Llegó «palacio <3», el nuevo atajo de Elsa y Elmar de camino a su próximo disco. A diferencia de ya no somos los mismos (2022), que define como un álbum robusto, en el que participó un numeroso elenco, el que está por llegar surgió en la intimidad del mano a mano con su productor, Julián Bernal.
«palacio <3» es su nuevo adelanto. Una canción sincera que, sin dejar de plasmar la frescura del momento, para la artista está diseñando el sonido del «próximo pop». Un sonido que se aparta de las tendencias predominantes y abraza la esencia de la canción cantada. Lo audiovisual tampoco pasa inadvertido en este proyecto: a través del vídeo musical dirigido por Gonzalo San, Elsa abre las puertas de su propio palacio, un espacio íntimo y personal que comparte con el mundo con cautela y convicción.
Desde su lugar en una generación de músicos criados entre el internet y las estrellas de la industria, Elsa nos lleva a través de su proceso de creación, marcado por la intuición, la espontaneidad y la búsqueda de la autenticidad. «Me encantó trabajar sin esa “exigencia de perfección”. El internet me ha enseñado lo hermoso que es el momento real, tiene su magia capturar el momento y eso hice mucho acá», comparte.
Su próximo disco promete ser una celebración de la autenticidad, con una cuidadosa producción que protege la intimidad de su arte. “Me siento honrada de poder ofrecer algo más que entretenimiento», celebra.
¿Dónde ves floreciendo la nueva música que estás haciendo?
Eso es lo que me inquieta la cabeza y me interesa explorar con esta nueva música, porque creo que se está construyendo lo que en unos años vamos a ver como el resurgimiento del sonido del pop, ¿sabes? Un pop que ya no es tan reggaetón, ya no es tan urbano, es más canción, canción cantada. Entonces, pienso y creo que estoy construyéndolo junto con otros artistas que lo están haciendo también. Lo que se va a considerar pop en unos años.
En este álbum que está por salir, ¿qué es lo que estás dando a conocer que antes no?
Antes era parte de una camada de músicos que crecimos entre el internet, pero también entre las estrellas de las revistas y MTV. Es como una camada de músicos extraña porque es como que queremos apuntarle al músico perfil MTV, pero también tenemos el internet como parte de nuestro desarrollo. Y no es lo uno ni lo otro, es super interesante. Siento que naturalmente me empecé a cansar de eso, de no ser lo uno ni lo otro. Entonces, desde la misma vibra que empecé a hacer el proyecto, todo se empezó a convertir en algo como reality show. En el sentido de que ya no me interesaba irme al estudio una semana a hacer un disco y tomar vino, nunca lo hice, pero creí que ese era el tipo de músico que yo era. Tuve que aceptar la manera en que hoy se crea el arte, de una forma muy instintiva e impulsiva.
Es honesto y al mismo tiempo real desde el punto de vista moderno, considerando la cercanía que hay entre el hacerlo, el proceso y que ya esté afuera. Me encantó trabajar sin esa “exigencia de perfección”. El internet me ha enseñado lo hermoso que es el momento real, tiene su magia capturar el momento y eso hice mucho acá.
Y tus discos anteriores sí habían sido más de ese modo…
Sí, mis discos anteriores eran discos con mucho más proceso de duda.
Y, ¿Cómo se está moviendo esta música? ¿Es como vos esperabas o hay algo que estás descubriendo también al soltarla?
En mi cabeza esta música debería salir y al día siguiente tener 29 millones de reproducciones, pero esa es mi cabeza y mis expectativas y obviamente la locura de todos los artistas. Pero se está moviendo de una manera preciosa, porque estoy viendo que la gente está como adoptándola más que nunca, ¿sabes? Al ser parte de mi camino artístico, veo cómo se convierte en parte del camino personal de quienes escuchan mi música.
Estás camino a tu cuarto disco, ¿cómo haces para mantenerte conectada con vos misma?
