
Por Martín “El Fanta” Roisi
Mi primer acercamiento al universo de la música tropical tuvo algo de rito iniciático y de cierre de una etapa también: mi conversación con el rock que llegaba a su fin, después de un romance de décadas y la coincidente llegada del fin del milenio. Hacía rato que sentía que esa música ya no se ajustaba más a mis exploraciones urbanas, ya no me sentía representado por el género. Se vivía en la calle un cambio de clima anímico importante que no me dejaba indiferente.
Fue entonces cuando empecé a ver grupos en vivo en las ya míticas discotecas de Constitución: Radio Studio y, la ya desaparecida, Bronco, entre otras.
Radio Studio, para el que no la conoció, era en esa época La Meca de la música tropical. Varias pistas, todo cromo, humo y luces azules: un ambiente distópico y futurista urbano que, en una noche lluviosa podía ser tomado por una escena de Blade Runner. Y en franco contraste, estaba Bronco, el boliche de origen paraguayo, con su imaginario selvático de murales fluo rabioso y luz negra radioactiva. Yo me paseaba entre ambos, todos los fines de semana con espíritu explorador, siempre con respeto, ingresando en un mundo que, aunque en ese entonces no lo sabía, ocuparía mi mente y se transformaría en una obsesión durante los próximos veinte años. Años en los que me dediqué, entre otras cosas, a la producción audiovisual de contenidos cumbiamberos.
Hace pocos días, casi sin pensarlo, caminando por la ciudad, mis pasos me llevaron a las calles de Constitución nuevamente. Entré al Bar del Tucumano, me senté en un rincón y puse una moneda en la rockola toda dedicada a la cumbia y sus derivados. Puse “Todo Roto y Arruinado” de Damas Gratis y me senté a recordar todo esto…
En los boliches que antes mencionaba vi por primera vez a grupos como Damas Gratis, líder indiscutido de la Cumbia Villera, que ostenta el cetro hasta hoy. Vehículo de Pablo Lescano, su carismático líder, que nunca dejó de reinventarse al ritmo del sabor de la cumbia.
Ahora, haciendo una retrospectiva de la última década, y a riesgo de ser injusto, considero que estos son los hitos más relevantes de la cultura cumbiera:
– Pablo Lescano logró imponer sus canciones como clásicos indiscutibles, no sólo de la Cumbia Villera, sino de la música popular argentina. Esto sin dejar de generar nuevas canciones abordando las nuevas temáticas que ocupan el imaginario joven del conurbano. Además, recibiendo y apadrinando a muchos nuevos artistas como, por ejemplo, las colaboraciones con L-Gante (Artista del Mes Abril 2021 Billboard Argentina) “C PICO LA CLANDESTINA”, “Perrito Malvado” (148 Millones de reproducciones en YouTube) y “Pistola”. También es el caso de su colaboración con Callejero Fino, nueva figura del RKT. Sin apartar su mirada visionaria y tutorial del género más tradicional, como El Viejo Marqués con “Me muero de Amor” con 126 Millones de reproducciones, y Viru Kumbierón con “Me Vas a Extrañar” (No.2 en el Hot 100 de Billboard Argentina en octubre de 2018) y “No Te Creas Tan Importante” (dos semanas No.1 en 2018) con 457 y 524 millones de reproducciones, respectivamente, en YouTube.
-Saliendo un poco de este entorno urbano, tenemos a los decanos de la Cumbia Santafesina, aunque ya a esta altura de la Cumbia Nacional, Los Palmeras. Con más 50 años de carrera, son unos auténticos Rolling Stones de la Cumbia Nacional que llevaron el hipnótico y melodioso riff de acordeón del “Bombón Asesino” (tapa de Billboard en 2020) desde el ringtone del teléfono celular hasta el majestuoso sonido la Filarmónica Nacional de Santa Fe.
En 2017 en el marco del Festival Nacional de La Cumbia santafesina fusionaron sus clásicos inoxidables con las cuerdas y vientos de una gran orquesta filarmónica, haciendo historia para un género históricamente ninguneado y considerado marginal. Y así convergieron la música orillera con lo académico sorprendiendo a propios y ajenos con el resultado. El público lloraba. No encontraban explicación a este fenómeno musical de escuchar sus queridos clásicos que marcaron momentos de sus vidas, interpretados con el caudal sonoro de una gran orquesta, pero al mismo tiempo con la familiar voz de Cacho Deicas y el acordeón de Marcos Camino al frente de las canciones. Finalmente, lo que lograron Los Palmeras es atravesar a varias generaciones con su música y dejar huella en familias enteras desde el abuelo al nieto.
