Una casita en Beccar llena de instrumentos, pósters, cerveza casera, velas y ceniceros es el escenario elegido para conocer a este quinteto que se formó en 2008. Entre esas paredes ensayaron, se emborracharon y cranearon lo que hoy se llama Bándalos Chinos. Antes, como la mayoría de las bandas, eran un grupo de amigos que se juntaban para tocar y reír.
A pesar de haber sido influenciados por artistas bastante disímiles entre sí -sus madres y padres escuchaban desde Luis Alberto Spinetta a Luis Miguel, pasando por bandas de folklore y chacarera hasta Laura Pausini o Enya- el resultado fue más o menos el mismo: rock, pop, funk, electro. “Todo lo tuvimos que salir a buscar la música nosotros mismos”, coinciden entre todos. “Nos influenciamos por bandas como The Beatles, Phoenix, Bob Dylan, The Strokes.” Comparten manager y baterista (Chapi) con su banda amiga, Silvestre y la Naranja.
Son amigos desde hace bastante y compartieron bandas en distintos momentos de sus vidas (promedian los 25 años): grupos escolares, covers de Callejeros, proyectos personales en los que colaboraban entre sí. “Tratar de vivir de esto 100%, por ahora, ni intentamos”, cuenta Gregorio “Goyo” Degano, quien le pone la voz al grupo con el estilo andrógino de Gustavo Cerati. “Todos nos dedicamos a la música, pero tenemos otras actividades que hacemos para sobrevivir. Hay un economista, alguien que cuida a sus abuelos, un diseñador gráfico, potenciales arquitectos, profesores de canto y de batería y otros con título de composición y producción”. También hay dos pares de hermanos: los Colombo (Iñaki y Salvador) y los Verduga (Matías y Tomás), a los que se le suma Nicolás Rodríguez del Pozo en el bajo.
Iñaki Colombo, el único con un título musical, es el productor no oficializado. “Aparte de las canciones, el Cabezón es el que va marcando la batuta y ordena la música”, explica el frontman Goyo. “Sólo porque sé cómo manejar los programas bien”, se ataja Colombo con humildad. La banda acaba de lanzar su segundo disco, el EP Nunca Estuve Acá, que ofrece un estilo ochentoso a base de sintetizadores, guitarras poperas y un fantástico falsete en la voz principal. Su primer álbum homónimo salió en 2012 y les valió una gran recepción en el ámbito under.
A partir de entonces tocaron junto a grandes promesas como Surfistas del Sistema, Mompox, Santos Wussies, Ráyos Laser y Phonalex. Empezaron en lugares como Jalea, Niceto Club, Jet, Makena, We Color Festival, Festival Ciudad Emergente, la Bienal de Arte Joven, Festival Aruma y Roxy Live, donde volverán a tocar esta noche para cerrar un gran año.
También tocaron el verano pasado en Esquel, Villa la Angostura y San Martín de los Andes, y en un festival en Córdoba junto a Ráyos Láser, y varias bandas de la productora Discos del Bosque. “Lo que proyectábamos como algo increíble terminó siendo algo fenomenal”, explica uno de los Colombo. “Lo que deseábamos con el alma se hizo realidad”, agrega Degano. “Fantaseábamos esto y pasó”, redondea el Verduga grande.
Vendiendo una guitarra de concierto consiguieron un Juno-D, un sintetizador de primera clase que le da la identidad al EP y al disco. “Abre a nuevos colores con los que no jugábamos. Nos engolosinamos”, define Degano.
¿Qué creén que los ayudó a llegar a donde están?
Goyo: Recibimos ayuda de todo tipo, desde fechas para tocar hasta el lugar en donde ensayamos, que es el mismo estudio donde grabamos los dos discos. Nos parece valioso cambiar la mirada sobre la autogestión. No somos ningunos hippies. Nos tildaron de chetos toda la vida y nos van a tildar de chetos siempre, pero nosotros nos matamos laburando para llegar a esto. Y aprovechamos mucho las facilidades que tenemos para ensayar y grabar de la mejor forma que podamos.
¿Creen que aumentó la generosidad entre bandas afines?
Hay algo que yo veo que está cambiando, que es ponerse contento por la otra banda, algo que en otro contexto no pasaba. Creo que hemos evolucionado, hay algo de cuidar a los colegas y hacer crecer al otro que está buenísimo. Nosotros apoyamos esa actitud.
¿Quién es el que más temas compone?
Goyo: Uno trae una idea, y a raíz de esa idea, se avanza o no. Pero surge a través de tres acordes o una melodía o una parte. Es un boceto. Hoy por hoy laburamos mucho más con ideas de Chapi y de Iña.
Chapi: Yo, que tengo mucho tiempo, me la paso en la compu bajando data. Pero va variando con la cantidad que le pueda dedicar cada uno.
¿Le dan mucha importancia a las redes sociales?
Goyo: Es rarísimo como entrás al radar de la gente. En cuanto a Facebook y Twitter, era una cagada lo que hacíamos antes. Ahora Kevin, nuestro manager, hace un gran laburo. Hacerse autobombo es súper difícil. Las redes son eso… Accionar sobre la gente con tu persona. Es un mal necesario. Hoy por hoy todo pasa por ahí. Por suerte nosotros nos movemos y hacemos música por otros motivos. El resto es un medio.
Chapi: Yo no participo en nada de todo eso. Voy a los ensayos y traigo ideas.
“¿Qué sigue para el 2016, si se tienen que poner a delirar un poco?”, se les preguntó por último. “Pegarla”, dice Chapi. Goyo se ríe, pero responde con seriedad: “Nos encantaría irnos de gira por el interior del país”. Y agrega: “La idea es dejar de perder guita y planearlo bien. Tocar en todos lados. Testear nuestras canciones en lugares fuera de Buenos Aires como Córdoba, Mendoza, por el Norte también. “Poder tocar en México, Chile, Colombia también sería una locura”, agrega Matías Verduga, “pero eso va a ir pasando de a poco”. “Paso por paso, por ahora, apuntamos a poder seguir haciendo música”, resume Degano.