado afuera de Libertinaje, incluso también estuvo en los demos de Don Leopardo y tampoco entró. Fue una canción que quedó rezagada, no tenía estribillo. Hasta que le encontramos el coro del estribillo con el “oh oh oh” y le dió ese toque de magia, ese punto de emoción que la convierte en un icono de la banda. El público es el que decide que canciones van a ser hit, y eso pasó con “Un Pacto”.
Hablemos del video dirigido por Juan Chappa, que plantea el amor no solo como algo de relación entre dos personas, sino algo más del amor global en todas sus formas. ¿Tenían esa idea o se las trajo el director?
DS: Vino Chappa con la idea, y nosotros confiamos mucho en él. Juan tenía ganas de mostrar ese antagonismo y esa lucha, grieta o como le quieran llamar, que existe en el mundo de las historias desencontradas y enfrentadas.
El 11 de mayo vuelven a Obras, un lugar que significa mucho en su historia. ¿Qué recuerdos guardan del templo?
DS: Tenemos muchos lindos recuerdos de obras, ¡tocamos con Spinetta! ¿Qué más?
CS: El templo del rock nos encontró también grabando en la parte de afuera con Calamaro, es un lugar que tiene mucha historia, queremos mucho, suena muy bien para poder grabarlo en vivo, y queremos dejarlo plasmado en el disco.
¿Cuantas canciones están ensayando para obras?
DS: Tenemos 40 canciones ensayadas, y la idea es tocar entre 32 y 33. Después quedarán para el disco unas 15-16, todo depende de la magia que vaya sucediendo y de las canciones que ya están incluidas en el disco uno, para que no se repitan.
Uno de sus invitados, Andrés Calamaro, recientemente hizo un posteo en las redes sociales agradeciéndoles por haberlo rescatado en sus momentos difíciles.
CS: La historia con Calamaro es de amor, sucedió en un momento en que confluyeron muchos factores. Amigos suyos cercanos coincidieron en que había un cierto grupo de gente que podía contenerlo, entre los que estábamos nosotros. Andrés llegó un día lleno de miedos, inseguridades y oscuridad; hacía seis años que no estaba arriba del escenario. Finalmente se relajó y se reencontró con sus propias canciones, y nosotros se las hicimos vivir nuevamente. Corrimos nuestros egos a un costado y nos pusimos al servicio de él.
Los que vayan a Obras van a tener una sorpresa, ¿no?
CS: A los que tengan su entrada para el vivo de Obras, les vamos a regalar De la Cabeza parte 1 (que se editará más adelante en conjunto con lo registrado en vivo del recital). Será un mimo para los que vengan a formar parte de la grabación en Obras. Va a tener un lindo arte, con libro, historias, está hecho para nuestros fans.
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