
El compositor neerlandés que ya cuenta con más de 40 años de carrera, llegó al país junto con su Orquesta Johann Strauss de 60 piezas, con un éxito total de ventas para las tres fechas programadas en el Movistar Arena. En el primero de sus tres conciertos asistieron más de 10 mil personas que lo ovacionaron de pie, en un mágico encuentro que viajó por la historia de la música.
Las canciones más famosas del cine, musicales y ópera, además de los clásicos valses, con más de 60 músicos en escena, un espectáculo único con un increíble despliegue instrumental y escénico. Una experiencia mágica en dónde los espectadores se olvidan de las preocupaciones y problemas, la música, el arte cumple su misión, y familias enteras, abuelos, padres, madres, niños, disfrutan junto a sus seres queridos de un momento inolvidable. André Rieu es más que un director de orquesta, es el instrumento perfecto para movilizar un sinfín de emoción.
Un clásico mundial que ha enamorado generaciones enteras con su inmenso repertorio, brindó anoche la primera función y el recinto se aisló por completo del afuera, sumergiéndose en ritmos y melodías inolvidables, que hicieron viajar al público por recuerdos, historias, lugares, dando lugar a la nostalgia y la calma, y también a momentos de risas, baile y pura energía, es que eso es André Rieu y eso genera en su orquesta y la gente, la música atravesando el cuerpo y el alma.
La calidez y simpatía de todos los músicos de esta orquesta es otro distintivo que la hace tan especial. Entre bailes y coreografías acompañando el clima de cada interpretación fluyen risas y una hermosa complicidad con el público, que se emocionó con las primeras piezas hasta las lágrimas. A destacar también son las increíbles voces líricas que estuvieron presentes en este concierto, sumándose a esta grandeza musical.
Sin dudas está velada soñada dejará muchas postales, pero una de las más bellas será el instante en que nevó en Buenos Aires en plena primavera. Entre cuerdas, melodías que hipnotizan y el Movistar Arena cubierto de blanco se podía apreciar la felicidad completa del público.
Acompañado por Melina Lezcano que hizo de host traduciendo, Rieu interactuó durante las más de dos horas de show con el público, haciéndolos parte del espectáculo. El show dividido en tres etapas, y en un guiño para Argentina contó con la participación del argentino Carlos Buono quien interpretó un tango con su bandoneón junto a una pareja de baile. El cierre fue plenamente del público que bailaron ante una caída de globos.