– A nivel Internacional, los número uno son los Ángeles Azules. Con sus numerosos featuring lograron irrumpir en nuevos mercados y poner su impronta cumbiera en el mainstream nuevamente, la canción “Nunca es Suficiente” ft. Natalia Lafourcade (No.7 en Billboard) logró 1849 millones de reproducciones en YouTube. Los Ángeles Azules lo lograron. Durante los últimos diez años conquistaron a las nuevas generaciones sin distinción social, ya que sus álbumes clásicos están hoy más vigentes que nunca. Con veintidós discos de estudio en su haber y comandados por los hermanos Mejía Avante, desde la Ciudad de México para el mundo han deslumbrado en la última década con infinidad de colaboraciones con los artistas de la talla de Julieta Venegas, Juan Ingaramo, Abel Pintos, Nicky Nicole, Pablo Lescano y Vicentico, entre otros.
– En cuanto al ambiente de entretenimiento nocturno cumbiero, los laureles le pertenecen al mítico Tropitango de Pacheco, Provincia de Buenos Aires. El baile funcionó como “alta escuela” de la Cumbia durante los últimos cuarenta y tres años. Allá cuando la música y los hits se imponían en las pistas de baile, su disc jockey, Jimmy Nogueira, fue el introductor de la cumbia colombiana en la Argentina. Los grupos locales del norte, a su vez, le acercaban a Jimmy sus discos para que los “testeara” y finalmente difundiera en la pista de baile. Así, si tuviéramos vista de pájaro, podríamos ver a la música bajando en bote por el Amazonas, finalmente confluyendo en el Paraná y llegando por sus terminales nerviosas fluviales a zona norte de la Provincia. Es, quizá, uno de los lugares legendarios del mundo musical. Dando por descontado que es el baile más importante de América.
-La Delio Valdez: Inocente. La Delio se maneja en el cooperativismo, son un grupo de músicos profesionales con gran olfato que han dado en la tecla respecto al resurgimiento de cierto clasicismo en la cumbia de salón. Con un impresionante despliegue escénico cautivan a sus fieles con Clásicos de la Cumbia Latinoamericana.
Por otro lado, mientras en los años 90’s la cumbia se distinguía por su sus letras románticas , a principios de 2000, desde los sectores más castigados por la fuerte crisis económica y política que atravesaba el país, nació la respuesta musical de los pibes de los barrios que hoy conocemos como Cumbia Villera. Nunca se habían escuchado letras que hablaran de la vida en las villas. De hecho, Flor de Piedra, la primera producción del género, fue rechazada por todos los sellos. Entonces la grabación fue financiada por su autor, y creador del género, Pablo Lescano. El sonido se distingue por lo espacial de los sintetizadores agresivos pero siempre sobre una base de Cumbia Colombiana con acordeón. Hoy su influencia se extiende por todo el continente.
– Alta Cumbia: la cumbia villera llegó a los cines de todo el país. La película surgió a raíz de una serie de entrevistas que yo venía realizando con la idea de reunir todo en un documental sobre el género. En su momento, una vez que reunimos unas diez entrevistas con artistas como Flor de Piedra, SMK2, Yerba Brava, Pepo de Los Gedes, Mala Fama y Damas Gratis, entre otros. Las subimos informalmente a YouTube: las visualizaciones explotaron. Y de ahí que nos propusieran escribir una ficción que enlazara todo ese material, y así transformarlo en una película que finalmente se estrenó a nivel nacional.
La película plantea la hipótesis de la Cumbia Villera como un posible género de protesta y de fuerte contenido social. Creo que el material logró algo inédito: reúne a todos los artistas del género reflejando sus vivencias a la hora de componer y tocar sus canciones. Y no solo eso: los reúne físicamente en un gran asado en el “Tropi” de Pacheco, donde se armó la zapada villera más grande de todos los tiempos a modo de cierre para el film.
