No hubo un hecho particular que haya determinado la separación de los Beatles, sino una sucesión de motivos. Sin embargo, así como la caída del Muro de Berlín fue símbolo de derrota para el imperio soviético, el comunicado que envió Paul McCartney el 10 de abril de 1970 se toma como parámetro histórico para decretar el final menos deseado.
La separación era un hecho seis meses antes, desde que John Lennon anunció en una reunión que se iba. Solo faltaba decirlo públicamente. El acuerdo era que nadie lo haría hasta tanto no se publicara Let it Be, que ya estaba terminado a pesar de las protestas de Paul respecto de los arreglos de Phil Spector en The Long and Winding Road.
Todos estaban trabajando en sus proyectos propios, de hecho, Ringo ya había publicado su primer disco –Sentimental Journey– el 27 de marzo. Y McCartney tenía en mente hacer lo mismo el 17 de abril. Enterados de esto, sus excompañeros intentaron disuadirlo para que pospusiera la fecha, así la difusión no coincidía con el lanzamiento de Let it Be, pautado para el mes siguiente.
No sólo omitió el pedido de los demás, sino que, una semana antes, el 9 de abril de 1970, Paul mandó copias de adelanto de McCartney a la prensa, acompañado de un adjunto particular: una autoentrevista de 37 preguntas en las que daba por sentada la separación de la banda. Al día siguiente, la prensa publicaba la noticia y la relación entre John Lennon y Paul McCartney llegaba a su peor momento. La furia de Lennon tenía su argumento: McCartney rompió un acuerdo tácito, y además dio a entender que fue él quien abandonó el grupo, cuando ciertamente había sido John. Los egos también jugaron su papel.
Pero del lado de Paul también había motivos para justificar su movida. Estaba deprimido por la separación de los Beatles, tomaba mucho y necesitaba relanzar su carrera. No quería ponerle fin a la banda, a pesar de los conflictos que surgieron a raíz de los problemas financieros de Apple Corps y de las disputas entre él y los demás por la elección del manager de los Beatles tras la muerte de Brian Epstein (McCartney desconfiaba de Allen Klein y propuso sin éxito a su suegro, Lee Eastman).
Ese mismo año, además de McCartney y de Sentimental Journey, saldrían publicados All Things Must Pass, de George Harrison, y John Lennon/Plastic Ono Band. No hubo marcha atrás, y la sociedad artística más prolífica de la historia llegó a su fin, marcando el inicio de cuatro carreras solistas.
Esta semana, además, coincide con el aniversario de un récord histórico de los Beatles, que en 1964 ocupaban los cinco primeros puestos del Billboard Hot 100 con Can’t Buy Me Love, Twist and Shout, She Loves You, I Want To Hold Your Hand y Please Please Me.