“Quiero ser un artista nuevo”, dice Bambi Charpentier en las oficinas de Billboard AR. Pero ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río: Bambi ya es un artista nuevo, y las aguas de su música siempre fluyen de manera diferente.
Tras la separación de Tan Biónica, el hermano menor de Chano decidió encarar su propio proyecto y el año pasado editó su álbum debut, El encuentro. “Me hizo acordar a los comienzos de Tan Biónica, donde todo era exploración y no teníamos ni una presión”. Aunque admite que esto último se debe, en parte, a que después de la separación de una banda grande, “todos están pendientes de qué hará el cantante”.
El encuentro va por su cuarto single, “Lo nuestro”, que incluye una colaboración de Mon Laferte. “Nos jugamos un tiro con este featuring y salió una gran canción. Todavía habrá algún single más, pero ya me veo componiendo nuevas canciones”.
A diferencia de su hermano, Bambi entregó un álbum entero, mientras que Chano se entregó a la estrategia actual de la industria: ir single a single. “El no sintió la necesidad de tener un repertorio personal o más grande como para armar un concierto de cero, yo sí. Es algo que incluso hemos charlado. Ahora que tengo un disco en la espalda, la gente ya sabe por dónde estoy yendo y me voy abrir al juego del single”.
Volviste a tocar en lugares más chicos, ¿cómo te sentiste en el vivo?
−Muy bien, la verdad no esperaba nada, pero no por ser un desesperanzado. Sino porque hicimos un primer concierto cuando teníamos un mes de haber sacado el disco, no sabíamos qué podía pasar. Vino parte del piberio biónico, pero también nos encontramos con un público que estaba viendo qué onda, que no me conocía de antes, pero les gustó el sonido. Lo veo en los comentarios de los videos. La gente piensa que somos una banda que se llama Bambi y comentan “Qué parecido es el cantante a Chano”. Me río; además me gusta ese lugar, me da contención. El formato de banda me resulta cómodo.
Tan Biónica siempre le dio mucha importancia a la puesta en escena, ¿pudiste trasladar eso a este nuevo proyecto?
−Desde Tan Biónica siempre trabajé para dar un concierto generoso, ofrecer todo lo que pueda para que sea un momento único. En su momento, nosotros aprendimos a transformarnos en un grupo grande con muy pocos recursos. Íbamos a tocar a lugares donde hace años no se hacía un concierto y nuestra puesta de luces era un flash para los pibes. Cambió la concepción del espectáculo de música; hace un tiempo que la gente está yendo a vivir una experiencia. Los tipos que siempre lo tuvieron muy presente fueron U2, Roger Waters y Coldplay.
¿Y cómo se transforma un show en una experiencia?
−Yo siempre tuve claro que tiene que haber un código compartido en el intercambio con el público. Entiendo que hay una energía que se negocia con el público y hay cosas que tienen que pasar para que sea un buen show. Por eso nunca me gustó la idea de que los artistas que no toquen sus éxitos. Me acuerdo que yo iba a ver a Attaque 77 y no tocaban «Hacelo por mí» porque estaba en la TV, pero yo quería escucharla igual. Ahora cambió la mentalidad del público, se amigó con esa situación de la música. Sería inútil proteger la identidad del artista en la era del streaming. A vos te gusta una banda, empieza a ser conocida y ya está al acceso de todo el mundo, ya no tenés que ir a Parque Rivadavia a buscar el cassette para pertenecer.