– El Panteón de la Cumbia Nacional: una de las peores partidas. La irreparable y prematura pérdida del Chino de La Nueva Luna. El Chino fue un amante de la música tropical y nuestro folclore desde su más tierna infancia. En su última entrevista me contó de sus inicios en los bailes en el Club Defensores del Monte: “Mientras el resto de los pibes perseguía a las chicas, yo me sentaba en el escenario a ver a Los Lamas y a Los Leales”. Siempre amó la música, y aunque en su familia no había músicos, él terminó afianzándose en la profesión. Desde sus inicios en el club del barrio, hasta el Gran Rex. Se definía a sí mismo como un cultor de la vieja guardia de la Cumbia de los 90´s. Con La Nueva Luna, calaron tan profundo en sus seguidores que se autonombraron “Los lunáticos”.
-Omar Shané Alí: el Jeque del Conurbano. Creador de la cumbia testimonial. Un día Omar se presentó ante los reclusos de la cárcel de máxima seguridad de San Nicolás. Al entrar al patio encontró un rincón donde los presidiarios tenían un pasacassette junto a un manoseado ejemplar del Viejo Testamento; apilados, vio todos sus cassettes. Entonces supo que su misión artística estaba realizada. Acompañaba a esos condenados a perpetuidad con sus historias testimoniales sin filtro, como “Johnny Kidd” y “Señor Periodista”.
-Leo Mattioli: el León de Santa Fe ¿Alguien conoce el imaginario femenino mejor que Leo Mattioli? Leo encarnó la fantasía del seductor nacional por excelencia, quizá con el antecedente de Sandro, pero poniéndole su impronta personal. La bonhomía y expansividad de Leo son legendarias. Los fans nos cuentan anécdotas en que se ha negado a tocar si no se le permitía el ingreso a grupos de chicos que se encontraba en la puerta de Pinar de Rocha o la vez que invitó a los integrantes de un club de fans a la fiesta de 15 años de su hija.
-Juan Carlos Dennis: es el fundador de Los del Bohio y creador de la Cumbia Santafesina con guitarra. “Muchos me decían, por más que la mona se vista de seda… ¿Cómo vas a tocar cumbia con una Stratocaster?”. Juan Carlos escuchaba folclore y cumbia de chico, un día llegó a sus oídos The Shadows y Creedence. Se volvió loco y pensó que lo que seguía era armar una banda de rock. La cuestión es que lo que les salió es la maravillosa música que hoy conocemos como Cumbia Santafesina con viola eléctrica. Es un subgénero en el que la guitarra se luce, porque comparte el primer plano con la voz. Personalmente, y si me apuran un poco, considero que la Cumbia Santafesina es la más auténtica respuesta vernácula al rock. Su sonido reverberante de guitarra perfectamente podría considerarse Surf con tintes psicodélicos, aunque siempre prima en sus melodías una nostalgia del Paraná.
Como todas las corrientes artísticas, la cumbia también tiene a sus próceres de mármol que a veces hacen sentir su presencia como si aún estuvieran entre nosotros.
– Ke Personajes: el último grito de la Cumbia. Su cantante, Emanuel, es un verdadero ejemplo de resiliencia, además de tener una voz privilegiada. Su estructura instrumental es austera, en general compuesta por una sección rítmica y un piano, puestos al servicio de la maravillosa voz de Ema. El público se ve atravesado por sus letras y su fuerte presencia escénica. Romántico, sin perder el filo; desgarrador, sin perder humanidad. Esto es una síntesis de lo que podría considerarse lo nuevo en el género.
-La Mágica: la fiesta de la Cumbia en Palermo. El auténtico crossover urbano de Cumbia y estilos de vida. En los últimos diez años, La Mágica se transformó en un punto de referencia en la forma de vivir este estilo musical para todas las tribus urbanas. Desde hipsters hasta rockeros, desde skaters hasta raperos, todos confluyeron en la cultura que esta fiesta supo sintetizar: Cumbia Villera y Palermo. Sin ironías, ni miradas subyacentes. La Cumbia que no discrimina y que todos pueden bailar. Además de sus DJ´s, que son parte fundamental del pulso de esta comunidad, han pasado por su escenario todos los grupos más relevantes del género.
Las horas pasaron en el Bar del Tucumano y escuchando cumbia se me hizo de noche. El reencuentro con los recuerdos de estos últimos diez años me hizo sentir como aquel explorador que, avanzando por la selva, accidentalmente aparta una rama con el brazo, abriéndose paso en la floresta que deja al descubierto una metrópolis luminosa. Lo que me pregunto es: “¿Qué se va a bailar en los bailes del futuro?” Porque una cosa está clara, el pulso que late en las venas de la Cumbia, hunde sus raíces en la selva, pero sus ramas se entrelazan entre las luces de la gran ciudad.