BB ASUL presentó su obra debut. UWU, un álbum que, en siete canciones que incursionan en distintos géneros y sonidos, viaja a través del estilo personal de la artista. Incluye colaboraciones con artistas de la escena urbana y alternativa como TAICHU, Punga, ODD Mami, La Finesse, BLAIR y Axel Fiks.
La música es el universo que BB ASUL habita desde antes de tener consciencia. Hija del arreglador de orquesta Alejandro Terán, tuvo una infancia inmersa en los estudios de música: «Estaba tan presente que a veces era difícil no darlo por sentado. Después tenía que encontrar mi manera de relacionarme con eso, pasé por muchas crisis de personalidad en medio». La artista ahora responde a ese mundo que siempre la acompañó con su ópera prima, UWU.
Sacaste el disco, ¿qué sensaciones tenés?
No me lo esperaba! Los temas no eran un disco, eran temas sueltos. En un momento nos dimos cuenta que definitivamente era un disco. Tienen muchas cosas en común las canciones, es un poco un relato sin querer. Fue un flash, de repente soy una artista con un disco. A la vez, uno no le pone peso hasta que no sucede, antes de eso me lo tomo como un juego y como algo lindo. Por supuesto, sigue siendo, fue hermoso y súper importante.
Si este disco fuera una persona, ¿cómo la describirías?
Y, soy yo. Literalmente. Un poco melancólica de repente, un poco exagerada y romántica al pedo. Y es muy casero, fue muy hecho en casa sin pensar en números y demás. Odio la palabra orgánico, pero sí, fue como que había cosas que quería decir, así que las escribí. Tengo un amigo que hace beats, bueno hagamos una canción. Es como un primer bebito, nació como pudimos, entre todos.
¿Por qué estas siete canciones?
Como te digo: escribía una canción, la grababa, la sacaba. Hasta que nos dimos cuenta que era un disco, no fue tanto una elección, sino lo que había.
¿Tenés alguna preferida?
Va cambiando! En general es la que menos me tiene la cabeza quemada. Cuando recién salió «FOCUS», la anteúltima, no la podía escuchar más. Ahora me parece un buen tema. Con «UWU» lo mismo, por mucho tiempo era lo único que tocaba porque no tenía otra cosa. Hoy la disfruto más.
La salida del disco, ¿es como esperabas?
No esperaba nada en realidad. Tengo una cuestión de baja expectativa, todo lo que sucede es lindo. Se dio y de repente fue muy hermosa la reacción de las personas. Es agradable tener un mensaje lindo de alguien a quien le gustó tu disco, es hermoso.
¿Por qué UWU?
Pasa que «UWU» me identificó mucho. No tiene mucho que ver con la letra, pero me sentía muy identificada con lo que expresa esa carita. Lo mismo con el disco, es una primera presentación que tiene sentido conmigo.
¿Destacás algún proceso?
Todos! En el primer tema estaba muy deprimida y empecé a escribir sobre un beat nada que ver a lo que hacía. Yo arranco las canciones y después aparece un productor con una mirada nueva y eso me encanta. Eso me flasheó, tener una segunda mirada. Todos han tomado decisiones muy buenas. Con «Focus» encontré una conexión muy grande con La Finesse, por ejemplo.
Contame de los invitados…
Las colaboraciones fueron en situaciones y momentos muy distintos. A Axel le dije que se me ocurrió un tema antes de la cuarentena, me mandó su letra al toque. Fue mi tercera canción, como un juego. Con TAICHU fue un cuarentena, creí que «Yandere» necesitaba un feat. y le pregunté por un rapero y me dijo «Yo!». No le pedía porque moría de verguenza, TAICHU es una terrible capa y siento que todo el mundo le quiere pedir un feat. Con BLAIR fue a distancia, yo estaba muy contenta, fue grabar, sacarlo, sin parar por nada.
¿Qué se siente reunir toda esta tropa de artistas en un proyecto?
Y es épico! Que artistas de ese tamaño – no por repercusión, sino por el tamaño de artistas que son – se dignen a cantar mis canciones es un honor.
Contame más de tu universo musical
Mi familia es de músicos, mi papá es arreglador de orquesta, todos son músicos. Desde muy chica estoy en contacto con eso, hice conservatorio, fui al Esnaola – como Cato también, de ahí salimos los bichitos raros. No tuve un contacto con la música, la música siempre fue el universo en el que estaba. El líquido amniótico que me tocó. A la vez, estaba tan presente que a veces era difícil no darlo por sentado. Después tenía que encontrar mi manera de relacionarme con eso, pasé por muchas crisis de personalidad en medio. En la adolescencia, estudié Relaciones Internacionales, quería trabajar en Mc Donalds y me peleaba con mi viejo que me decía «descubrimos que podemos hacer lo mejor y vos querés eso». Con la aparición del trap presentó un montón de maneras nuevas de ver las cosas, como que las mujeres pueden tener valor por las cosas, y yo escuchaba música en la que las mujeres no hablaban así. Ahí, con la cantidad de nuevas referencias, con la aparición del trap, encontré la manera en la que quería escribir y vincularme con la música.
Estás respondiendo a ese «mandato». Qué satisfacción, ¿no?
Sí! Cuando lo empecé a hacer como que se me curó la depresión. Fue un antes y un después zarpado para mí, la m´úsica me cambió la vida.
¿Seguís creando por crear?, ¿por el mismo placer?
Sí, la música me rodea en todo. Me interesan varias formas de arte como el cine, la fotografía, así que mi mundo se trata de eso un poco. Por decisión propia y no. Así me sucede y es muy constante. De repente tengo unos amigos con una banda de cumbia que tocan en una fiesta y me llaman y voy. Todavía estoy en un lugar en el que puedo permitirme eso. De repente quiero ser modelo, o actriz, y lo hago. Estoy en un re buen momento para eso.
Se viene el Lollapalooza, ¿cómo te llevás con el escenario?
No caía con el Lolla, mi manager me decía y no caía. De repente, en Twitter alguien spoilea un poster que dice que viene Doja Cat – mi artista favorita de ahora, empecé a hacer música casi que por ella -. Cuando vi eso, revoleé el celu y dije «Ok, voy a tocar en este lugar». No lo había visto.
¿Y La Trampa?
Fue tal vez lo más lindo que me tocó hacer hasta ahora. En cuanto al factor humano de todo. Fue hermoso, es hermoso laburar con toda la gente que laburó ahí: la orquesta, mi papá, los artistas, el equipo de filmación, cantar en el CCK, para gente. Fue una unión de un montón de cosas increíbles, muy zarpado.
¿Y el escenario?, ¿cómo se sintió cantar con orquesta?
La orquesta puede dar miedito porque es algo muy grande, parece que sos vos contra eso, pero no. Es algo que te acompaña, como una almohada que se acomoda a tu cabeza. La paso muy bien en el escenario, me divierto mucho, estamos ahí, jugando. De hecho, en terapia hablo mucho de que el escenario es el único lugar en el que no estoy ansiosa. Como que no quiero decir nada, no tengo nada para decir, solo quiero cantar las canciones y que todo sea divertirme. También intento tocar con mis amigos y eso es un viaje de egresados constante.
¿Cómo querés que se escuchen las canciones?
Me gusta la idea de que mi parte ya está hecha y que ahora le toca a los otros. Si a la gente le genera escucharla sola limpiando en la casa, me encanta ¿En un boliche?, me encanta. Nunca sería yo la que diga cómo escuchar mi música, si la quieren escuchar, que cada uno le encuentre el sentido.