Es un radar intuitivo que ya en mi cuarto disco conozco muy bien. Es un radar. Por ejemplo, estos días tuve una sesión de composición en la que no sentí nada ¿sabes? O sea, pude haber ido a hacer cualquier cosa, a hacerme las uñas o hacer una canción y se sintió igual. Pero cuando accedo a ese lugar en el que sé que me estoy sorprendiendo a mí misma se me enciende una sensación de poder infinito, de “tengo en mis manos la verdad de la vida” y se me enciende una sensación muy poderosa que ya aprendí a detectar en todos los aspectos. En videos, en fotos, en canciones, en grabaciones, composiciones. Es muy claro para mí, pero es muy poco tangible también.
Componés muchas canciones, ¿cuándo sabes que alguna vale la pena para seguirla?
Cuando me entra la obsesión por desarrollar, terminarla y verla en su mayor expresión. Hay canciones que hago y las dejo grabadas en un voice note y ahí está, no me entra la necesidad casi vital de llevarla, ¿sabes?, pero hay otras con las que me obsesiono…
Y “Palacio”, ¿de dónde sale esta canción?
Sale de dos momentos: un momento de felicidad y goce en mi vida, un lugar desde el que no conocía que podía hacer música. Estaba muy acostumbrada a hacer música desde el dolor, desde el sufrimiento, desde el querer y no poder. Y esta canción y este disco nace desde la calma, la alegría, el corazón sabio, que aprendió de lo que sufrió, pero que no está sufriendo. Surge de habitar mi cuerpo y el amor que siento por otras personas…
Para mí, componer es casi como hacer freestyle, de ahí salen los conceptos. Este comenzó con mi amigo tocando la guitarra, pero creo que surgió tan rápido que creo que el trabajo lo tuve antes de hacer la canción.
Es una temática muy linda para estos tiempos de ahora…
Si, no sé si será un tema generacional, pero veo artistas como Billie Eilish, quien últimamente está hablando mucho de estar bien, lo que me encanta, porque ella es una artista de una generación más pequeña que yo y me gustan estos ejemplos. Estamos muy acostumbrados al dolor y al sufrimiento. Qué lindo acostumbrarnos a las canciones de amor mutuo, amor hacia uno y hacia los otros.
¿Pensás que podés transformar la vida de alguien con tu canción?
Cuando la hago no lo pienso porque yo no pienso en esas cosas cuando estoy haciendo la música… no estoy pensando racionalmente, pero cuando sale y leo que eso pasa me parece por un momento casi imposible de creer y luego veo más y más gente diciendo lo mismo y digo: ‘’Wow, quizás sí quizás sí soy ese espacio’’. Eso es lo que le ofrezco a quienes me escuchan. En algunas canciones, en otras no, pero se siente especial, se siente bonito, nunca fue mi intención cuando empecé a hacer música, pero me siento honrada de poder ofrecer algo más que entretenimiento.
¿Qué podés anticipar del disco?
Vamos a escuchar una música de la que yo estoy enamorada, o sea, digo: ‘’maldita genia, te amo’’. Es una música que hice,
Mi disco pasado lo hice con ocho productores, ingenieros, estudios, mucha gente, compositores múltiples, fue un disco muy robusto en cuanto al equipo. En este disco, una parte de la innovación que quería hacer era avanzar hacia el lugar y proteger la intimidad del disco. Es un disco que produjimos junto a Julián, mi mejor amigo y productor, y yo. Lo produjimos los dos en su estudio en la comodidad de la privacidad. Quise escribir lo que me pasaba y sentía, ser real y celebrarlo musical, lírica y audiovisualmente. Es un proyecto gigante en lo audiovisual, con muchísimo trabajo de conceptualizar visualmente todo esto. Me obsesioné, por ejemplo, justo en Buenos Aires. Fui en abril del año pasado y a una artista que vivía en Rosario y que fue quien terminó haciendo todas las piezas de arte de los distintos vídeos. Me obsesioné con que haya arte hecho a mano, porque toma esfuerzo. Porque estar vivo toma mucho esfuerzo y entonces ya, eso es el próximo disco.