
Desde chico, Fernando Díaz respiró el amor por el blues de su hermano menor Anibal. Al tiempo, descubrió que era el camino de su vida y se transformó en su alter ego: Snaky diazz. Después de varios años desarrollándose en el ambiente del under, presentó su álbum debut: Una Parte de Mí. Se trata de un disco de ocho sencillos de amor y desamor, de canciones y guitarras muy pegadas a sus raíces, donde se confirma la sensibilidad del artista y su contundencia a la hora de contar historias.
Entre sus mayores influencias, Snakky destaca: «Las mayores influencias las tengo en el rock y en blues, como bandas como Led Zepellin, The Beatles, The Rolling Stones, Muddy Waters, BB King, Manal, Pappo, Spinetta, entre otras».
En cuanto a sus orígenes con la música, cuenta: «En casa, mi padre escuchaba mucho rock y nos ponía los discos desde que éramos chicos a mí y a mis hermanos, mi hermano chico Anibal tocaba la guitarra y fue una gran influencia ya que lo veía tocar todos los días, fue él quien me acerco a las orillas del blues». A los 19 años aprendió a tocar la guitarra de forma más profesional y así dedicó su vida a la música.
Para la grabación del disco, recurrió a amigos músicos. Joaquín Carámbula, Gaston Videla, Jerónimo Suescun, Clemente Habiague, Ramiro Suescun, Juan Cruz Maguire en guitarras. Ramiro Suescun grabo las guitarras y las baterías y Jerónimo Suescun grabó los bajos. Beto Soria se encargó de el órgano. El disco fue grabado y mezclado en Dibattito Studio (Don Torcuato) por Chalo Fernández y fue masterizado por Mariano Bilinkis.