¿Por qué les dedicás tu vida a los medios?
– Dorita Delgado, mi mamá, trabajó con Roberto Galán muchos años. También con Olmedo cuando hizo Piluso y Coquito. Me atrapó ese mundo al verla a ella. Me enseñó que todos los que participamos en una producción somos igual de importantes, estemos delante o detrás de cámara. Creí siempre que iba a ser actor, pero la oportunidad se me dio como conductor gracias a Coco Fernández, de Artear. Amo la radio, también. Mi última experiencia en Radio Uno [FM 103.1] fue muy positiva y lo disfruté mucho. Sé que me quedan muchos capítulos por delante y estoy trabajando para que eso suceda. Tampoco descarto actuar. Estudié con Marcelo Cosentino, Diego Rafecas, Carlos Evaristo y Alfredo Casero. El bichito del teatro está latente dentro de mí. También compongo canciones. Lo mío es comunicar sea el medio que sea, y creo que puedo hacerlo con una sonrisa.
¿Quiénes te influenciaron?
– Con Alfredo Rosso, a quien considero una enciclopedia, nos juntamos para hacer un programa de radio que no se terminó de concretar, pero ahí lo pude conocer. Me pareció humilde y accesible, y lo considero un referente. Con Bobby Flores trabajé en la FM Touche y ahí se tomó el tiempo para escucharme y guiarme a su manera. Recuerdo eso con muy buena onda. Me parece un gran curador. Tiene muy buen gusto. Otros que considero que marcaron el camino en el periodismo argentino son Juan Alberto Badía, a quien conocí en Estudio Playa Pinamar junto a Alejandro Pont Lezica. Era una persona muy alegre; mamá, que trabajó 45 años en televisión, siempre me hablaba bien de él. Otros que te puedo nombrar son Lalo Mir, Ari Paluch y, por supuesto, el Bebe Contepomi, que es mi primo y es el mejor del universo [risas].
¿Cuál fue tu hit periodístico?
– En Quiero, en casi una década, descubrí a artistas como Abel Pintos, Alejandro Sanz, David Bisbal o Chayanne, que me cautivaron y sorprendieron por su carisma, humildad y amor hacia la gente. Lo mismo con bandas como Molotov, IKV o Café Tacvba, con quienes, además, nació una amistad fuera de los medios. No me apego a un solo momento. Ahora tuve la oportunidad de trabajar en Lollapalooza y estar mano a mano con Perry Farrell o Duran Duran. Pero creo que mi gran logro, no solo a nivel periodístico sino también musical, fue haberle presentado al queridísimo Charly García a su actual compañera, Mecha [Iñigo].
¿Qué es lo que más cambió en estos diez años?
– Hay un antes y un después desde la aparición de Spotify, YouTube y los dispositivos móviles. Gracias a estos cambios la preparación para una entrevista que antes podía tomarte semanas hoy la resolvés en horas. Además, la posibilidad infinita de escuchar a los artistas cuando querés y donde querés hace una gran diferencia. Por su parte, las redes ayudan y obligan a que el contenido de los programas sea mejor y más exclusivo en los medios tradicionales, que siguen siendo los más masivos y aquellos que marcan la tendencia. Son herramientas. Imagino que pronto todo se va a terminar fusionando y que lo digital será tan protagonista como lo analógico a la hora de comunicar. Al final, el mensaje que le das a la gente es lo más importante, sea por el medio que sea.