La llegada del verano en Argentina marca para Abel Pintos la renovación anual de conciertos con presentaciones en la mayoría de los festivales argentinos y salas de diversas localidades del país durante los meses de enero y febrero.
Las actuaciones albergan un repertorio variado que recorre su historia musical además de incluir su último single «Quiero cantar», adelanto de su nuevo álbum lanzado poco después del show sinfónico «Universo paralelo» realizado en el Movistar Arena de Buenos Aires cuyo video fue rodado en dicho estadio completamente vacío.
¿En que momento de tu vida dijiste: «Quiero cantar»?
Fue casi a los 11 años , una vez que ya había tenido dos años de gira con un coro de niños, al que ingresé porque necesitaba mi familia darme una actividad extra escolar a la tarde, porque toda mi familia trabajaba y entre al coro por eso, yo sabía que prefería ir a algún lugar que tenga que ver con el canto en vez de ir a futbol, pero no tenía tan claro que fuera a querer dedicarme a cantar y después de dos años sucedió que yo tenía unas partes solistas en el coro y en un show en el Teatro municipal de Bahía al director se le ocurrió en el momento hacer pasar al frente a los que cantaban sus partes solistas, entonces cuando me tocó a mí tenía el coro a mis espaldas y el teatro adelante mío entonces tuve la sensación de estar cantando yo solo , como si fuera un concierto propio y ahí me di cuenta que yo quería experimentar la música de esa forma. Creo que esa fue la primera vez que yo sentí que quería cantar de esa manera, no solamente como un divertimento.
En el video de la canción estás solo en un escenario y entiendo que hay una conexión con aquel momento.
Cuando conversamos con Marcela Grimaux, que es la directora, hablamos de todo un poco, del proceso de la canción, de lo que habla, de un montón de cosas y también fuimos un poco hacia atrás y yo llegué hasta esta misma anécdota y ella me dijo: «entonces seria genial que podamos representarlo pero esta vez con el Arena vacío» y me pareció muy simbólico porque en definitiva cuando yo le decía a los demás, siendo un niño, que quería cantar y que me quería dedicar a eso habitualmente recibía silencio, vacío, como un: «mmm no sé si es tan así», pero yo sabía muy bien lo serio que me lo iba a tomar y lo importante que era para mí.
En el estadio se transmitió mucha emoción, con el correr del tiempo, eso que se transmite, ¿Va cambiando?
Más que la emoción me parece que es la percepción de esa emoción la que se va transformando porque uno con el paso del tiempo va pudiendo de alguna manera estar más atento a cada cosa que va viviendo, entonces mientras estás viviendo una emoción, no estás pensando en lo siguiente pero esa consciencia se va ganando con la experiencia, con el paso del tiempo y no siempre se logra, es un ejercicio diario.
La portada de este single, además de aplicar una estética cubista, tiene una silueta tuya dibujada pero no se ve tu cara. ¿Por qué?
Tiene que ver con el sentido de la canción porque es el espíritu el que está cantando, no el personaje porque no tiene que ver con cómo me veo y con quien soy de imagen sino con quién soy con la emoción que me provoca cantar. Por otra parte trabajo en conjunto hace mucho tiempo con Omar Souto que es diseñador gráfico y trabaja hace muchos años dentro de Sony Music y la verdad es que un artista que admiro y aprecio mucho, ha sabido siempre interpretar las cosas que yo he querido transmitir a través de la estética de los discos, por ejemplo cuando hicimos el disco 11 la pintura que hay adentro es de él y en esta ocasión también fue el quien ideó esta silueta y esta cosa cubista con estos colores, todo esto fue una mezcla de lo que yo estoy diciendo en la canción con la interpretación de este artista y a mí eso me pone contento, me gusta la sensación de que mi música pueda trascender a lo que yo pueda mostrar como figura.
Recién comienza tu nueva gira de verano. Me gustaría que nos compartas una anécdota que haya sucedido en algún comienzo como este.
El año pasado comencé con la gira en Chilecito, La Rioja y hacía muchos años que no iba, empecé el concierto y a la quinta canción largaron un chorro de humo del escenario para las luces y demás y resulta que habían utilizado un material que ya hace muchos años que no se utiliza, que es un polvo muy pesado y fue como si me hubieran tirado un balde de arena, quería seguir cantando pero tenía como un bodoque en la garganta y no podía continuar, entonces le expliqué al público y les pedí 10 minutos para ir al camarín a tomar agua y ver si podía vocalizar o hacer algo, el público aplaudió, me fui, me puse a vocalizar y detecté cual era la región más irritada de mi garganta y empecé a hacer una serie de ejercicios que me permitían limpiarla un poco, salí al escenario y dije que el show iba a empezar literalmente de nuevo porque estaba frío vocalmente y el público me apoyo de una manera increíble, por supuesto el show fue más largo de lo que teníamos previsto, arrancó de nuevo y salió genial pero fueron 10 minutos de pánico.